Conoce a Daniela Calle, chica de hielo y abeja reina de la escuela secundaria privada más popular de Nueva York. Tiene el poder de asustar a las personas que la rodean, nunca ha tenido sentimientos por nadie, pero ¿cambiará todo cuando la nueva niña...
Les di a las chicas algunos bikinis y les dije que salieran a la piscina después de que se prepararan, aunque tengo que ir por Kim. Llamé a su puerta y entré. Ya había terminado de vestirse cuando la vi.
― ¿Qué pasa? ― preguntó mientras trataba de atar su parte superior.
― Déjame ayudarte ― dije y caminé hacia ella.
Lo até con fuerza y le sonreí a mi mejor amiga.
― Sé que han pasado tres años, pero ¿sigues siendo mi cómplice? ― Pregunté con una sonrisa tortuosa.
― Sabes que siempre estoy dispuesta a hacer una buena broma ― respondió Kim emocionada.
― Vamos, entonces ― la saqué de la habitación y salimos, a la piscina.
― ¿Qué tienes en mente?
― ¿De verdad te olvidaste de nuestras fiestas en la piscina? ― Pregunté con expresión hiriente.
Las dos siempre solíamos hacer fiestas en la piscina en Londres. Por lo general, antes de que la gente comience a llegar, cogemos globos y les ponemos agua o colores. Cuando la gente finalmente comienza a llegar, lo primero que reciben son globos en la cara.
― ¡Por supuesto que no! ¿¡Cómo alguien puede olvidar eso!? Pero no tenemos tiempo para llenar los globos ahora ― dijo con un puchero.
― No tenemos que hacerlo. Lo hice con las empleadas mientras ustedes dormían ― le informé y la llevé cerca de la piscina, pero detrás de unas flores para que las niñas no nos vieran.
― ¡Maldita sea! ¿¡Cuántos hay!? ― Kim preguntó cuando vio un globo en el suelo.
― Cincuenta. Todos están llenos de diferentes colores, sin agua.
― Esto va a ser demasiado...
― Shh ― dije y puse mi mano sobre su boca ― ya vienen.
Y en ese momento todas salieron mientras charlaban entre ellas.
― ¿Dónde están Kim y Poché? ― preguntó alguien, creo que es Ana.
― No lo sé ― dijo Emili y se encogió de hombros.
Miré a Kim y ella sonrió ampliamente.
― Hagámoslo ― dije y ella asintió antes de tomar algunos globos y tirárselos a las chicas.
¡Hice lo mismo y empezaron a gritar y a esconderse una detrás de la otra mientras Kim y yo literalmente nos reímos!
― ¿¡Qué!? ― Elena gritó y se escondió detrás de alguien.
Todas estaban cubiertas de colores rojo, azul, verde y amarillo. ¡Se veían tan lindas!
Miré a Calle y estaba enojada. Oh, eso es malo. Pero ella se ve tan hermosa en ese traje de baño negro.
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