hallazgo.

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LIZZIE'S POV:
—evie... no quiero que te alteres...—le pedí, hablándole al teléfono desde quién sabe donde, mirando a la nada, y luego a ella—pero no sé dónde estoy.

—¿¡QUÉ?!—exclamó, y claramente escuché un exhalo de dolor; había intentado levantarse.

—¡no te muevas!—le grité, mientras cruzaba un puente colgante de madera que me llevaría a quien sabe dónde.

—lizzie, regre-—la pantalla de mi móvil se puso negra; lo que faltaba.

lo guardé en el bolsillo de mis jeans y continué caminando por el puente, viendo hacia todos lados, tratando de detectar a mal desde lejos. me quería ir ya; estaba asustada. no conocía nada de aquel lugar; había llegado hace tan sólo días a auradon y ya me había ofrecido a perderme por ahí para buscar a una chica que evidentemente me detestaba.
porque esa soy yo.

lizzie redheart.

salté fuera del puente y mojé mis labios, para luego tragar saliva. revisé si mi móvil ya había vuelto a la normalidad, pero no. estaba guardándolo en mi bolsillo una vez más, renegando, cuando escuché unos sollozos a lo lejos.

traté de seguir su sonido, y mientras más me acercaba, más notaba su profundidad y su temblor.

salí a la luz del sol, apartándome del oscuro bosque por el cual había caminado a ciegas, guiada tan sólo por ruidos, y la encontré al fin.

mal estaba sentada en unas escaleras de piedra, mojando sus pies en un lago, y, por consiguiente, el vestido blanco y lila que llevaba.

MAL'S POV:
—hola...—escuché esa voz de nuevo. la estúpida y falsa voz de aquella estúpida y falsa pelirroja que tanto odiaba.
no tuve necesidad de girarme a verle para saber que era ella, así que no lo hice. no quería ver a nadie en el momento, mucho menos a ella.

—lárgate.—le ordené.

se suponía que iba a ser la futura reina de auradon o alguna mierda por el estilo; aún así, a ella no le importó mi pedido. es más; no sólo fue indiferente, sino que me dio la contra en su totalidad: se acercó se sentó a mi lado.

—mira, yo sé que no te caigo bien,—empezó, y yo di ese tipo de risita silenciosa, que no es más que aire saliendo de la nariz—y si tienes algo que arreglar conmigo, que así sea... pero no huyas y preocupes a todos.

—tienes razón, no me caes bien.

—es por evie, ¿cierto?—me quedé callada unos momentos; ¿cómo lo sabía?—crees que te la estoy "quitando" o algo por el estilo...

yo sólo la miré de reojo y alcé una ceja; mis celos eran demasiado obvios. ya, tenía que ser sincera conmigo misma; estaba celosa. me moría de los celos de que evie quisiera tanto a alguien que conocía tan poco. sabía que para el cariño no era cuestión de tiempo, sino de química, pero aún así, qué rabia me daba cada vez que las veía juntas.

—evie es... inigualable.—prosiguió, y yo apreté los labios y asentí—es encantadora, talentosa y bellísima... y es por eso que no quiero ser su amiga.

volteé a verla, de lo más confundida.

—¿qué?

—estoy enamorándome de evie...—miró hacia el agua, con los ojos suavemente cerrados.

por alguna razón, yo sentí un revuelco en mi estómago, y podría jurar que, por un momento, mis ojos se volvieron esmeralda, como lo hacen cada vez que me enfado locamente.
sin embargo, auradon me había enseñado a mantener el control.

"esta no es la isla de los perdidos, mal. no puedes tirarle ladrillos a la gente sólo porque te caen mal."

—¿te estás enamorando de evie?

—sí,—levantó la vista hacia mí, y su expresión de tristeza cambió a una pequeña sonrisa malévola—y es por eso que es una verdadera lástima que tenga que hacerle lo que le voy a hacer.

Aquí EstaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora