Cuando Laura despertó, eran alrededor de las 7 de la mañana. Todavía un viernes, pero al menos ya llegaba el fin de semana y eso le ponía de buen humor. Comprobó las notificaciones del móvil y leyó un mensaje de Alan que decía <<Buenos días, espero verte hoy por los pasillos>>. Eso esperaba ella también.
Laura siguió su rutina de la mañana: primero desayunaba, luego se lavaba los dientes, se vestía, se peinaba y preparaba la mochila. Hoy se levantó aún más animada, porque había hecho un amigo en su mismo instituto: no conocía a mucha gente porque llegó nueva hace poco tiempo. De todas formas, la gente ya la conocía por pasar demasiado tiempo leyendo, estudiando o jugando a videojuegos.
Se puso la mochila a la espalda y salió de casa, asegurándose de que no se había olvidado de nada. Había mucha niebla y frío, pero no sintió la necesidad de abrigarse mucho: siempre ha sido una persona bastante resistente al frío.
Unos quince minutos después ya entraba por la puerta del instituto. Con la llave en la mano, fue directa a la taquilla para coger todos los libros y cuadernos que necesitaba. A lo lejos del pasillo, vió a Mark y los otros dos acercándose. No le apetecía discutir hoy, así que rápidamente cerró la taquilla y se dirigió a su clase antes de que la vieran.
Las tres primeras horas se le pasaron volando. Total, eran justo las q menos le costaba: Plástica, Matemáticas y Educación Física. No tenía clases favoritas, pero seguramente preferiría esas a otras como Historia o Inglés.
Sonó el timbre que marcaba el fin de la tercera clase y el comienzo del recreo. Todos salieron corriendo con sus almuerzos en las manos, excepto Laura, que no solía comer a esas horas.
Esta se dirigió por lo pasillos hacia la puerta que llevaba al patio, después de pasar por el baño. Justo enfrente de la puerta se encontraban otra vez Mark y los otros dos. Laura supuso que, aparte de que no tenía otro remedio que salir por ahí, no se fijarían en ella.
Supuso mal porque, al pasar a su lado, Mike la vió de reojo. Disimuladamente y delante de todos, el chico le puso la zancadilla a Laura y esta cayó de bruces contra el suelo. Unos segundos después ya se oían risas alrededor y Laura estaba roja de la vergüenza, nunca había sabido cómo actuar en esos casos. Pero, como un milagro para ella, oyó la voz de Alan por detrás suya:
- ¡Eh! - gritó Alan hacia Mike - No te atrevas a volver a tocarla -amenazó-Laura levantó la cabeza aún desde el suelo y vió el miedo en los ojos de Mike, incluso en los de Mark y Samuel. Parece ser que ahora no eran tan "gallitos". Alan le dió la mano a Laura para levantarla, esta estaba temblando. <<Tranquila, no voy a dejar que te toquen ni un pelo>>, fueron las palabras que le susurró Alan al oído mientras se alejaban de ahí. Fue suficiente para calmarla, ahora sí que se sentía protegida.
Pasaron el resto del recreo juntos, Laura estaba más animada que nunca. Hablaron sobre las clases, exámenes, qué tal les iba con las notas y, por supuesto, sobre el libro de la biblioteca. Ambos dijeron de quedar otro día, ya que tenían planes aquella tarde, cosa que los disgustó un poco.
Sonó el timbre de nuevo para marcar la finalización de la hora de recreo y se despidieron. Cada uno fue a su clase y no se vieron el resto del día.
Terminaron las clases y Laura fue directa a casa: tenía muchas ganas de conocer a los invitados.
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Otra realidad
FantasíaLaura es una adolescente como cualquier otra, tal vez no tan similar. Creció junto a historias de animales fantásticos y junto a la famosa serie de Pokémon y le encantaba imaginar un distinto mundo donde podías tener "mascotas" tantas como quisieras...