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Capítulo 15

Apoyé una de mis mejillas en mi escritorio, hoy estaba aburrido, trabajar era algo que no deseaba hacer. Por ese motivo había decidido quedarme en mi despacho y distraerme con lo que sea, pero es difícil cuando hace pocos meses mi única forma de diversión era hacer lo que me diera la gana cuando yo quería y eso incluye salir con quien sea y perderme por toda la noche. Pero ahora no.

Estoy saliendo con Sarang ahora y... no quiero meter la pata. Esta no me pidió cambiar, ni nada pero estoy haciendo un intento para cambiar mis malos hábitos por mi propia cuenta. Se que será difícil, mierda, no se como rayos pienso hacerlo.

-Esta mierda esta terminando conmigo.- lloriqueé.

Todo era nuevo, Sarang era maravillosa y estoy muy seguro de que tiene muchísimo amor el cual brindarme sin siquiera yo pedírselo. Yo también lo tenía... muy en el fondo y soy consciente de que no soy el mejor novio del mundo en todo lo que llevo con ella. Somos extremadamente diferentes, no solo yo me doy cuenta.

Pero a pesar de todo eso me siento muy bien.

-¡Pero miren a quien tenemos aquí es el novio de Sarang Hawkins!- Chlóe entró riendo y frunciendo el ceño al verme en una extraña posición.

-Hey...- susurré jugando con un lápiz garabateando en mi libreta.

-¿Sucedió algo?- parecía no entender porque mierda estaba así. Me encogí en hombros sentándome derecho en la silla -Styles...-

-Enserio no tengo ni idea.- solté con toda sinceridad -Es solo que me siento extraño. Nunca se me pasó por la cabeza llegar hasta este punto. Sinceramente pensé que terminaría muerto antes de cumplir los veintitrés, pero aquí estoy... tengo veintisiete y...-

-Y una novia.- esta me completó -felicidades, ya eres un adulto Edward.- dijo burlona -vamos hombre, no me digas que no sabes que hacer. Ve con ella, ¿por que estás aquí?-

-No se cómo comportarme ahora que es mi novia, tengo miedo de hacer algo que no es correcto.- golpee mi frente con la superficie del escritorio.

-Si fueras un tipo normal te diría que seas tú mismo pero... lo único que puedo decirte es que trates de tratarla con delicadeza, usa los pocos modales que tienes con ella. Sarang se merece todo el amor del mundo, métete eso en la cabeza.-

-Lo sé, créeme que se que ella se merece todo lo bueno de este mundo.- lloriqueé.

-Y deja de ser tan inseguro, me haces querer vomitar.- sentí un golpe en mi cabeza -ahora mueve tu trasero y ve con ella.-

Hice lo que esta me dijo. Eran alrededor de las tres de la tarde y probablemente Sarang estaba un poco menos ocupada en la pastelería. Me tomé mi tiempo para llegar, a pesar de que somos vecinos. Pero a quien quiero engañar, la pastelería estaba llena como de costumbre. Ni siquiera puse un pie en el interior cuando sentí que me abrazaron por la espalda.

-Hola.- escuché su voz en un tono suave.

-Hey, Hawkins.- reí tomándola con cuidado de los brazos -estaba por entrar.- señalé la pastelería cuando esta se puso en frente mío.

-¿Enserio? Podemos entrar ahora si quieres.– tomó mi mano dispuesta a hacerme entrar entre todo el tumulto de gente.

-Mmm no.- confundida frunció el ceño-. Vamos a mi despacho, es mejor.- ahora yo tomé su mano.

-Pero aún no he terminado de trabajar, tengo...-

-Oficialmente has terminado por hoy.- empecé a caminar tirando de su mano para que me siguiera-. No seas así, quiero estar a solas contigo.-

Esta pareció palidecer por unos segundos, encontrando una forma de responderme, pero lamentablemente no lo hizo. Me siguió en silencio hacia el ascensor, vi como relamía sus labios mientras evitaba mirarme a los ojos, ella era un pequeño conejo asustado, me encantaba. Intentó salir corriendo cuando las puertas se abrieron, pero logré sostenerla por los hombros.