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A la mañana siguiente, en la puerta de Minho apareció un rosa roja. 

Él al principio no tenia ni idea de quien pudo dejarla ahí, o si se habían equivocado de departamento así que la dejo ahí. Pero después tuvo una idea de quien pudo haberla dejado ahí. El florista. Fue casi corriendo a la puerta y recogió la rosa con una enorme sonrisa en su rostro. 

«Le daré otro dibujo». Fue lo primero que surgió en su mente. Recordó que el florista lo había elogiado por sus dibujos, haciendo muy notable el hecho de que le encantaron. Así que solo les dejo la comida a sus gatas y rápidamente fue a su taller, donde él creaba sus hermosas obras de arte.

Se asomo por la ventana para ver si el rubio que le había elogiado tanto el día anterior ya estaba en su negocio. Cuando lo vio, su sonrisa floreció aun mas. 

El florista, por su parte, estaba charlando con la Señora Kim mientras le entregaba un ramo de peonías color rosa pálido. 

—Oh, así que ya has hablado con él ¿eh?, me alegro mucho.-le dijo ella. 

—Si, es muy amigable. Y sus pinturas son hermosas.-dijo Chan con una sonrisa en el rostro.

—¿Ya te ha mostrado sus obras?, el chico no pierde el tiempo.-

—No... bueno si, pero él en si no me las mostro, fuimos a una cafetería y ahí estaban.-

—¿Él eligió el lugar?-

—Si.-

—Ósea que quería que vieras sus pinturas, ¿no?-

—No lo se, se mostro muy tímido, bueno no tanto como yo.-

—Oh, Chan. Me alegra que por fin pudieras hablar con él, suerte.-

—Señora Kim, si sigue diciéndome esas cosas tendré que romper la promesa que le hice.-

—Bien, ya me voy. ¡Suerte!-exclamó mientras salía de la tienda. 

Chan se giró para acomodar unas cosas del otro lado del mostrador y escucho como la campanita de la puerta sonó. Se puso nervioso pensando que tal vez era el pintor, pero cuando levanto la mirada, vio a su mejor amigo mirando unas amapolas.

—¿No son peligrosas?-preguntó Felix. 

—Las peligrosas son las papaver somniferum, o como las suelen llamar: Adormidera. Estas son inofensivas. Y hermosas.-respondió Chan. 

—Oh, okey. Casualmente estaba pasando por aquí y escuche que una señora te deseaba suerte, ¿por que?-

—Pues... por que hable con el chico.-contestó Chan un poco tímido. 

—¿El castaño?, ¿el que vive enfrente?, ¿al que has estado mirando por semanas?, ¡Wow!-exclamó asombrado.

—Si...-

—¿Y?-

—¿Y que?-

—¿Ya se conocen? ¿Qué te dijo?-

—Fuimos a una cafetería, y platicamos.-

—¿Eso es todo?, ¿no le contaras a Lixie como fue todo?, ¿de que hablaron?-

—Diferentes cosas de interés mutuo, y vi sus pinturas. Tendré que llevarte para que veas lo hermosas que son.-

—Bien. ¿Y que comieron?-

—¿Tienes hambre?-preguntó Chan con una risa. 

—Solo digo que tal vez le guste mas tu comida, ¡y mis brownies!. Si, dile que quiero conocerlo y que tiene que probar mis brownies. Esta vez no he traído mi caja pero la próxima vez estaré listo.-aseguró Felix. 

Pétalos Pintados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora