|Capítulo VII - Lo arruinaste|

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En el capítulo anterior...

Ahora ambos estaban bajo las cobijas, los dos sudados, cansados y agotados de tal placer sexual que tuvieron. Michael recostado en el pecho de Prince, mientras que Rogers le acariciaba dulcemente su cabeza, jugando con sus curiosos rizitos antes de al fin cerrar los ojos y dormir juntos con sus cuerpos desnudos.
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La mañana había llegado y ambos protagonistas aún se encontraban dentro del establecimiento del bar, en aquella habitación dónde hace unas horas habían tenido un contacto físico que no era apto para llamarse "de amigos". Michael ya no tenía recostada su cabeza en el pecho de Rogers, los dos estaban separados uno del otro, ambos de espaldas. Haciendo así que cada uno estuviere acostado en un borde de la extendida cama.

Prince abrió sus ojos de la nada, los abrió de una forma alterada, cómo si se hubiere levantado de un sueño impresionante. Él quería asegurarse de que lo que sucedió anoche halla sido real, tenía que saberlo.

Lentamente se puso bocarriba en el lecho, volteó hacia al lado con algo de temor. Estaba temblando de lo aterrorizado que estaba. ¿En serio todo fue real?

Y sí... Allí se hallaba Michael recostado en el otro borde de la cama, de espaldas a Rogers. Prince abrió los ojos cómo platos por lo sorprendido que estaba al ver a Jackson en la cama junto a él. Michael estaba cubierto por las sábanas que le llegaban hasta un poco más arriba de sus hombros.

El de cabellos chinos extendió su mano hacia el rizado y le bajó un poco la cobija, dejándola hasta su espalda baja. Ahí se dio cuenta que Jackson en efecto estaba desnudo, pues su espalda estaba sin cubrir, no llevaba ninguna camisa puesta.

Michael sólo murmuró ante ésto, pues aún se hallaba dentro de sus sueños. Prince acarició su espalda con sus dedos, a lo qué Jackson titubeó del frío, pues las manos de Rogers estaban congeladas por el clima mañanero. Lo dejó en paz y tocó su cabeza, la cuál dolía un poco por el alcohol ingerido anoche, aunque no fue mucho.

Jackson por fin se volteó hacia el otro lado aún dormido, lo cuál alarmó un poco al joven Prince; pero después tan sólo sonrió al verle. Se veía tan tierno dormido, más de lo que alguna vez imaginó. Por un momento pensó en cómo sería su vida junto a él ahora, ya que la noche anterior el rizado le confesó que no le gustaba en absoluto Charlotte, si no que le gustaba él, lo cuál tenía entusiasmado a Rogers.

Jackson volvió a murmurar y poco a poco fue abriendo sus ojos agotados, mientras su mano se dirigía directamente a su rostro, pues su cabeza le dolía por la cerveza que tomó anoche, fue su primera vez ingiriendo algo de alcohol.

—Ah... mi cabeza —se quejó el rizado. Rogers sólo se le quedaba viendo, esperando a que le dijera algo—. ¿Dónde estoy?

Michael observó la habitación confundido, posterior a eso, se miró a sí mismo, viendo que estaba desnudo. Luego, su vista fue hacia Prince, quién se hallaba al lado de él y también desnudo, sólo que cubierto por las sábanas que le llegaban hasta el abdomen. Michael se ruborizó al instante, pensando en que demonios estaba pasando aquí.

—Por dios, ¿qué locura hicimos? —. Le cuestionó el de ojos marrones oscuros sin dejar de verle entre una combinación de sorprendido y apenado.

—Hicimos el amor... —. Le respondió Rogers entre una sonrisita, aún no se había percatado de qué Jackson no estaba tan feliz qué digamos.

—No, eso no pudo haber pasado —se lamentó Michael cubriendo con sus manos su rostro en un ademán de aflicción—. Sabía que no debía beber, nunca había bebido.

Y al fin Rogers se había dado cuenta de lo triste que estaba Jackson por lo que había pasado.

—Emm... No quiero que pienses mal de mí ¿Sabes? —le habló Prince posicionando una de sus manos en el hombro de Michael—. Yo sólo me acosté contigo porque te amo.

Universidad Homofóbica I PrichaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora