~ Sueños ~

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Neji...

Te escucho, dime qué pasa.

Neji...

¿Qué sucede?

Neji

Hinata...

¡NEJI!



Un susto estruendoso transcurrió por todo su cuerpo cuando se despertó de golpe, sufriendo un fuerte espasmo que aceleró de inmediato su corazón y provocó que recorriera su vista por todo el lugar.

Volteó desenfrenadamente hacía su costado, observando los ojos claros de su prima quién tocaba levemente su brazo.

Detalló su mirada y reflejaba preocupación. Ella quitó su mano una vez lo despertó y la posó sobre sus piernas arrodilladas.

-- ¿Estás bien? --

Su voz aguda era leve y se notaba interesada en querer saber su estado.

Verla en su habitación no le asombró, no era la primera vez que ocurría y solamente logró que suspirara fuerte un poco agitado, y así bajar la guardia al comprender que todavía era de noche.

-- Sí -- Respondió.

-- ¿Otra vez tuviste otra pesadilla? -

Él asintió un poco dudoso en decirle la verdad, pues no era la primera vez que manifestaba pesadillas sobre su muerte después de la guerra, y evidentemente alteraba el estado de sus familiares, especialmente la de su prima.

-- Estás sudando. ¿Quieres que te traiga algo? Puedo buscarte agua si deseas o...--

-- No -- Negó con la cabeza mientras se secaba las gotas escurridizas de su frente -- Debemos seguir durmiendo. Ya se me pasará --

Se recostó de costado de nuevo, respirando profundo para calmar su taquicardia y por supuesto, el susto del desagradable sueño, además el que le provocó su propia prima.

Acurrucó sus manos debajo de su mejilla al mirar fijamente el vacío, sumergiéndose nuevamente en sus pensamientos.

De repente unos ruidos se aproximaron y visualizó como su prima colocó su funda de dormir al frente suyo, la unió a la suya y se sentó delicadamente. Luego se recostó de lado, acurrucando sus manos de igual forma al mirarlo directo a los ojos.

-- ¿Puedo hacerte compañía? --

Neji no dijo nada, solo la miró, observando una leve súplica de su parte, aparte de esa tímida sonrisa que le demostraba cada vez que quería convencerlo.

Tal vez deseaba estar solo, y quizás en estos momentos, nadie podría comprender lo horrible que era sufrir esos sueños que no lo dejaban dormir.

No era la primera vez que le sucedía. Ya había presentado varias noches que se quedaba en vela por solo imaginar lo mismo una y otra vez, su maldita muerte.

Aún no podía comprender como estaba vivo después de decidir sentenciar su vida para proteger a la chica que tenía justo al frente.

Fue su decisión, era su destino. Mejor dicho, el destino que había escogido, simplemente con la única razón de protegerla y proteger al mundo Shinobi de esa horrible guerra.

Hinata con anterioridad de cierta forma se había sentido culpable por permitir tal desgarradora escena. No sabía cuántas veces se había disculpado por no protegerlo, por no poder hacer nada en ese momento, por anteponerse idiotamente de esa manera para salvar a Naruto sin pensar en el clan, en su familia, en él.

Efecto colateral  [Nejiten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora