Veinte.

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Axel abrió sus ojos y no se movió, pero bastaron dos segundos para que se relajara y moviera sus labios con los de ella.

Las manos de Eli se engancharon en su cuello y Axel la atrajo hacia él, recostándose en el sofá, sus piernas enredadas, uno arriba del otro. Sus manos viajaron por la suave espalda de Eli y se detuvieron antes de llegar al broche de su sostén.

Eli entró en razón y se separó de él avergonzada por haber actuado impulsivamente. Era como si su cuerpo hubiera reaccionado por si mismo.

- Yo... yo... - Se paró rápido del sofá.

- ¿Qué fue eso? - Preguntó Axel sorprendido y con sus ojos abiertos.

- Yo... debo... ir a mi habitación... - hizo un par de señas bruscas por el nerviosismo - Deje la plancha de la ropa enchufada.

Dio media vuelta y caminó hasta su habitación. Acababa de besar a alguien que no tendría que haber besado.

¿Qué haría? ¿Cómo lo miraría a los ojos? ¿Qué explicación le daría? No era algo que podría dejar pasar así como así.

Tocó su frente, estaba con fiebre, su cuerpo entero tenía fiebre y no precisamente por que estuviera por enfermarse.

Tenía que salir, escaparse, tirarse por la ventana si era posible, pero no podía quedarse en su habitación, evitando por el resto de la tarde a Axel, pero si salía se lo iba a encontrar de tope y tendría que dar explicaciones, si tenía suerte podía correr y tirarse por las escaleras.
Cualquier cosa para evitar a Axel en ese momento.

Sintió la puerta del baño cerrarse y la ducha abrirse... esa era su oportunidad.

Tomó su cartera, su móvil y salió disparada por las escaleras para llegar a su auto. Tenía que hablar con Cami lo antes posible.

***

-¡¿Que tú qué?! - Exclamó Camila.

- Quiero patearme la... - Calló. - No sé por qué lo hice - tomó su cabeza entre sus manos.

- Me dejaste helada.

- No sé que hacer Cami. - Se sentó en el sofá de su amiga.

- Tú sientes algo por... 

- No, bueno no... pero si, bueno no sé, ¿Bien? NO SÉ. Estoy en crisis. - Dijo ocultando su cara entre sus manos.

- Tal vez él siente lo mismo que tú.

- Ni que fuera el último ser en la tierra. - Dijo alterada. 

- Que pena que no te puedas ir de viaje...

El cerebro de Eli hizo click.

- ¡Espera! Soy tan idiota. - dijo golpeando su cabeza.

- ¿Que?

- Mierda, como pude haberme olvidado. - Dijo desesperada. - Debo ir a Chicago, mañana. Un cliente muy importante, inversionista irá de negocios. - sonrió. - Yo debería estar preparando mis cosas.

- ¡Te lo recordé! Soy una genia.- Rió.

Rió desesperadamente. - ¡Gracias! – chilló. – Dios cómo pude dejarme estar.

- Ámame para toda tu vida, te estoy salvando. - Dijo Cami mientras reía.

Eli salió disparada por la puerta. ¡Jamás estuvo más feliz por ir a trabajar! Llamó al Señor Carter y acordó todos las condiciones del viaje. 

Siempre hay una primera vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora