Veinticinco.

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Dije que no. - Dijo Eli.

- ¿Por qué eres tan conflictiva? - Refunfuñó Axel tomándolo del brazo y arrastrándola a la puerta del copiloto.

- ¿Por qué eres tan sexy cuando te pones serio? - dijo Eli antes de tirarse en el asiento del copiloto.

Axel negó con la cabeza. - Si que estas borracha, Eli. ¿Qué mierda te dio Mandy? - Rió y luego rodeó el auto para subirse.

Mientras iban manejando Eli venía cantando una canción inventada por su mente de ebria.

- ¿Cuanto bebiste? - Dijo interrumpiéndola.

- No sé. Quince tragos... quince, dieciséis... muchos. - Dijo con su voz arrastrada mientras apoyaba su cabeza en la ventana.

- ¿Por qué demonios fuiste a beber?

- Que te importa. - contestó de mala gana.

- Me importa, porque yo soy el idiota que tiene que ir a buscarte y lidiar con tu borrachera.

- Que tierno eres. - Pasó una mano un poco brusca por su mejilla que se desvió a su nariz.

- Vas a hacer que choquemos. - Apartó su mano de la cara.

- ¿Por qué las tortugas son ninjas? - Dijo riendo desesperadamente.

- ¿Qué?

- ¡Si! O sea... ¿No podían ser otra cosa? No sé... panaderos o zapateros.

- Elizabeth duerme. - dijo Axel riendo.

- No me digas que hacer.

Axel sólo rió y siguió conduciendo.

– ¡Axeeeeel! – Chilló. – dejame volver...

- Tranquilizate. - Acarició su mano. - Ya llegamos a casa. - Apagó el auto.

- ¿No podemos ir a robar un banco?

- No. Baja del auto. - Dijo Axel serio.

- Na. - Rió. 

- Eli, por favor. - suplicó Axel. – es una lucha para que subas, ¿Otra más para que bajes?

Elizabeth abrió la puerta de mala gana y fue hasta la entrada del edificio.

- ¿Me cargas? - Preguntó como niña pequeña.

- Puedes caminar. - Dijo él.

- Cargame. - Se colgó de su cuello.

- ¡Maldición! - murmuró Axel cargando a Eli en su espalda. - Sólo hasta el ascensor.

- ¡Arre caballito! - Gritó Eli riendo. - Rápido o te nalgueare.

- Me gustaría ver eso... - murmuró para si mismo.

Él llegó al ascensor y bajó a Eli,  quién se tambaleó un poco.

Él apretó el botón del piso número seis y luego se paró junto a ella. 

- ¿Axel?

- Qué. 

- No me siento bien. - Dijo ella tomando su estómago.

- ¡Lo que faltaba! - Levantó sus manos. - Respira ondo, falta sólo un piso.

Eli se tiró al piso quejándose.

- Eli, levantate. - La tomó en brazos. 

Ella se colgó de su cuello y lo besó bruscamente. Axel quedó paralizado sin mover un sólo músculo. Ella comenzó a acariciar su nuca y pasar sus manos por sus hombros y cuello, él se relajó un poco y comenzó a mover sus labios con los de ella, resignándose a lo que estaba sucediendo. Sus hormonas chocandose y cediendo a la locura.

Siempre hay una primera vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora