Con las fuerzas que poseía me levanté y corrí hacía abajo. Me dirigí hacia la cocina y estaba a punto de tomar un cuchillo, no obstante, ella me detuvo.
—No, no, no. No puedes morir por el momento. Sé que tienes el coraje para acabar con tu vida, así que tu te quedarás ahí hasta que llegué Sesshomaru — Me dejó en el sofá.
Bajé la mirada y me quede sentada. No tenía otra solución, no poseía fuerzas para continuar. Ocupe las que tenía para intentar suicidarme, pero fue en vano, así que mientras descansaba pensaría en cómo escapar o... bueno ya saben.
No paso mucho tiempo para que un individuo llegará a la casa, sin embargo el recién llegado no era el señor Sesshomaru, sino que era otro hombre adulto de complexión algo musculosa, su tez era blanca (más no pálida), y sus facciones finas, haciéndolo parecer más joven. Tenía el cabello bastante largo de un tono rojizo, con aspecto desaliñado con un mechón que le cubría su ojo derecho.
Zero hizo una pequeña reacción dándome a entender que lo conocía.
—¿Qué pasa, Kirinmaru?
Al inicio no dijo nada. Miro a Zero y después me miro a mí por un largo rato.
—Hermana, has pasado el limite ¿Cómo se te ocurre entrar a su casa y secuestrar a la humana? — El tono de voz que ocupaba era fuerte, muy autoritario. Ya me lo imaginaba viniendo del rey del este, Kirinmaru.
—¿Pasado el limite? No lo creo ¡Él hizo exactamente lo mismo!
—Sesshomaru no tardará en llegar... — Y como fue dicho no tardo. Pocos segundos de terminar la oración llegó.
Los observo con su semblante de siempre y después me miro por el rabillo del ojo.
—Sesshomaru...— susurró su hermano.
—Zero ¿Qué estás planeando? — Levantó los ojos y la observó con los ojos entrecerrados.
—Ya debería tener pensado que haré. Me desharé de está humana— explicó tomando mi brazo y levantándolo.
Quería golpearla, pero mi fuerzas no eran suficientes para completar el movimiento y tuve que ceder.
—Kirinmaru, no puedes continuar ignorando la situación. Detén a tu hermana.
—Ya lo sé, pero...
Parecía recapacitar en algunos asuntos, quería detener a asu hermana y ahorrar problemas, pero también deseaba ayudarla... Ayudar a su hermana mayor.
—Debes irte, Kirinmaru. Tú no tienes nada que ver con esto — advirtió su hermana con voz arisca.
—Tú... — Iba a decirle algo a ella, pero se retracto y cerro la boca antes de que algún sonido saliera de ella — Bien... discutan todo el tiempo que quieran, no obstante no dejaré que me ordenen qué hacer — rápidamente desenvaino una espada y la dirigió hacia mí. Al ver el filo mi ojos se abrieron como platos y me cubrí con los brazos. Aunque sabía que eso no evitaría que me matará. La hoja de la espada nunca me tocó y retiré los brazos. Miré arriba y vi la espalda del Señor Sesshomaru.
Los dos separaron sus espadas y dieron pasos atrás.
—Sesshomaru, ¿por qué después de odiar tanto a la humanidad sacrificas todo por una humana? — interrogó frunciendo el ceño.
Está pregunta todo el mundo la hacía ¿Por qué todos querían respuesta? pero de hecho nunca me la había planteado, pero creo que yo ya lo sabía y no dudaba en lo absoluto de la respuesta, así que nunca lo tuve en cuenta.
—No es de tu incumbencia.
Una vez más sus armas se cruzaron. Eran rápidos apenas mi mirada podía seguirlos.
Zero soltó un suspiro, parecía agobiada, y bajo la cabeza, luego de algunos segundos de analizar algo la levantó y me miro con unos ojos fríos como un tempano de hielo. Un escalofrió atravesó mi espalda. Debo admitir que me dieron miedo. Murmuró unas palabras que no entendí y sacó una navaja de su manga derecha.
—¡Sesshomaru! — Alzo la voz, pero no grito. Solo deseaba llamar la atención.
Los dos individuos, Kirinmaru y el señor Sesshomaru, voltearon y sus ojos se abrieron más de lo normal, estaban impactados. Zero tenía la navaja a pocos centímetros del cuello y los miraba con seriedad. La veía muy segura de lo que iba a hacer, no vacilo, estaba muy decidida y ninguno de los dos podría evitar su próximo paso.
—Recuerda que si yo muero ella también irá al inframundo conmigo. —Se dirigió a mi señor. Frunció el ceño y lentamente bajaba la espada; antes de qué lo hiciera completamente lancé el cuchillo que habían quitado y derribé la navaja. Que suerte, un movimiento en falso y mataba a ambas.
Los tres volvieron a mí.
—¡Ni siquiera dejan que me muera! Bien. Si es lo que quieren —paso la mirada por los tres y la detuvo en mí— ,entonces no se retracten. —Sacó un bastón de repente y lo apuntó a mí. Una luz morada se disparó y golpeó en mi pecho. La dos caímos a lados diferentes de la habitación. Al estar conectadas obviamente ese golpe la afectaría.
El señor Sesshomaru se acercó. Me miró con preocupación, no entendía porque hasta que bajé la mirada y vi sangre, estaba empapada de ese color carmesí. Presioné la herida, pero esa acción no funcionará de mucho, ya no había vuelta atrás. Esto se había acabado...
—No se preocupe, señor Sesshomaru — dije con una sonrisa — Esto debía terminar en algún momento y solo había un manera: yo debía morir... — Toqué su mejilla y el colocó su mano en el dorso de la mía — gracias y lo siento... — mencioné entre lagrimas. Antes del ultimo aliento me besó...
Su rostro estaba lleno de abatimiento, lleno de pena. Si pudiera llorar sus lágrimas bastarían para hacer una corriente poderosa y honda entre los causes de un río seco. Podía saberse también que el río iba con agua con tan solo mirar los ojos y nada más con mirar como empezaba a disolverse la ceniza de sus labios. Pero no, por carecer de la costumbre de felicidad y tristeza (al menos hasta que la había conocido).
Nadie le miraba, ya, a los ojos. No podría decir que antes lo hicieran, aparte de la mirada inconsciente sostenida que usamos cuando se habla, pregunta y contesta... No quería escuchar las preguntas vulgares de siempre que hierren más que un palo de madera golpeando tu cabeza. No querría hablar nada sobre el tema ¿Quién quisiera hablar de su mayor temor? Ver como su único ser amado agonizaba gradualmente entre dolor y sufrimiento sin poder hacer nada más que mirar. En ese momento entiendes que no importa que tanto poder tengas cuando no te sirve para proteger a las personas que más amas y atesoras en este maldito mundo ¡El poder no servía de nada si no lograbas salvar a tus seres queridos!
Todo era tan gris, si esa pequeña luz que iluminaba un significativo espacio. Ese día llovía, el cielo estaba lleno de humo negro, ni un rayo de luz ¿ninguna esperanza? Muchos decían que esos eran días buenos, algo increíble pasaría tus sueños se cumplirían, pero él solo vio pasar viento... sus sueños se habían desvanecido. Después de vivir por tantos años, que ya había perdido la cuenta, no tenía más cosas que desear ya había visto todo, vivido un sin fin de cosas, conseguido todo lo que quería ¿Qué más podría pedir o querer? Nada... solo deseaba pasar sus días con la mujer que amaba y adoraba, pero eso también le fue arrebatado y ya no había vuelta atrás.
Fin
¡Ahora vamos a esperar para ver Hanyo No Yashahime!
Será estrenada el 2 de Octubre a las 4 am aquí en México en Japón a las 5: 30 pm como anteriormente se había hecho.
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Privada De Libertad
FanficRin, una chica de 20 años, linda, amable y distraída. Fue vendida para pagar una deuda de sus padres, pero ya se hartó de estar atada a una persona que no quiere. Ella buscará su libertad y en el camino se encontrará con una hombre guapo, listo, frí...