8. Marcho hacia la muerte, no puedes venir.

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Es un nuevo día. No se como le voy a decir a Cherven la idea que tengo. Lo que si se es que él no tiene que acompañarme. 

Es obvio que una parte de mi (la parte que me impide perder la cordura), está en desacuerdo con mi idea. Pero otra parte ( la parte que es responsable la mayoría de las veces de que haga algo tonto o irresponsable, en otras palabras, mi parte vengativa) quiere que Jiran Estúpido Soyyaya sea castigado por sus maldades.

Salí de la cueva. Estaba afilando mi lanza mientras me dirigía al lago, donde Cherven pescaba.

Me acerqué a él y silbé para llamar su atención. Obediente, mi amigo salió del agua y me miró atentamente. Resultaba un poco intimidante que te mire desde arriba, pero me armé de valor y, sin decir nada, lo abrasé con todas mis fuerzas. Sin poder controlarlas, las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas. La sola idea de que tal vez no lo volvería a ver me partía el corazón.

— Te quiero Cherven Lovets. — Dije separándome de él y mirándolo a los ojos.— Por eso no puedo permitir que Jiran los siga lastimando.

Di media vuelta, y me dispuse a irme, pero Cherven me siguió.

— No Cherven.— Al parecer no me entendió— ¡No lo entiendes! — En esos momentos ya estaba perdiendo el control. — ¡No lo sabes! ¡Los humanos son crueles y despiadados! ¡En este momento marcho hacia la muerte! — Respiré hondo y lo miré, ya más tranquila. — No puedes venir.

Di la media vuelta y comencé a correr, sin el valor suficiente para mirar atrás.

Atrapada con dinosauriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora