Luminosas luces se apoderaron de su visión perdida, como si fuesen un conjunto de linternas titilando incesantemente en sus párpados.
Los ruidos fuertes y el sentir de una camilla rodante bajo su espalda, era lo único que recordaba cuando un aura indistinguible envolvía su mente, pues las voces asustadas del lugar, aparte de las palabras desesperadas provenientes de los Ninjas médicos que le gritaban que resistiera hasta el último segundo, le indicaban que algo andaba muy mal.
La debilidad muscular le impedía girar su rostro, hablar, entender el contexto de lo que sucedía. Su estado mental tampoco era muy lúcido, no estaba muy consciente que digamos.
Escuchaba los ruidos, y muy en el fondo, divagaciones de lo que parecía ser su nombre, le asustaban aunque honestamente, no sabía si era real, ya que parecía más un sueño que una realidad.
Sus ojos estaban entre abiertos, su respiración era demasiado lenta. Su visibilidad, además del conjunto de manchas negras y blancas, ahora se tornaba más pálida. Sentía que no estaba listo para irse de este mundo pero su cuerpo le decía completamente lo contrario.
Como acto natural, cerró lentamente los ojos que aún permanecían semi abiertos con la esperanza de sobrevivir, pero de repente todo en su mente se volvió borroso, como un completo sueño al no distinguir nada de lo que sucedía a su alrededor.
Aceptó el hecho de morir, rendirse, dejarse llevar por sus decretos naturales, resignado a no seguir luchando por lo imposible.
Debía seguir su destino, pues así había decidido terminar su camino Shinobi, y también como lo consideró la vida, un simple peón más.
-- ¡NEJI! --
Una voz aguda gritó desesperada su nombre.
La extraña calidez en su mano y parte de su brazo al agitarlo con fuerza lo abrumaron mentalmente, pues evidentemente su inconsciente aún seguía con vida.
Sus párpados fueron obligados a abrirse cuando encandilaron sus ojos con una linterna que impactaron directamente sus vagas pupilas pocos detectables por la coloración clara del Byakugan.
Sintió como su otro brazo era violentamente desnudado al cortar la manga larga de su traje, sin dejar atrás su chaleco Shinobi que lo partieron en dos.
Un pinchazo de una aguja con extrema brusquedad lo despertaron casi instantáneo y pudo notar el rostro horrorizado de su prima, apretando fuertemente su mano como si con eso consiguiera mantenerlo con vida.
-- Por favor tiene que alejarse -- La agarraron de los hombros para sacarla a empujones.
-- ¡NO! ¡NO! ¡Quiero estar con él! ¡No pueden obligarme! ¡Quiero estar con él! -- Se resistió y mantenía apretando su mano con más fuerza, sobresaliéndole varias lágrimas de sus brotados ojos rojos que le dedicaban una mirada de sumo sufrimiento y culpabilidad.
La enfermera y la intervención de otros médicos Ninjas, la obligaron a soltarse, escuchando fuertes chillidos de su parte.
Hinata...
Pensó al sentir su mano libre y seguir oyendo sus gritos al querer resistirse a lo obvio.
Su tío apareció al instante para obligarla a comportarse y que optará su postura como una verdadera dama, mientras que otra silueta masculina, idéntica a él, apareció a su lado.
Ella y su tío se fueron, pero la otra figura se quedó mirándolo fijamente, como si supiera que le ocurría, como si fuera la cosa más tranquila del mundo verlo agonizar. Más bien, lo observaba como si quisiera decirle algo.
No sé movía, no hacía nada, solo parecía paciente, calmado y sereno de su situación a diferencia de sus otros parientes.
Esperaba verlo vivir o morir, decidir quedarse o irse, decidir ser libre como un ave o permanecer enjaulado toda su vida.
Era idéntico a él, joven como lo recordaba, con esa cabellera larga y esos ojos claros que cada vez que los veía en su infancia, sentía que era el héroe más fantástico de toda Konoha.
Padre...
Susurró casi inaudible al dirigir sus ojos hacía el techo y así cerrarlos lentamente como si no pudiera seguir resistiéndose a la idea de seguir viviendo.
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Efecto colateral [Nejiten]
Fanfiction¿La vida o la muerte? ¿Luz u oscuridad? ¿Qué efectos ocurre cuando desafías las leyes del destino? La vida y la muerte solo están conectados por una delgada línea que sin lugar a dudas puede mejorar o destruir tu vida. Pero... ¿Neji Hyūga merecía vi...