XXI

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—¿Por qué me despiertas de manera tan tentadora?— La voz adormilada del alfa se hizo presente en la habitación ya que había tomado una siesta de la tarde, tenía al omega sin su camiseta encima de él quién algo agitado tomó sus manos colocándolas en su pecho, en señal de que quería que lo tocase. Touya acató su pedido moviendo sus pulgares en círculos sobre aquellos botones rosados que tanto le volvían loco.

Se reincorporó en la cama dejando a Tomura sentado a horcajadas en su regazo, olisqueó el cuerpo del menor provocando que diera un respingo. Comenzó por su pecho dejando besos de forma delicada abarcando todo este. Se detuvo frente a su pezón izquierdo que lamió para después introducirlo en su boca succionándolo con cautela deseando escuchar la voz de su pelinegro, este no se hizo de rogar y tal como predijo los gemidos suaves de Shigaraki inundaron la habitación junto con su aroma dulce a miel y canela.

—Ah.. no presiones mucho, duele..— El omega se agarró a sus cabellos jadeante, su cuerpo estaba más sensible que de costumbre lo que indicaba la etapa de celo estaba cerca. 

Los delgados dedos del ojirubí se enredaron en su blanca cabellera donde dió jalones suaves hasta alejarle de sus pezones, sentía que se iba a correr tan solo con ello y si se lo pensaba era algo patético. —Harás que me corra nada más con eso.. es patético.— Le miró tembloroso, Touya le dió una sonrisa divertida, le recostó en la cama para luego posicionarse encima de él.

Colocando ambas manos a los lados de su cabeza le besó, era un beso suave sin prisa alguna. Ambas lenguas peleaban entre sí creando una danza lenta que subía de tono poco a poco. Las manos de Touya se desplazaban por la silueta de su compañero, queriendo acaparar lo poco que quedaba de su extremadamente delgada silueta; Tomura había comenzado a subir de peso luego de unos meses comenzada su relación de manera seria. 

Eso alegraba a su alfa.

El verle con un peso saludable, no tan nervioso y algo más receptivo a las caricias les hacía saber que estaban haciendo un buen trabajo los dos. Sin pena mordisqueó los labios del menor para después estirarlos con suavidad sacándole un quejido a su amado. —Maldición, eres tan sexy..— Gruñó por lo bajo y dejó escapar un jadeo debido a que uno de los pies de Tomura se encontraba moviéndose contra su entrepierna. —Tómame.. te quiero adentro, me quema el cuerpo no tenerte aquí.. ah.. mételo— Suplicó moviendo sus caderas y alzándolas en dirección a su alfa mientras se señalaba el vientre.

La cara del peliblanco se había vuelto rojiza, Tomura se encontraba ido; sabía que en sus cinco sentidos no se le ocurriría decir una cosa así más el celo hacía que sus profundos instintos animales salieran a flote. Su omega interior deseaba al alfa de Touya poniéndose ansioso al no recibir la respuesta deseada en ese instante ya que este se quedó paralizado, el mayor tuvo que calmarle con sus feromonas o podría ponerse errático o deprimido; una de esas dos.

Se dispuso a dejar besos en su cara, fue en búsqueda de quitarle la ropa interior a lo que accedió luego de negarse por un rato. También Tomura hizo lo mismo con él, ya ambos desnudos el alfa tanteó su entrada con suavidad haciendo que se encogiera allí mismo y se aferrara a las sábanas. Introdujo un dedo, luego otro y así comenzó un vaivén intermedio mientras mimaba las piernas del menor. La vista era esplendida. Tener al pelinegro gimiendo y retorciéndose a su merced gracias a él; era una imagen que jamás podría sacarse de la cabeza.  

Al ya tener por lo menos cuatro dedos dentro y que se pudieran mover fácilmente los retiró para luego lamer estos, su sabor era ligeramente dulce contrario a lo que se hubiera esperado encontrándolo muy agradable. —Sabes dulce... me gusta..— Susurró, se quedó quieto cuando las manos del omega se posaron en su abdomen y luego fue arañado. —Mételo.. ya no aguanto.. me duele.. me duele.. quema..— Lloriqueó señalando su entrada mientras abría sus piernas.

 Soltando una nueva tanda de feromonas pudo suavizar su estado aunque eso fue detonante para que produjera más lubricación, buscó en la mesita de noche aquellos preservativos que usaban exclusivamente en el periodo de celo. El peliblanco no escatimaba en marcas cuando se trataba de complacer al menor además que había comprobado de que a unos cuantos Tomura era alérgico, a los que no había mostrado efectos era a unos ultra invisibles por lo que estos fueron los favoritos de ambos.

Ya con el preservativo puesto posicionó el glande en la entrada del pelinegro, empujó y al principio este entró fácil debido a la lubricación extra. —¡Ah!— Él gruñó, se apoyó cubriendo completamente el cuerpo del ojirubí y allí comenzaron las embestidas. Para ahogar aquellos gemidos obscenos por parte de ambos Shigaraki atrapó los labios de su amado, una conexión idónea. Sus lenguas bailaban al ritmo de las embestidas, Touya repasaba su silueta hasta situarse en sus nalgas apretando una de ellas. —Ah.. siento que me vas a succionar.. tan apretado..— Balbuceó el alfa al separarse para respirar, de ahí el libido se descontroló.

•••

—Ve más despacio, cariño..— Murmuró en voz baja el menor encima del regazo de su alfa siendo ayudado por este para moverse, las embestidas dolían un poco en esta posición si se movía solo pero con ayuda de Touya se le hacía más fácil. — Ah.. ah.. ¿te duele mucho?— Gruñó el peliblanco amasando las nalgas del contrario nuevamente, ya habían entrado en razón luego de que el pico de excitación de ambos volviera a la normalidad luego del primer orgasmo. Tomura negó con suavidad y escondió su rostro en el cuello del mayor. —Ah..— El compartir aquellos momentos de intimidad les acercaba más como pareja, el sentirse uno solo era un sensación incomparable.

Horas después un pelinegro recostado en el pecho de Touya descansaba, estaban exhaustos. No tenían mucha fuerza para moverse por lo que se quedaron allí, el primero en despertar fue el alfa quien acarició la espalda del omega. —Bebé..— Susurró. Frotó su cara contra la cabellera de este llamándolo unas cuantas veces hasta que despertó y se acurrucó nuevamente en su pecho. —Me duele todo.. nos excedimos..— Habló con voz congestionada, la verdad es que sí, se habían excedido más de lo debido.

—Perdón.. me dejé llevar.— Se lamentó el mayor abrazándole como pudo. —Si nos podemos levantar.. ¿un baño de burbujas?— Sugirió a lo que el omega asintió con suavidad, dejó un beso en su cabeza.

Fuego Fatuo • DabiShiga ♡ (🔞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora