Chico Lindo

324 49 16
                                    

Mi mamá conoció a los Jeon a mediados  del verano, en una de las cenas de los domingos. Estaba nerviosa, como lo había estado yo. Pasaba las manos sobre su vestido para quitarle las arrugas y enroscaba su dedo en su cabello.

–Se ven tan elegantes –dijo y reí porque lo eran y no lo eran.

Mi mamá sonrió con ansiedad cuando Soojin la abrazó. Más tarde, tomaban vino en la cocina y mamá reía, su rostro sonrojado por el alcohol y la felicidad.


* * *

Hang trabajaba desde casa. Nunca comprendí qué hacía con exactitud, pero siempre estaba al teléfono en su oficina, llamando a personas de Japón o Australia, a altas horas de la noche; y de Nueva York y Chicago, temprano en las mañanas.

–Finanzas –había dicho Jin con un encogimiento de hombros –Dinero y cosas, y bla bla bla aburrido.

No puedes morir en este nivel, Yoon. Es muy fácil.

* * *


Soojin pintaba. Ese verano dijo que estaba en su fase ecológica, todo era verde. Ponía un disco en el viejo Crosley  y decía cosas como “Hoy,  hoy, hoy” y “A  veces, me pregunto” y luego comenzaba  a trabajar. Siempre era un caos bajo control y, de vez en cuando, tenía pintura en sus cejas y una sonrisa en sus labios.

–Parece que es buena –Taehyung empezó a contarme –Tiene cosas expuestas en museos. No le digas que dije esto, pero pienso que todo luce igual. Quiero decir, yo también puedo salpicar un lienzo con pintura. ¿Dónde está mi fama y mi dinero?

* * *

Avancé por el camino de tierra luego del trabajo y Kook esperaba por mí.

–¡Ey, Yoon! –dijo y sonrió muy, muy ampliamente.

* * *

A veces había días en los que no tenía permitido visitarlos. Dos o tres o cuatro días seguidos. “Es tiempo de familia, Yoon”  decía Soojin o “Esta noche los chicos se quedan dentro, Yoon”. Hang decía “Vuelve el martes, ¿de acuerdo?”

Lo entendía porque no era parte de su familia. No sabía lo que era para ellos, pero me obligué a no sentirme herido, no lo necesitaba. Ya tenía bastante dolor del mío como para poner más por encima. No lo decían de forma maliciosa, no lo creía.

Unos días después, encontraría a Kook esperando por mí en el camino de tierra, me abrazaría y me diría “te extrañé”, y luego lo seguiría a casa y Soojin siempre diría “Aquí está nuestro Yoon” y Hang “¿Estás bien?”, luego sería como si nada hubiera pasado.

Esas noches, me tumbaba en la cama perdido en mis pensamientos mientras oía sonidos lejanos que juraría que eran lobos aullando, la luna estaba llena y encendía la habitación como si fuera la luz del sol.

* * *

Jamás vinieron a mi casa. Jamás se los pedí, ni ellos a mí. De hecho, nunca había pensado en eso.

* * *

–¿Hoy te vas temprano?  –me preguntó Jin Young en un húmedo día cerca del final de agosto.

–Sí, ya debo inscribirme  –respondí tras apartar la vista del alternador que estaba reparando.

Había traído un cambio de ropa para no ir apestando a metal y aceite.

–¿Tu madre trabaja?

–Sí.

–¿Quieres que te acompañe?

𝙷𝚘𝚠𝚕𝚒𝚗𝚐 𝚆𝚘𝚕𝚏  (𝚈𝚘𝚘𝚗𝚔𝚘𝚘𝚔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora