୨୧˚8˚୨୧

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La bocina de un auto Jaguar rojo resonó en los oídos de Hyunjin captando su atención en seguida. Fijó su vista en él notando a la hermana de Jeongin parada a un costado.

Sin pensarlo dos veces corrió hacia ella agradeciendo que sus plegarias fueron escuchadas, y se subió al auto cuando la alfa abrió la puerta de la parte trasera y después de cerrar, entró al asiento del conductor.

—Tienes suerte de que anotara mi número para emergencias cuando inscribí a Jeongin en el colegio— Jungwon comenzó a conducir —Mis hermanos ya te abrían matado sólo con verte cargándolo— 

Hyunjin no dijo nada, no sabía qué responder, estaba concentrado en soltar un poco su olor para calmar al omega entre sus brazos y no perder la cordura en el proceso.

—A-alfa~— Yang se frotó contra su cuerpo —D-duele~— algunas lágrimas salieron de sus ojos mientas llevaba su mano a su vientre bajo.

—Lo sé, tranquilo— Hyunjin acarició los cabellos de Jeongin y limpió las lágrimas de sus mejillas —Ya pasará—

—Por favor cuida bien de mi hermano— Jungwon habló viéndolos a través del espejo retrovisor —Los llevaré a una de las cabañas que tenemos a las afueras hasta que su celo pase, les traeré comida y ropa, pero cuida mucho de él, piensa bien lo que harás, es mi hermanito y se está presentando como omega, así que no dudaré en arrancarte la cabeza si le haces algo—

El alfa asintió y agradeció a la mujer asegurándole que nada malo le pasaría al omega.

Cuando al fin llegaron, Hyunjin lo cargó y llevó dentro de la cabaña recostándolo en la cama de una de las habitaciones.

Jeongin no paraba de moverse en la cama mientras rasgada su ropa intentando deshacerse de ella por el calor y clamaba para que su alfa lo ayudara.

Hyunjin se repetía a sí mismo que no debía sucumbir ante su voz y su olor, que apenas en unos meses cumpliría 17 años, y que si llegaba a hacerle algo lo matarían. Con eso en mente decidió que lo mejor sería rebajar el calor del omega de otra manera.

Corrió al baño de la habitación, que era bastante grande, con una ventana polarizada dejando ver el enorme bosque que rodeaba la cabaña, y llenó la tina con agua fría, tal vez no sería algo agradable pero era lo mejor que se le ocurría.

Mientras esperaba fue por Jeongin, quien se había despojado por completo de su ropa a excepción de los bóxers, su cuerpo era cubierto por una capa de sudor y las sábanas estaban húmedas bajo él por el lubricante natural que brotaba. Los ojos de Hyunjin se tornaron de un amarillo intenso al ver al omega tan vulnerable y esperando a ser calmado por él.

Su lobo tomó el control sobre su cuerpo con la idea de lanzarse sobre el menor. <Recuerda que si lo haces nos van a matar> le dijo pero aún así seguía caminando con la única idea de poseer al omega <Si pasa eso ya no vas a poder verlo nunca más, nos alejarán de él ¿acaso eso es lo que buscas?>

Su lobo pareció dudar un momento en el que Hwang aprovechó para tomar el control de nuevo volviendo sus ojos a su color habitual. Cargó a Jeongin en brazos y lo llevó hasta el baño donde cerró el grifo de la tina con cuidado de no botar al menor entre sus brazos. Intentó colocarlo dentro de ella, pero Yang se negaba a soltarse de su alfa.

Si no quería entrar solo entoces entraría con él, pero sí o sí debía hacer que el calor bajara antes de que su lobo vuelva a tomar control sobre el alfa.

Dejó sentado al menor un momento mientras comenzaba a despojarse de su ropa quedando sólo sus bóxers puestos, el omega lo miraba feliz al pensar que al fin atendería a su pedido, por lo que no dudó en lanzarse a sus brazos cuando el alfa se los extendió, pero su felicidad se esfumó cuando Hyunjin metió un pie dentro la fría agua apretando su mandíbula para no temblar por lo bajo de la temperatura. Siguió sumergiéndose hasta que el omega tocó el agua y trató de huir por lo helada que estaba, pero el alfa no lo dejó y lo apegó más a su cuerpo escuchando un chillido proveniente del menor.

—Shhh, tranquilo— logró acomodarse quedando Jeongin recostado sobre su pecho al fin más calmado.

Comenzó a acariciar su cabello, el omega se acurrucó contra el alfa una vez su cuerpo se acostumbró a la temperatura y eso de algún modo aliviaba también el dolor que sentía.

Permanecieron en esa posición un rato, completamente relajados sintiendo la calidez del cuerpo del otro y el olor de ambos mezclándose. Cuando el alfa notó que el sol comenzaba a descender, decidió que era momento de salir.

Secó con cuidado al menor y lo cubrió con una bata de baño que encontró en uno de los armarios, él se vistió con lo mismo y volvió a cargarlo para llevarlo de vuelta al cuarto ya que se mostraba renuente a caminar por sí sólo.

—Traeré comida— le explicó al omega viendo como este hacía un puchero al ver que se alejaba de él —No tardaré, lo prometo—

Jeongin se quedó en la habitación completamente solo, sus ojitos se tornaron brillosos al estar en esa situación, pero decidió que no lloraría por un alfa estúpido que lo dejaba sólo porque le dió hambre. En un abrir y cerrar de ojos se despojó de la bata de baño y se transformó en un hermoso lobo con pelaje blanco y brillante, sus ojos eran azul cielo y a pesar de que su altura no era tanta, se mostraba imponente.

Se movió por la habitación, sólo observando, pensado con qué distraerse hasta que dió con algunos peluches que se encontraban en una estantería.

Comenzó a saltar para poder alcanzarlos, hasta que logró atrapar la pata de un osito haciendo que este se viniera abajo junto a otros más.

Contento comenzó a jugar con él, lanzándolo de lado a lado y corriendo por el espacio que disponía la habitación. Eso hasta que su diversión fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose.

—¿Jeongin?— el alfa lo llamó un tanto preocupado por no verlo en la cama.

Dejó en el escritorio de la habitación la bandeja que traía con dos platos de ramen, y logró ver al lobo recostado en el piso mirándolo fijamente mientras sostenía con fuerza el peluche entre sus patas.

Hyunjin sonrió viendo lo hermoso que se veía, sólo los omega puros poseían ese color blanco tan pulcro y brillante, e intentó acercarse a él recibiendo un gruñido. Lo miró confundido y el omega se volteó dándole la espalda masticando la pata del oso de peluche.

Hwang entendió que tal vez estaba enojado por haberlo dejado, pero sólo fueron unos minutos en los que esperaba a que el ramen se hiciera, no tenía la culpa de que comer sea algo necesario. Se deshizo de su bata y le dió paso a su lobo, mucho más grande que el omega, su pelaje castaño y sus ojos amarillos casi dorados, caminó hasta situarse frente al omega recostándose con la cabeza entre sus patas.

El lobito blanco sólo lo miró y desvió su cabeza hacia otro lado, eso hasta que sintió que una de sus patas era mordida para captar su atención. La apartó de inmediato mirando enojado al alfa que se había sentado haciéndose el desentendido.

Se acercó a él y lo empujó haciendo que cayera y rodara sobre su espalda quedando panza arriba. Se situó sobre él con una pata a cada lado de su cabeza mientras le gruñía, pero contrario a lo que buscaba, el lobo castaño lamió su hocico y al notar que eso sorprendió al menor logró escaparse y volver a ponerse de pie, inclinado su cabeza hacia un lado para mirarlo mejor.

El lobito blanco quería seguir enojado, pero no podía al ver la forma tan tierna en que se comportaba su alfa, sacudió su cabeza de lado a lado negando y caminó hasta la cama subiendo a ella esperando a que el alfa lo siguiera.

Se acurrucó hecho bolita y el lobo castaño lo rodeó, al ser más grande podía cubrirlo a la perfección sin incomodarse. El omega levantó su cabeza un segundo para lamer el hocico del alfa y volvió a acomodarse para cerrar sus ojitos y dormir.

⋆ ˚。⋆୨୧˚Sweet Omega˚୨୧⋆。˚ ⋆ [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora