Corazón de Hielo y Fuego

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La primera de las cosas que Natalia Romanova agradecía era la existencia de las duchas calientes. Otra de ellas, que su padrastro no se hubiera dado cuenta de que había echo antes de que llegara. Pero maldecía tener clase. No quería volver a ese campo de batalla que dios sabia como se había formado en un absurdo colegio. Pero tenia que pensar en positivo, era su ultimo año y todavía tenia que pensar a que universidad ir. Cogería una a distancia, para no tener que ver a mas gente. Estar con Clint le daba un poco de tranquilidad, pero no podía decir nada. El no era como los de su pasado, se preocupaba por ella desinteresadamente.

-Natalia Romanova como no cojas hoy el "authobus" te juro que vas andando

La pelirroja bajo corriendo las escaleras, cogió su comida y salio corriendo. Gracias a dios, había cogido el transporte, pero todos sus compañeros la miraban. Él único sitio libre era al lado de Clint y todos querían ver que pasaba. Obviamente no iba a pasar nada. Hasta escucho algunos soplos de tranquilidad. Miro su móvil y vio un mensaje de Clint. Simplemente tenía que seguirlo con disimulo antes de ir a clase. Eso lo podría hacer con mucha facilidad... esperaba. Lo siguió hasta lo que era la azotea. Se sorprendió de que tuviera una llave. Las vistas eran, a su modo, preciosas aunque el lugar fuera amplio y cerrado de forma que parecía una terraza. Le pondría unas plantas.

-Esto antes era una zona en conflico...pero finalmente se volvio neutras porque casi tiraron a Bucky ¿te gusta?

-Es fantastico- dijo asombrada- ¡Sera nuestro lugar de encuentro en los patios!

Ambos sonrieron pero salieron por separado. Clint fue el primero, luego ella, dando un leve rodeo. Cuando llego a la puerta de su clase, se topo con Steve y Pepper cargando su mesa. Como no llevaba cascos, podía escuchar a simpatizantes de Hydra hablar mal y echarle la culpa al bando contrario, mientras que con los vengadores pasaba lo mismo. Fuera quien fuera, solo estaba viendo a una nerviosa Pepper con un tranquilo y siempre malditamente sonriente Steve. Ella les obligo a dejarla en el suelo y lo cargó hasta su sitio.

-¿Qué parte de dejadme en paz no entendéis?- dijo ella mientras colgaba su abrigo- No quiero saber nada de nadie

No quería nombrar nada de la mesa. Si confiaba un poco y pensaba, por muy rubio que fuera Steve, no sería tan idiota de hacer que sus Avengers entren en ese tipo de juego. Pero todavía podía ver esa sonrisa burlona de Sharon. La delataba. Sabia que era por lo de Clint y porque cambiaba mas palabras con ellos que con Hydra. Se paso las tres primeras horas pensando en como devolvérsela. Solo necesitaba un momento en el recreo para hacerlo. No quería rebajarse a su nivel, pero sentía que debía hacerlo.

Por fin llego la hora del patio y cuando todos salieron, ella se quedo en su clase abierta. Era el momento justo. Dudo si hacerlo o no. Tuvo el motor justo: Hydra estaba metiéndose con Pepper y Clint justo en medio del patio. Hizo espacio con los demás pupitres y junto las de Synthia y Rumlow. Las puso en fila, con todo el material dentro. Tuvo que mover con mucho cuidado la de Sharon para que la fila de los tres no se volviera gusano y no pudiera arrastrarlas. Los malditos pupitres no pesaban mucho, pero era difícil moverlos sin que dieran trompones.

- Señorita Romanova, ¿Que hace con las mesas de sus compañeros? ¡dejes en su sitio!

La gente se paraba y miraba las tres mesas en fila, arrastradas por la nueva. Se sabia que era de Pecado, Calavera y 13, pero nadie hacia nada. Solo se dedicaron a mandar mensajes y hacer vines para que todo el mundo se enterará. Pudo dejar la clase como estaba y seguir arrastrandolas hasta el ventanal. La profesora no sabía como pararla pero al rato, se vió rodeada y observada por todo el mundo. Querían ver el desenlace de los pupitres. Miro hasta por el ventanal antes de hacer su último movimiento. Los principales de cada bando llegaron para ver el "tragico" desenlace:

cogió fuerza para ir tirandolas por ese pobre ventanal.

La profesora, alarmada, fue a llamar a la directora. Los vengadores aplaudian mientras que los de Hydra querían matarla. Clint no tardó en reír hasta por el suelo, y algunos como Pepper o Bruce no tardaron en echarse a llorar de la risa con él. La gente miro por el jardin y las ventanas conjuntas para ver tres destrozados pupitres con todo el material. Algunos aprovecharon para coger hojas de cuaderno y boligrafos. Pudo ver las caras de los tres, querían matarla. Pero ella les dedico una sonrisa muy burlona.

-Esta por mi pupitre en el pasillo, шелудивые собаки (perras sarnosas)- vio al director llegar corriendo y no tardo en sacar su billetera. La gente flipó ante la cantidad de dolares americanos que tenía en la cartera- con esto podrá poner un ventanal nuevo y los pupitres de mis tres compañeros...o algo parecido

No se libro de estar en la misma sala que Sharon, Rumlow y Synthia con todos los padres. tuvo que pedir perdón y ella misma dio el dinero. Los padres de Sharon se indignaron hasta que supieron que fue ella quien hizo lo del pupitre de la nueva, a lo que decidideron no meterse más en el asunto. Su padre fingió castigarla para satisfacción de todos, evitando reirse de un posible socio de la empresa que representaba. Este no disimulaba de la consecuencia de la "broma" de su hija y se reía a lo que el padre de Rumlow también. Natalia decidió que no quería volver a estar al filo de un auténtico castigo. Pero sabía que no se había librado de Hydra. Clamaba venganza.

Tuvo que asistir a la última clase. La tensión era palpable. Tenía todas las cosas recogidas y al poco tiempo de sonar el timbre, dejo que la gente se fuera primero. La profesora no la iba a dejar sola con los pupitres, así que se metio caña para coger el autobus. Todos los de Hydra la miraban. Ella disimulaba, andaba tranquila, con los cascos a todo volumen. Vio a Sharon seguir sus paso, pero a ella le daba igual. Siguió hacía la puerta. La iba a coger del brazo cuando salió corriendo a por el autobus. Sabía que Clint la estaba mirando desde su sitio, esperando a que lo pudiera coger. La sensación de entrar a tiempo y que las puertas se cerraran justo a su espalda era indescriptible.

Pero no todo había acabado. Siempre había alguien detrás. Pepper con Banner intentaban felicitarla por su gran acción y Steve iba a incluirla en sus planes de bolera cuando estalló de la ira. Hasta al autobusero le sorprendió.

-¡QUE ME DEJES EN PAZ, ROGERS! NO QUIERO SABER NADA DE VOSOTROS. La razón por la que he tirado los pupitres es porque ellos han puesto la mia en el pasillo

-Venga, Nat, aunque sea ven a jugar a los bolos

-LE LLAMAS NAT A TU MADRE, HEREJE- le grito dandole un mochilazo en toda la cara

Lo dejo en el suelo, con la nariz sangrando. Bucky la cogió del brazo e hizo que lo mirara a los ojos. ¿Por qué estaban pintados de negro? no lo sabía, pero resaltaba aquel color...

-Discúlpate con él- aquello hizo que despertara y su rostro se volviera de asco

-Obligame, oso panda

Esta se soltó del agarre y fue a paso ligero a su casa, donde agradecio que su padre no estuviera en casa. Steve les dijo que no necesitaba de su ayuda y fue a la casa de su amigo. Les dijo a todos que tuvieran paciencia, que Natasha si entraría en su equipo.

Las pesadillas pudieron con la rusa. Aprovecho que su padre estaba durmiendo para salir al jardín y bailar sola una vez más. La música era relajante, y sus movimientos suaves y precisos. Necesitaba soltar todo el odio que había acumulado a la mañana. Ajena, una vez más a que sus vecinos la estaban viendo. Desde la ventana, admiraban los movimientos de la rusa en camisón.

Llegando a TíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora