¿Solos tú y yo?¿sin carabina?

3.6K 288 10
                                    

(Perspectiva Alsira)

Al salir del coche puse música en el móvil conectado a los auriculares y emprendí el camino hacía las tiendas de menaje del hogar, dejaría los alimentos para la último.

No llevaba mucho tiempo en la primera tienda, había elegido un set de sartenes y ollas, las que tenía en casa necesitaban con urgencia ser renovadas, ahora tocaban los cubiertos, solo iba a comprar dos conjuntos de cubiertos, vivía sola, no necesitaba más, además aun podía usar los que tenía, no estaban tan maltratados.

Revisé la lista y me faltaban toallas y rodillos, así que debía cambiar de tienda, los que había en esa no me convencían, me acerqué para pagar y me quité los auriculares guardando el teléfono en mi bolso.

-¿Alsira?- dijo una voz a mis espaldas, no me hizo falta girarme para reconocerla- ¡Qué coincidencia!

-Hola Alice- dije al girarme y comprobar que efectivamente era ella- ¿qué haces tu por aquí? ¿También de compras?

-Sí hay unas cuantas cosas que cambiar en casa- dijo- pero aquí no encuentro nada.

-Yo iré a comprar un par de cosas a una tienda que está cerca, tiene cosas muy bonitas- dije acercándome a la caja y pagando- ¿quieres venir?

-Sí, voy a decírselo a Carlisle, está dejando en el coche un par de cosas- dijo antes de girarse para salir de la tienda.

-¿Quiere una bolsa?- me preguntó el chico de la tienda.

-Sí, un par de esas bolsas de tela que tenéis ahí- dije- gracias, pagaré con tarjeta.

-Bien, ya puede introducir el código- me indicó.

Una vez pagué salí de la tienda con algo de esfuerzo al cargar con las bolsas, iría al coche antes de ir a la siguiente tienda.

-Al- dijo Alice acercándose junto a Carlisle.

-Buenas tardes, Doctor Cullen- dije saludándolo.

-No estamos en el trabajo, solo Carlisle- dijo sonriéndome- deja que te ayude con esas bolsas, parecen pesadas.

-Oh, muchas gracias, Carlisle, mi coche está en la siguiente calle- dije- no te haré cargar con ellas mucho.

-No te preocupes por eso-dijo- Alice me ha dicho que vais a ver una tienda aquí cerca.

-Sí, pero primero dejemos eso en el coche, de verdad, no quiero que andes cargando con ello- dije comenzando a caminar con Alice tomando mi brazo y Carlisle a mi otro lado.

Saqué la lista del bolsillo y le di un vistazo.

-¿Te estás mudando?- preguntó Alice mirando la lista- son muchas cosas.

-Estoy renovando las cosas de casa- dije- cuando ocurrió lo de mi madre yo me fui a Baltimore y ahora que he vuelto, necesito darle un lavado de cara a la casa, durante años todo el dinero fue para los tratamientos de mi madre, así que te podrás hacer una idea de cómo están las cosas en mi casa.

-Has tenido que ocuparte de muchas cosas a una temprana edad- comento Carlisle.

-Son las cartas que me han tocado- dije encogiéndome de hombros- a muchos otros les han tocado cartas peores y han salido adelante.

-Es una bonita forma de ver las cosas- dijo Carlisle mirándome a los ojos mientras llegábamos al coche y abría el maletero.

-Se lo debo a mi madre-dije- siempre tenía una sonrisa amable en el rostro, nunca se dio por vencida y yo he decidido hacer lo mismo, déjame ayudarte.

Tomé las bolsas que me había ayudado a llevar y las coloqué en el maletero.

-Vais a tener un buen día mañana- dije fijándome en el cielo- despejará esta noche y como un milagro en esta ciudad seguramente saldrá el sol.

-En realidad en parte es por eso- dijo- nos gusta acampar, pasar tiempo en la naturaleza y es mejor si el tiempo acompaña.

-Suena agradable, hace mucho que no voy de acampada- admití- creo que desde que era una niña y eso que me encanta pasar tiempo en los bosques.

-Tal vez te puedas venir un día con nosotros- dijo Alice- estoy segura de que mis hermanos estarán encantados con eso.

-Me encantaría, pero es vuestro tiempo en familia y yo sería una intrusa- dije- aunque no me negaría a una caminata por el bosque, recuerdo que hay lugares fantásticos.

-Conozco un par de ellos- dijo Carlisle- será un placer que nos acompañes, un día que ambos descansemos podremos organizarlo.

-Es una cita- declaro Alice- una cita en familia, genial.

Alice se adelantó a nosotros y entró en una tienda de menaje de hogar y decoración.

-¿Es impresión mía o su hija le está buscando una cita?- pregunté divertida.

-No es impresión suya- admitió pareciendo algo avergonzado- he de admitir que estoy algo oxidado en ese campo e imagino que la mochila que suponen mis hijos tampoco ayuda cuando una mujer quiere acercarse a mí.

-Disculpe mis palabras doctor, pero eso que has dicho es una tontería- dije mirándolo a los ojos- no conozco al resto de tus hijos, pero con que sean una milésima parte de encantadores de lo que es Alice, no significan ninguna mochila, sino un aliciente.

- Es agradable escuchar eso- dijo Carlisle- se que puede sonar un tanto repentino e indiscreto por mi parte, pero ¿te gustaría ir a cenar, a pasear o a tomar un café juntos algún día?

-¿Solos tú y yo?¿sin carabina?- pregunté haciendo una leve inclinación hacia tienda donde se encontraba Alice.

-Sí, si no te molesta- dijo- aunque si prefieres que venga alguien más, estoy seguro de que podríamos invitar a alguien.

-Acepto esa invitación Carlisle- dije- pero con una condición.

-Soy todo oídos- dijo.

-Qué ocurra lo que ocurra, no afecte nuestro trabajo en el hospital- pedí- acabo de empezar y estoy segura de que, si se enteran de que nos vemos fuera del hospital, seré la comidilla y no quiero eso.

-Pase lo que pase, seremos profesionales Alsira, lo prometo- dijo extendiendo su mano en mi dirección- y prometo que en nuestra cita seré todo un caballero.

-De eso no tenía la menor duda- dije tomando su mano y sorprendiéndome cuando la llevó a sus labios y depositó un ligero beso en ella.

Le sonreí encantada mientras una corriente recorría cada fibra de mi cuerpo y me perdía en sus ojos.

-No sé qué es lo que tiene doctor- dije dejando ir su mano poco a poco- pero me resulta fascinante.

-Pienso lo mismo de usted doctora- dijo sonriéndome de igual manera.

Segundos después el torbellino Alice salió de la tienda en mi búsqueda y me arrastró junto a ella a elegir toallas, cortinas, sábanas y cientos de cosas más que no tenía pensado comprar y terminé llevándome.

Mi amanecer eterno ( Carlisle Cullen )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora