|Capítulo X - Una llamada|

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En el capítulo anterior...

¿Prince? ¿Qué hacía Prince en su casa junto a sus padres?
...

Que no se te olvide que te llamaré más tarde, lindo —. Susurró Prince en el oído de su amado mientras mantenían ese abrazo.
...

¿Acaso Jackson había tenido una erección?
______

Prince caminaba hacia su hogar sin poder quitarse la idea de que Michael había tenido una erección por su culpa. ¿Le excitaba a Jackson?

La verdad es que Rogers había ido a la casa del rizado para tratar de arreglar las cosas, y lo logró, sus padres no descubrieron lo que en realidad pasó esa noche en el bar. Era increíble que el mismo día que le arruinó la vida a su amado había podido arreglar todo, era un desastre de emociones.

Rogers llegó a su casa en un par de minutos, muy contento porque ya tenía en su poder el número de su amado; pero aún sin poder deshacerse de la imagen de Jackson en su cabeza teniendo una erección, eso fue demasiado vergonzoso e incómodo.

El de cabello chino corrió hacia el teléfono, sacó el papel de su bolsillo con el número de Michael, estaba apunto de marcar; pero decidió no hacerlo.

—Tal vez primero debería dejar que arregle su problemita —se dijo a sí mismo refiriéndose al bulto que de seguro Jackson aún tiene detrás de sus pantalones—. Mejor me voy a bañar.

Prince dejó el papel en la mesa de la cocina, se puso a reflexionar un poco, en cómo todo se había resuelto tan rápido, todo en el mismo día. En la mañana estaba triste, luego feliz, y ahora estaba avergonzado. Necesitaba relajarse, y que mejor que darse un baño, eso siempre lo hacía sentir mejor cuándo tenía un mal día.

Miró hacia alrededor un momento, mirando la sala de su casa, notando que algo hacía falta ahí.

—Maldición, —dijo Rogers— olvidé mi mochila en la casa de Jackson —. Se lamentó él. Y no pensaba volver a esa casa en ese instante por la vergüenza que pasó.

Él bufó ante eso, pero no le dio mucha importancia, lo bueno es que no habían dejado tarea ese día. Se giró hacia la cocina y tomó un vaso con agua, bebió un sorbo, miró nuevamente el teléfono, estaba impaciente por llamar. Dejó el vaso en la mesa.

Hasta que algo se le ocurrió «¿Será buena idea llamar a Jackson desde el baño?» Prince sonrió ante su pensamiento, tomó el teléfono y el papel dónde estaba escrito el número de Michael y se los llevó arriba, al cuarto de baño. Rogers siempre se ha caracterizado por tener ideas un tanto descabelladas.

Dejó el teléfono encima de un banco, el cuál puso cerca de la tina. Cuándo tenía prisa se bañaba en la regadera, pero cuando quería relajarse tomaba una ducha en la tina para liberar sus pensamientos. Dejó el número de Jackson al lado del teléfono, abrió la llave de la tina y comenzó a llenar esta de agua tibia, le servía para relajarse. También se encargó de que la tina tuviere mucha espuma, era algo que le gustaba.

Espero unos cuántos minutos hasta que la tina se llenó, procedió a cerrar la llave, empezando a quitarse la ropa sin mucha prisa. Después de que todas sus prendas estuvieron en el suelo decidió meterse a la tina, pero no de cuerpo completo, su pecho y rostro seguían sin ser mojados, por el momento.
...

Entretanto Jackson se encontraba encerrado en su habitación, con la respiración muy agitada, tocándose por encima del pantalón para calmar la exigencia de su miembro.

Él tenía las mejillas rojas, los ojos cerrados y la boca entreabierta, soltando leves suspiros cada vez que apretaba su entrepierna. Aquellas caricias no servían de mucho, así que trató de usar su imaginación para acelerar las cosas, fantaseando cualquier relato o imágen erótica sólo para acelerar el proceso de que su amigo baje.

Universidad Homofóbica I PrichaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora