|Capítulo XV - Tratar de besarte|

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En el capítulo anterior...

—Tranquilo —susurra Rogers para quitar su inquietud—, no mojarás la cama.
...

—Déjame decirte algo, lindo —habla Prince rodeándolo con su brazo, acercándolo hacia él y volteando su rostro para murmurar en su oído—. Yo soy el único que puede cogerte ¿entendiste?

...

Los sueños eróticos que había tenido con Prince dejaron de asustarlo con el paso del tiempo, de hecho, secretamente los disfrutaba mucho, aunque nunca iba a aceptarlo. Seguía sin poder aceptar que un hombre era el que siempre estaba en sus pensamientos.

—¿Te sientes bien, niño? —. Le cuestiona Prince extrañado.

—Sí —responde Jackson con una ligera sonrisa—. ¿Por qué lo dices?

—Porque desde que salimos de la universidad te he estado tomando de la mano y no me has dicho nada —. Menciona Rogers asustado.

Michael recorre su propio brazo con la mirada, desde su hombro baja hasta llegar a la parte donde estaba su mano, que en efecto estaba entrelazada con la del contrario. En consecuente, Michael reacciona y separa sus manos que ya estaban más que tibias por el contacto y también afectadas por algo de sudoración.

Nelson suelta una pequeña risa al mirar su reacción, típica de Michael cuando se avergüenza, las mejillas se le ruborizan, toca nerviosamente su nariz y mira hacia el suelo; segundos después se siente más apenado y cubre su rostro con sus manos. No cabía duda en que amaba ver la manera en que se sonrojaba por sus actos, ya que por el tono de su piel podía notar sin mucho esfuerzo cuando se avergonzaba. El color rojizo en sus mejillas era demasiado notorio, y a Prince le gustaba ser quien provocaba esas reacciones.

—¡Deja de mirarme! —. Pide el rizado un tanto molesto por tener encima la mirada del moreno.

—Te ves tan tierno así —. Murmura el contrario retirando su vista de él.

Jackson acelera el paso hacia su casa, provocando que el otro hiciera lo mismo. Al llegar Michael abrió la puerta con sus llaves y ambos entraron a la casa.

—¡Prince! —grita la madre de Michael desde la cocina—. ¡Qué gusto verte!

La señora abandona su labor en la cocina y se dirige al moreno para abrazarlo. Al separarse sigue con su habladuría.

—No vayas a ponerte de novio, eh —avisa Katherine al chico—. Una vecina te quiere como pareja para su hija.

—¿En serio? —. Reitera riéndose.

Jackson simplemente estaba de pie mirándolos, y no pudo evitar ponerse celoso. Prince era sólo suyo.

—Prince, mejor hay que ir arriba para hacer el proyecto —. Le recuerda el rizado.

El de tez blanca le toma por el brazo y lo jala hacia las escaleras.

—Oh, está bien —responde Rogers y mira a la madre—. Fue un gusto saludarla, señora Katherine.

La mujer se despide de ellos con un movimiento de su mano y una recordación de que la comida estaría lista pronto.

Michael metió al moreno a su habitación, dejando la puerta entreabierta. Prince pudo notar su cambio de ánimo, así que se lo cuestionó.

—No quieres que sea el novio de la vecina, ¿verdad? —. Pregunta Nelson burlándose de los lindos celos que su amado muestra.

Jackson sólo suelta un bufido como respuesta mientras se sienta en el borde de la cama con los brazos cruzados por la molestia que eso le provocaba. ¿Prince saliendo con alguien que no sea él? Ni pensarlo, tendrían que arrebatárselo primero, y eso no lo lograrían tan fácil.

Universidad Homofóbica I PrichaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora