¿Te molestaría si te llamo esta noche?

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(Perspectiva Alsira)

-Creo que por hoy ha estado bien de compras- dije- he dejado mi tarjera de crédito tiritando.

-Tal vez me he entusiasmado un poco- dijo Alice.

- ¿Solo un poco? - dijo Carlisle levantando las bolsas que llevaba.

-Vale, tal vez mucho- admitió Alice rodando los ojos- pero me gusta pasar tiempo contigo, no me he dado cuenta de que se ha hecho tan tarde.

-En parte también es culpa mía- dije- me lo he pasado genial con los dos, pero he de volver ya a casa, mañana hago turno doble y he de descansar, no queremos que mi jefe tenga quejas de mi ¿verdad?

Ambos se rieron ante mis palabras.

-No creo que sea el caso- dijo Carlisle- he oído que es bastante comprensivo.

-Mejor será no tentar a la suerte- dije mientras llegábamos al lugar donde tenía mi coche- gracias por hacerme compañía esta tarde, me lo he pasado realmente bien.

-Ha sido un placer- dijo Carlisle.

-Sí, tenemos que repetirlo, pero la próxima vez solo tarde de chicas- dijo Alice- tu, Rose y yo.

-Ya sabes cómo localizarme- dije guiñándole un ojo- me gustará mucho conocer a tu hermana.

-A ella le encantará conocerte- dijo pareciendo segura de sus palabras.

-Nos vemos en el hospital Carlisle- dije despidiéndome- espero que tengáis un agradable día mañana.

-Gracias- respondió Carlisle.

Alice me sonrió y se despidió con un gesto de la mano, les sonreí en respuesta y me despedí antes de montarme en el coche.

El trayecto de vuelta se me hizo más largo de lo que esperaba, mientras descargaba las bolsas en varios viajes comencé a sentirme cansada, así que cené algo rápido, coloqué las cosas que había comprado y tras una ducha caliente, me dejé caer en un sueño profundo, no sin antes recordar ese par de ojos ocres acompañados de una amable y dulce sonrisa.

Extrañamente, esa noche, dormí estupendamente, me levantaré descansada y lista para el día ajetreado que me esperaba. Me di una buena ducha, hice lo propio en el baño y bajé a prepararme un buen desayuno.

El sol se comenzaba a dejar ver esa mañana por lo que me decidí por usar un vestido ligero y cambiarme en el hospital con el uniforme que llevaba preparado.

De camino al hospital me crucé con el Sheriff Swan, lo conocía desde niña, era amigo de mi padre y durante mucho tiempo nos ayudó a mi madre y a mí, cuando me fui prometí enviarle cartas todos los meses y cumplí con ello. Era un buen hombre, algo solitario desde que su mujer se fue, pero muy buen hombre.

-Charlie- dije deteniendo el coche junto a su patrulla- ¿qué tal estas?

-Alsira- dijo bajando del coche para acercarse a mi ventanilla- había oído que estabas de vuelta, iba a ir a verte esta tarde.

-He conseguido un trabajo en el hospital- dije- es mi segundo año de pasantía, así que no estaré mucho por casa, ya sabes, turnos dobles y guardias.

-En ese caso, llámame cuando tengas un rato libre y podremos ir de pesca como cuando eras niña- dijo con una pequeña sonrisa.

-Claro que sí Charlie- dije anotando mi número en un papel- este es mi nuevo teléfono, si me llamas guardaré tu número.

-Hecho- dijo guardando el papel en su chaqueta- he de irme a la comisaría, nos vemos pronto Al.

-Nos vemos pronto Charlie- dije arrancando el coche y dirigiéndome al hospital.

Mi amanecer eterno ( Carlisle Cullen )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora