Laura se despertó de golpe por un sonido bastante fuerte. Miró el reloj que tenía al lado: las 4 de la mañana. Era muy raro, nunca había escuchado nada y menos a esas horas. Comprobó si Alan seguía durmiendo, pero no estaba en su cama.
- <<A lo mejor ha ido al baño...>> - pensó Laura -Se levantó somnolienta y curiosa. Al salir de la habitación, comprobó si sus padres dormían o también estaban levantados. Efectivamente, dormían sin problema.
Contempló como, en el pasillo, habían abiertos varios cajones, pero Alan no estaba ahí. Cada vez era más raro, en el baño tampoco estaba.
No quedaban muchas más opciones, así que se adentró en el salón, completamente a oscuras. Encendió la lámpara y ahí estaba Alan, asomado a la ventana, como si mirase a la luna.
- ¿Alan? ¿Qué haces despierto? - preguntó la chica, todavía frotándose los ojos - Venga, vamos a dormir.El chico ni respondía ni reaccionaba. Laura se acercó más hacia él, le empujó un poco por el hombro. Nada. No se movía. Segundos después, fue como si nada lentamente hacia la puerta del salón. Laura se dio cuenta de que tenía las llaves de casa en las manos, supuso que por eso estaban los cajones abiertos.
- ¿Dónde vas? - preguntó de nuevo Laura -
Alan se dirigía hacia la puerta de la casa. Fue ahí cuando Laura comprendió de que Alan no estaba ni despierto ni dormido: era sonámbulo.Ella tenía que decidir si guiarle hasta la cama o seguirle. La segunda opción, aunque tal vez no fuese la más correcta, le llamó mucho más la atención.
Alan se movía muy lentamente, a veces más rápido, pero daba tiempo de sobra para hacer lo que quisieses. Laura se puso los zapatos con mucha agilidad y cogió las chaquetas de ambos: al fin y al cabo, eran las tres y pico de la mañana, había bastante viento por esas horas.
Alan abrió la puerta, Laura se coló antes de que cerrase y se fueron por el portal. Ya en la calle, la chica se puso su chaqueta e intentó difícilmente ponerle a Alan la suya. No tenía ni idea de adónde podía dirigirse, además de que el chico no había mencionado que fuera sonámbulo. Si lo hubiese advertido, habría estado más atenta.
Alan se mostraba algo torpe, la chica pensó que todos los sonámbulos serían así. Laura pensaba en sus cosas cuando casi perdió de vista a Alan: había girado hacia una calle que daba directamente a la carretera.
Estaba un poco lejos aunque, por si acaso, corrió hacia él. Sería raro haber visto algún coche, pero nunca se sabe qué puede pasar. Alan siguió recto hacia la carretera. Parecía que iba a cruzar. Laura empezaba a tener más frío (cosa que era de extrañar) y a la vez más miedo: ya estaban bastante alejados de casa. Nunca había visto esa zona del pueblo, más bien ya parecían las afueras. La chica tomó lo mano de Alan al cruzar la oscura carretera.
Ya al otro lado, se podía ver una valla de hierro no muy alta. Alan, cómo no, seguía hacia adelante. Cuando dieron unos pasos más, pudieron contemplar un hermoso paisaje. Por fin el chico se paró enfrente de la vaya, mirando también hacia aquel lugar.
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Otra realidad
FantasyLaura es una adolescente como cualquier otra, tal vez no tan similar. Creció junto a historias de animales fantásticos y junto a la famosa serie de Pokémon y le encantaba imaginar un distinto mundo donde podías tener "mascotas" tantas como quisieras...