Primero, mundo real

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Un cabello con flequillo castaño y largo, unos ojos brillantes de color azul y una sonrisa eterna es lo que identifica a la chica

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Un cabello con flequillo castaño y largo, unos ojos brillantes de color azul y una sonrisa eterna es lo que identifica a la chica. Dentro de su cabeza, siempre tenía mil pensamientos activos entre los que estaba el de aquel mundo que contaban las historias...

Según un cuento popular, en algún lugar de las colinas que rodeaban el pueblo había una puerta a aquel mundo que tanto anhelaba: un mundo con criaturas tanto mágicas como fascinantes, similares a los animales que todos conocemos; un mundo donde esas criaturas formaban parte de la vida de cada persona, donde todos se entrenaban junto a sus criaturas para hacerse más fuertes.

A Laura esta historia la tenía completamente fascinada, sólo con pensar que podía ser parte de eso la ponía los pelos de punta. En cuanto tenía un rato libre, se ponía a investigar sobre aquel otro mundo que, supuestamente, existía al otro lado de una realidad tan simple como la nuestra. También le encantaba acudir a la biblioteca para leer sobre criaturas mitológicas y demás, ya que la biblioteca contaba con cientos de libros tanto antiguos como modernos.

Un viernes, al salir del instituto, se dirigía a la biblioteca cuando el grupo de los típicos "rebeldes" se acercó a ella, no con buenas intenciones.
- ¿Otra vez a la biblioteca? Jajajaja - preguntó Mark -.
- Después de tantos años y sigues pensando en encontrar ese lugar, eh... - resoplaba Samuel -.
- ¡Déjalo ya! ¿Acaso no ves que es absurdo? - decía con tono de burla Mike -.
Acto seguido, Mark, el más inmaduro del grupo, le tiró al suelo los libros a Laura mientras se reía. La chica recogió todo mientras el grupo se alejaba de ella. Estaba harta de aquellos chicos.

Hizo como si no hubiese pasado nada, ya que estaba acostumbrada a esos gestos hacia ella, y siguió su camino hacia la biblioteca.

Otra realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora