Me sentía cansada, y mareada, como si me hubieran golpeado en la cabeza. Con mucho esfuerzo, me incorporé y miré al rededor.
No sabía donde me encontraba, todo lo que veía al rededor eran unas colinas con hierba verde brillante.
Delante de mi estaba Jiran, pero no estaba solo. tenía compañía. Una compañía bastante grande.
Jiran estaba montado en un... ¿Cómo lo logró? Nadie jamás lo sabrá. Y si llego a enterarme, será en la tierra de los muertos.
Tenía de compañía a un carnotauro. No parecía adulto, pero debía medir unos tres metros.
No parecía que tengan una muy buena relación, del tipo que se pueda llamar amistad. De hecho, era un milagro que Jiran no esté a punto de ser comido cada segundo.
Él me miraba con odio desde el lomo del carnotauro. Me sentía muy mareada. Me sujeté del cuello de Cherven para no caer al suelo.
Jiran estudiaba cada uno de mis movimientos, como decidiendo la mejor manera de asesinarme.
Luego de lo que pareció una eternidad, le ordenó algo a su dinosaurio. Después se bajó de su lomo, y el carnotauro se acercó peligrosamente a nosotros.
Desperté sobresaltada, con el cuerpo cubierto de sudor, la respiración entrecortada y el corazón a un millón por hora.
Al parecer, cuando me desperté también desperté a Cherven, que se asustó tanto que dio tal salto que casi se golpea contra el techo.
— Shh. Cherven tranquilo, ¡Cherven cálmate! Solo fue un sueño.
Mi amigo se calmó después de unos segundos. Me di cuenta que la palabra que debí haber usado no es sueño, ya que más que sueño, fue pesadilla.
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Atrapada con dinosaurios
AdventureA Sophie D' Angelo siempre le llamaron la atención los dinosaurios. Los consideraba fascinantes. Un día como cualquiera, Sophie se sube a una máquina del tiempo, aparentemente segura, con el propósito de viajar a los próximos dos meses. La máquina...