𝙷𝚘𝚠𝚕𝚒𝚗𝚐 𝚆𝚘𝚕𝚏 (𝚈𝚘𝚘𝚗𝚔𝚘𝚘𝚔)

Hogar

Fue un miércoles. Estábamos en el garaje del taller cuando sentí un cambio en las  guardas, como si estuviesen cambiando de forma, como si se estuvieran rompiendo.

Estaba en la oficina, y se sintió como si un rayo me hubiera golpeado.

–¿Qué demonios fue eso? –oí a Jaebum maldecir en el taller, tras dejar caer algo metálico al suelo.

–Jesucristo –murmuró Jackson.

–¿Yoon? –dijo Jungjae en voz alta –Tú…

La puerta de la recepción se abrió de par en par, Hoseok se deslizó por el garaje mientras corría en dirección a la oficina.

–¿Escuchaste eso? –indagó en cuanto atravesó la puerta –¿Estás bien?

–Estoy bien –dije a través de mis dientes apretados, aun cuando sentía que mi piel estaba electrificada –Las guardas, algo les sucedió.

–¿Más Omegas? –Hoseok palideció.

–Algo diferente –negué con la cabeza –Algo más.

Los demás se amontonaron en el umbral, el teléfono de Jumgjae ya estaba en su oreja cuando sonó el mío. Lo oí decirle algo a Jessie ni bien ella atendió.

–Soojin –suspiré en cuanto llevé el teléfono a mi oreja.

–Lo sentiste.

–Sí, ¿qué es?

–No lo sé –respondió –Algo está  viniendo.

–¿Se rompieron las guardas?

–No, no lo creo… Es como si hubieran cambiado. De alguna forma.

–¿Insoo?

–No lo sé, Yoon. Creo que viene hacia aquí.

–Quédate allí –gruñí –con Mark. Estamos en camino.

–Tengan cuidado.

Colgué el teléfono.

–¿Lo oíste? –dijo Jumgjae a Jessie –Ve hacia la casa.

–Mantenla al teléfono –le ordené a Jumgjae –No quiero que llegue antes que nosotros –Jumgjae asintió en cuanto me puse de pie –Hoseok, Jaebum, conmigo. Jackson ve junto a Jumgjae, nos seguirán. Alcanzaremos a Jessie, ella dejará su auto y se subirá con ustedes, ¿entendido?

Asintieron con los ojos entrecerrados y enseñando los dientes.

* * *

Llegamos al camino de tierra sin ver a nadie, aunque la sensación eléctrica se intensificó a medida que nos acercábamos. Sujeté con fuerza el volante y mis nudillos se tornaron blancos, mis dientes estaban presionados. 

Estaba furioso.

Jessie ya esperaba por nosotros y no dudó en saltar de su automóvil al de Jumgjae y Jackson, con su cabello hacia atrás y el bastón en las manos.

Miré por el espejo retrovisor hasta que cerró la puerta y retomaron el camino, con el polvo alzándose en una gran columna detrás de nosotros. Pasamos por la vieja casa primero, estaba como siempre. La casa al final del camino estaba igual. Soojin y Mark esperaban por nosotros en el pórtico a medio transformarse, sus ojos brillaban incluso a la luz del sol.

–¿Novedades? –demandé mientras abría la puerta de la camioneta.

–No –respondió Mark –Nadie se ha acercado a la casa.

–Lo harán –dijo Soojin, oteando el bosque.

Caminé hacia la parte de atrás, escaneando la línea de árboles. Todo se veía como de costumbre. Las ramas se mecían, los pájaros cantaban. El territorio se sentía mío, nuestro. Pero había algo más, deslizándose sobre él. No encajaba del todo, pero estaba cerca. No sabía si eran Richard y Insoo, intentando engañarnos. Porque a pesar de que mi piel estaba erizada, se sentía como algo que debería reconocer, pero me estaba poniendo ansioso. Irritado.