Cap. 2 Si No Lo Intentas, Nunca Lo Lograrás

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Al día siguiente, en la tarde, Rin caminaba por las calles de Kanto. Iba distraída, pensaba en cómo conseguiría su libertad, dado qué Sesshomaru no quisó ayudarla, aunque ya lo venía venir. Subió la mirada y se encontró con una persona problemática. Decidió desviar su curso y se metió en un callejón, creyendo qué escaparía, pero dos personas se aproximaron a ella, haciendo qué cambiará otra vez de rumbo, sin embargo  ya era muy tarde. La tenían rodeada.

—Rin pero que casualidad.

—Dejame pasar, Akihito.

—Siempre tan fría. Vamos diviértete conmigo. —Se acercó a ella y la tomó por la cintura pero Rin le dio una bofetada. —Pero que insolente, alguien debe domestícarte.— La golpeó haciendo qué callerá y se golpeara la nuca. Empezó a salir sangre y ellos huyeron de inmediato.

Pasaron las horas y Rin seguía ahí tirada, por suerte un joven peli-plata iba caminando por ese lugar. Al verla se acercó a ella y verifico si seguía con vida, al percatarse de que si lo estaba. Se levantó.

—No puedo creer que vaya a hacer esto— dijo en su cabeza, tapando su cara con una mano.

Cargó a la azabache y la llevó a su auto. Rasgo su camisa y momentáneamente detuvo el sangrado.

Cuando llegó a la casa atendió la herida de ella. Mientras qué en su cabeza se preguntaba el por qué hacia esto. Pero esta chica le daba curiosidad y quería descubrir más sobre ella, no obstante, esto no significa que la ayudaría.
La joven azabache despertó y abrió los ojos lentamente, su vista, al inicio, estaba nublada pero cuando enfocó bien se asustó y rápidamente se sentó en la cama tomando la sabana, pensó que estaba desnuda.

—¿Creiste que era un pervertido?—Ella observó para abajo y vio que todavía traía su ropa.

—¿Por qué... Por qué me ayudaste?

—... No lo sé —respondió desviando la mirada.

—¿Eh? —dijo confundida. —Una pregunta más ¿Por qué no me llevaste a la estación de policía?

—No quisé.

—¿Por qué? —Interrogó en un tono inocente.

—Basta de preguntas... Ahora dime algo sobre ti. La anterior vez te fuiste sabiendo muchas cosas de mí y yo no obtuve respuestas—Rin se quedó pensativa observando a Sesshomaru.

—Bien. Me llamo Rin y tengo 20 años. Por el momento solo te diré eso... Ahora yo quiero que me respondas una pregunta, ¿qué edad tienes? —Realmente no supo porque pregunto eso pero tenia, quizás, algo de curiosidad.

—30.

—¡Qué!

—¿De qué edad me veías?

—25—susurró bajando la mirada. Por su cabeza paso un pensamiento. —¿Cuánto tiempo he estado aquí?

—5 horas. —Soltó un suspiro. Hubo un minuto de silencio. —¿Qué hacías ahí tirada?

—... Tuve contratiempos.

—... Bien. Te dejo ropa ahí por que la tuya esta llena de sangre. Vete cuando gustes— dijo con voz grave y retirándose del lugar.

Pov Rin.

Me levante y miré la ropa que se encontraba en una mesita. Era hermosa y además holgada, justo como me gustaba. Solamente ocupaba ropa pegada porque asi le agradaba a su jefe, lo detestaba pero no me quedaba de otra. Bajé las escaleras y me encontré con el señor Sesshomaru. Realmente me sorprendí al saber que tenia 30 años, ni se le notaban, lo veía muy joven. Ahora ya no podía tutearlo (decirle de tú). Él estaba sentado, trabajando. Dirigió sus ojos hacia mí haciendo qué me sonrojará. No se porque hize eso simplemente paso.

—Gracias. Y...

—Tranquila. Guardaré tu secreto.—Abrí los ojos, no pensé que haría eso. Normalmente dudaría pero por alguna razón confie en su palabra y me fui.

Fin del Pov.

Rin se fue de la casa. Y a los pocos minutos llegó con su grupo. Cuando llegó su amigo, Kohaku, la abrazo al igual que su amiga, Kagome.

—¿Dónde estabas Rin? —Interrogaron al unísono.

—Tuve unos contratiempos, pero tranquilos estoy bien.

—¿Esos contratiempos fueron de 5 horas? Además ¿Y esa ropa?

—Am...Bueno...

—Esta hermosa además no es barata. —Comentó su amiga observándola. Kagome sabía mucho de telas, marcas, diseñadores, y ni decir de su buen estilo. —Dime ¿quién te la dio?

—Un amigo— contestó con una pequeña sonrisa y con nerviosismo.

—¿Un amigo? No te creo.

—Ya Rin. Dinos quien te la dio —pidió Kohaku.

—Ya les dije que un amigo.— Los dos jóvenes dudaron pero decidieron dejarla tranquila, con el pasar de los días lo descubrian.

Caminaron un par de calles y las chicas ya casi llegaban a su casa. Al llegar la azabache se dirigió hacia su habitación y se colocó la pijama. Ahora se hallaba acostada boca arriba, viendo el vacío del techo. Pensaba en el peli-plata por alguna razón le llamaba la atención, ¿su físico? No, estaba segura de ello, aunque debía admitir qué era un hombre guapo y peculiar, más por esos ojos color dorado, y esos cabellos largos, lacios y plateados. Pero eso no va al caso. Aún así, quería saber más sobre ese señor. Pero
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la reciente llegada de su amiga.

—Rin ¿podrías decirme con quién estuviste?

—... Con un detective.

—¡Un detective?

—Kagome, no grites por favor.

—¿Qué hacías con un detective? —Interrogó asombrada.

—Bueno, —tocó su nuca— tuve contratiempos y él me ayudó .

—A bien... Espera, ¿es el detective qué ya habías visitado?

—N-no.

—Mentirosa —aseguró alzando una ceja.

—Ash. Sí, Kagome. Fue el mismo.

—¿Él te dio esa ropa? ¿Por qué no te llevó a la  policía?

—Sí y no sé. Le pregunte pero solamente me contestó "no quisé", así, literalmente.

—Pero que carácter.

—Lo sé.

—Pero... Es muy extraño—susurró Kagome para ella misma.

—Bueno, ya me dormiré. Buenas noches, Kagome. —Sé metió entre las cobijas y le dio la espalda a su amiga. —Kagome tiene razón. Esto es muy extraño, no creo que tenga intenciones de atraparme. Quiero... Saber sus verdaderas intenciones. —Analizó en su cabeza.

Continuará

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