13 » Perdida en Washington DC

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—Oh si… así… te ves perfecto… eres una belleza… —oía decir a alguien mientras más me acercaba a la puerta del cuarto. Pegué mi oreja a la puerta noté que era Niall quién hablaba. Abrí lentamente la puerta para encontrarme con él tomándole fotos a la tele.

—Niall… ¿qué haces?

—Estoy tomando fotos, que no es obvio Alon —contestó muy concentrado con el celular en la mano.

—Emm… me refiero a ¿por qué lo haces? —pero no obtuve respuesta de él. La verdad no me interesaba el por qué le tomaba fotos a la tele, solo quería distraerme un rato después de la plática que escuché. No es que fuera fanática de escuchar conversaciones ajenas pero no lo pude evitar. Harry platicaba por teléfono con la misma chica de aquella vez: Cara.

—¡Si! Estas tres fotos son perfectas, las subiré a instagram —oí gritar a Niall mientras yo me iba alejando de ahí. Decidí salir del hotel y tomar un poco de aire fresco.

Camino por el parque sin un rumbo en concreto el cual elegir. Pensaba y trataba de asimilar todo lo que me había ocurrido esta semana, desde el día del accidente, yo encerrada en esa caja, mi rimer concierto, las bromas y extraños comentarios de los chicos hasta hoy. “surreal era la palabra correcta para describirlo todo.

Asombrada me encuentro un teléfono público en el parque en el que de repente aparecí, la verdad no sé donde estoy pero no le doy tanta importancia. Me acerco al y descuelgo, suena el beeep y compruebo que funciona lo cual también es sorprendente considerando que es un teléfono de monedas en pleno centro de Washington D. C., ciudad de USA donde la tecnología está casi al alcance de todos.

Por suerte encuentro un par de monedas en la ranura y me alcanza para hacer una llamada de larga distancia. Podría haber llamado a Paul o a cualquiera de los chicos para que vinieran a recogerme porque desconozco donde estoy sin embargo la uso para quizá, hacer la llamada más tonta del mundo.

Marqué los catorce dígitos y al tercer pitido contestaron.

—Bueno

—…

—Bueno ¿quién habla? —era la voz de mi frívola tía al otro lado de la línea.

Había llamado a casa con la esperanza de que mi madre contestara, pero al parecer seguía en cama. Solo tenía dos opciones: enfrentarla o crear una mentira. Opté por la segunda.

—Emm… Buenas tardes, llamo del hospital para saber cómo se encuentra la paciente Alicia García Vega —mi tía no contestó al instante.

—Dígame en realidad quién es usted, si no me dice rastrearé la llamada —contestó ella exasperada. No tenía caso seguir con la mentira, así no llegaría a nada. Su tonta advertencia no me aterraba aunque sabía que podía hacerlo. Suspiré y hablé.

—Hola querida tía ¿me recuerdas? Tu sobrina a la que dejaste en New Jersey —dije con sarcasmo, ella soltó una carcajada.

—¡Pero mira quién habla! ¡Alondra, cuánto tiempo sin saber nada de ti! ¿el orfanato te sienta bien o las calles de New Jersey con cómodas? —mi cara empezó a hervir de furia. ¡Qué descaro de su parte!

—Solo te llamo porque quiero saber de mi madre.

—Ella sigue en un sueño profundo del que quizá no despierte.

—¡Me das asco tía! Como puedes decir eso de tu propia hermana… ¡de tu sangre!

—¡CÁLLATE! A mi no me hablas en ese tono mocosa.

—Yo te hablo como yo quiera, no siento ni un poco de respeto por ti, nunca te vi como mi tía.

—Quizá porque nunca quise serlo, quise mantenerme tan alejada de ustedes como pude.

Freedom » Harry S. [1D]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora