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—¿Se siente bien?— Preguntó el alfa con sus dedos entre medio de las alas del rubio acostado encima de su pecho, él asintió con suavidad. —Sí, ya no me duelen tanto, gracias a ti— Contestó pasando sus manos al rededor del cuello de Enji, atrayéndolo a sus labios en un beso cálido.

—Me tenías algo preocupado con ello, me tranquiliza que estés mejor..— Logró articular el ojiturquesa al separarse de los labios de su amado. Recientemente el joven omega había experimentado dolores poco usuales luego del embarazo en su cuerpo, con delicadeza fue repartiendo besos desde la garganta hasta la zona del hombro sacándole al menor gemidos suaves. —Perdóname por hacerte preocupar por esto, cariño ..— Se disculpó el omega enterrando sus dedos en el cuero cabelludo contrario, se le hacia tierno cuando Enji sentía preocupación por él y le contaba; generalmente se callaba las cosas para sí mismo, pero poco a poco habían generado más confianza entre ambos al punto que este se sentía confiado de contarle. —No tienes que disculparte.. son cosas que pueden pasar— Murmuró escondiendo su rostro en su hombro.

—¿Tenemos tiempo para estar a solas?— Las manos traviesas del hombre de cabellos rojizos se colaron por debajo de los pantalones deportivos acariciando sus nalgas. —Uhm.. hasta que Hato quiera que estemos juntos ya que está durmiendo, pero por ahora creo que sí.. ¿Nos damos un baño juntos?— Keigo llevó sus manos al rostro contrario, deslizó sus pulgares acariciando sus mejillas provocando que Enji cerrara los ojos ante el delicado contacto que el menor le proporcionaba. —No me negaría tratándose de ti.— Habló el más alto reincorporándose llevándose consigo al rubio en sus brazos, cual princesa.

—Uhm.. se siente tan bien..— Susurró al meterse completamente en la gran bañera entre las piernas de Enji, el agua caliente alivianó su cuerpo. Lo mismo para el fornido pelirrojo, la cabeza del rubio quedó descansando en su pecho; aprovechó para tomar el bote de shampoo y dejarlo en el borde de la bañera cerca suyo, tomó agua en sus manos y la vertió en el pelo de Keigo dejándolo mojado luego de tres intentos, vertió una buena cantidad en su mano del producto y prosiguió a enjabonar la cabellera rubia con cuidado.

En cuanto al joven de veintidós años este disfrutaba de las atenciones de Enji, en algunas ocasiones cabeceaba; se sentía relajado ante los toques de su prometido. Puede que Enji Todoroki sea un hombre tosco y sin mucha paciencia pero ante los ojos de Keigo, era un amor cuando se lo proponía, aún perdido entre sus pensamientos el contrario pasó a enjabonar la zona su pecho teniendo sumo cuidado hasta llegar a la zona de sus caderas y entrepierna.

—No te duermas.. no es de buena educación tocar gente dormida..— Gruñó mordiendo con suavidad su nuca, el menor respondió algo adormilado entre quejidos. —Lo siento, pero es que me tratas tan cuidadosamente que es imposible no sentirme seguro y tranquilo, dan ganas de dormir siéndote honesto..— Esto provocó que las orejas de Enji se pusieran algo rojizas al igual que su cara, el omega siempre era así de directo.

Luego de un rato cambiaron de posiciones dejando al menor encima de Enji buscando sus labios a lo que él no se negó en absoluto. —¿Por qué eres tan malditamente delicioso?— Murmuró sin vergüenza alguna el omega contra sus labios, mordisqueó estos a la vez enredaba sus dedos en el pelo del contrario. Con su mano libre fue repasando los abdominales del mayor aunque este tampoco se quedaba atrás en apreciar el cuerpo del ojidorado.

—Eres un pervertido ¿lo sabías?— Refunfuñó cuando el menor se aferró a uno de sus pezones, desvió la mirada ganándose una carcajada por parte de su prometido al verle con la cara rojiza porque este jugaba con sus pectorales. —Mm.. puede ser, sólo que me gusta darle atención a una de mis tantas partes favoritas de tu cuerpo— Dejó algunas marcas en medio de ambos y cerca de sus pezones. —¿Entonces tienes más partes favoritas... ah..?— Keigo asintió. —Tus labios— Dejó un beso cálido en estos. —Tus ojos, la forma de estos me recuerda a los  de un tigre.. — Hizo una pequeña pausa tomando la cara de Enji entre sus manos. —Al igual que tu carácter, también tu pecho y abdomen me gustan.. bueno.. también ya sabes eso ahí..— Le salió una risilla nerviosa.

—Tu espalda, se siente cálido cuando me abrazas y me cubres casi completamente. Me haces sentir seguro ¿ya lo había dicho antes no?  Contigo me siento completo— En esos momentos el pelirrojo no sabía a donde mirar, que hacer, o que decir. Se sentía como un adolescente con las hormonas algo alborotadas por culpa de ese rubio estaba a punto de combustionarse.

Keigo al verle hizo que escondiera la cara en su pecho, entendía que algunas cosas le resultaban difíciles de expresar al alfa pero sin importarle lo amaba tal y como era, este sabía perfectamente que Enji lo amaba por lo que no se sentía inseguro al respecto de sus sentimientos entre ambos. Poco a poco iban tratando de trabajar aquella parte del pelirrojo, luego del baño ambos se dirigieron hacia la habitación envueltos en toallas.

—Sé que te estás esforzando mucho en mejorar algunas aptitudes, me siento orgulloso de ti ¿sabes?— Depositó un beso en su mejilla. —Gracias— Murmuró el mayor bajándole al suelo, se sentó en la cama en espera de que el omega le secara el cabello como rutinariamente lo hacían.  

—Te amo— Gruñó cerrando los ojos ante el contacto de la toalla en su pelo, tomó la cintura de Keigo repasándola con sus grandes manos y le apegó a él. —Eres tan lindo y ni siquiera te das cuenta, flamitas.. También te amo.— Procedió a besarle mientras frotaba la toalla de manera cuidadosa en su cabello húmedo.

¿Podría haber algo más puro que estos dos?

Fuego Fatuo • DabiShiga ♡ (🔞)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora