6. Eva

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Andrés se le viene encima a JJ y es ahí donde empieza el caos cuando el Oso y Checho quieren defenderlo. Los amigos de Andrés quieren hacer lo mismo por su amigo así que ente todos comienza a darse empujones ciegos. Tanto así que JJ empuja sin querer al Oso. Tengo que hacer algo, podría fácilmente separar a estos dos pero sería demasiado sospechoso. Me enseñaron de todo en la academia de guardianes. A mi lado esta René con su brazo frente a mi, para evitar que algún golpe o empujón me caiga por accidente. Tengo que hacer algo ¿dónde está el dueño? ¿Como podría... ¡ah, ya se! Dentro de mi bolso saco un silbato y lo soplo. Provocando que todos queden confundidos con el ruido aunque solo René es el único es darse cuenta que yo lo he provocado. Aunque dejan de pelearse ya es muy tarde, el dueño del lugar llega corriendo y esta muy enojado cuando ve a todos observando a los chicos. Guardo el silbato y cruzo miradas con René pero giramos a ver al dueño del lugar.

—¿otra pelea? ¡Estoy ya es demasiado!—fuera de aquí todos ustedes. Dice a JJ, Oso, Checho y los amigos de Andrés. Ellos intentan explicarse y el dueño los calla.—no me importa, miren lo que hicieron. Arruinaron el ambiente familiar. ¡Váyanse ya!—por un segundo nadie se mueve.—o los expulso de este lugar.—entonces todos salen y ahora se dirige a Andrés.—ya me cansaste generando tantas peleas.

—pero señor....

—pero nada, hoy te quedas trabajando hasta después del cierre o te despido de una buena vez,¿entendido?—el asiente y se va a algún lado. Las rosagatas me miran pero es la preocupación de Vero de ir detrás de JJ que ya no me dicen nada. Con René nos vamos a la mesa con los cucis.

—Lamento haberles podido traer las malteadas.—digo y ellos niegan con la cabeza.

—Tranquila, no pasa nada.—dice César.

—No fue tu culpa.—dice Xavier y asiento.

—Lo se...—le sonrío.—fue la de Vero.—todos comenzamos a reírnos. Cuando Andrés pasa nos callamos ya que nos voltea a ver pero cuando se aleja nuevamente nos ponemos a reír.

•••

Esta vez sí acepté que René me acompañara a casa

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Esta vez sí acepté que René me acompañara a casa. Cuando llegamos el sorprende y me dice que le gusta bastante mi casa y también el auto de Gaby aunque lo preferiría en color azul. Llegamos a la puerta cuando el parece estar guardándose algo.

—¿pasa algo?—pregunto y el niega.

—Es que me pareció curioso lo qué pasó hoy.—dice mirándome.

—¿cómo así? ¿Por que curioso?

—Es que .... ¿de dónde sacaste ese silbato?—dice y hago un "ah" silencioso. Abro mi bolso y lo saco.

—¿este?—el lo mira y asiente.—es algo que siempre llevo en caso de una emergencia. Verás, siempre que salía de casa solía llevarlo por si pasaba algo mientras andaba sola. Esto llamaba muy la atención. Es como de protección y ahora se que sirve para evitar peleas.

La ciencia de tu amor | Club 57 (René y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora