Me recosté en su cama mientras cerraba mis ojos por unos segundos, su habitación olía muy bien y me gustaba estar aquí. Cuando me acomodé en el colchón pude verla sentándose en una silla alado de su ventana, el sol le daba a su rostro y... se veía bonita, lo admito.
En estos últimos días se me hizo costumbre ir a su casa cuando esta estaba ahí, me la pasaba molestándola un poco y hablando con ella sin parar, aunque ella sea la que más habla de nosotros dos. Lo único que me disgustaba era aquel hermano suyo que vivía en la misma casa. Se que ella se llevaba de bien con él pero... no me daba buena espina.
-¿Por que me miras tanto?- esta se dio cuenta mientras intentaba cerrar las cortinas desde donde estaba sentada.
-Tengo ojos, puedo mirar lo que yo quiera.- dije burlón -¿te cortaste en cabello?- pregunté al darme cuenta de que estaba un poco diferente.
-Si, pensé que no lo notarías, ¿me queda bien?- cerró sos ojos mientras sonreía hacia mi.
-Te ves fea.- me miró mal y yo empecé a reír -era broma, te queda bien.- murmuré evitando mirarla.
Su cabello estaba más corto, casi a la altura de sus hombros pero le quedaba bien, admito que esta chica tiene sus momentos en donde en realidad es hermosa, y hoy... aunque me arrepienta de esto... hoy era uno de esos días. Lo peor es que ella no se daba cuenta de lo bien que se veía.
-Acabo de recibir un cumplido de tu parte... debí grabar eso.- dijo burlona -¿que se supone qué haces en mi casa?- preguntó confundida -no creo que te guste todos los días venir aquí y oler el maravilloso aroma de la bancarrota.- se refirió a ella mientras se señalaba disimuladamente.
Si a olor de bancarrota se refiere a: chocolate y café, si, estoy aquí por eso.
-Me he acostumbrado a ese olor, así que vengo aquí para ver lo miserable que eres algunas veces.- me recosté de espalda en su cama.
-Wow... pues gracias, que considerado.-
-No hay problema, para eso están los amigos.- me burlé a lo que está me lanzó una almohada a la cara -¡hey! Deja de lanzar cosas.-
La escuché suspirar de manera ruidosa mientras me hacía una seña con una de sus manos restándole importancia a mis palabras. Lo peor de todo es que últimamente esta encontraba el modo de hacer oídos sordos a cualquier cosa que yo le dijera para molestarla, creo que ahora nada de lo que digo tiene efecto en ella.
-¿Te quedarás a cenar?- preguntó mientras caminaba conmigo fuera de su habitación.
-¿A cenar?-
-Si, Jesse no vendrá a casa así que...- la vi encogerse en hombros -no me gusta comer sola, ¿me acompañas?- pidió volteando a verme.
-Bien, solo porque no tengo nada importante que hacer, o eso creo.- murmuré aclarando mi garganta.
La vi sonreír de vuelta mientras caminábamos hacia la cocina, la verdad es que cada día aprendo un poco más sobre ella. Y puede que sea un poco rara pero... tiene sus momentos. Lo único que no entiendo hasta ahora es su forma de vestir. Solía verla con pantalones de tela algo anchos, ya sean vestidos acompañados de zapatillas y aquel collar de perlas que a veces llevaba con ella a todas partes, la verdad es que cada día es un estilo distinto y me hace creer que esta chica no sabe cómo vestirse o que su sentido de la moda es demasiado abstracto para mi. También pude ver que tenía una pequeña cicatriz en su mejilla derecha, no se notaba pero me tomé la molestia de mirarla un poco más de la cuenta y pude notarla, creo que soy demasiado observador cuando ella está a mi alrededor pero... algo debo de hacer.
Y al parecer no le gusta comer sola, ya que he salido a comer con ella muchas veces y... Sarang adora la atención de quien sea que esté con ella, aunque no quiera admitirlo, le gusta que alguien se tome la molestia de escucharla y hablar con ella o mejor dicho: escucharla hablar hasta los codos.
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Forelsket;; h.s ||2||
Fanfiction"Soy difícil, lo sé y no lo lamento." ||Segundo libro de la serie "Serendipia."|| Forelsket viene del noruego y significa: La euforia que se experimenta cuando uno se empieza a enamorar. [lenguaje explícito, violencia, etc.] [Actualizaciones lentas]