Axel estacionó su moto admirando la gran casa con puertas talladas y verjas negras.
Se acercó hasta la puerta y tocó el timbre.
Esperó unos minutos y las puertas se abrieron dejando ver a la Señora Taylor.
- Buenos di... - antes de que terminara de decir la palabra, ella comenzó a cerrar la puerta.
»¡Espere!- Dijo Axel trabando la puerta. - Se que soy la última persona a la que quiere ver, pero necesito su ayuda.
La Sra. Taylor abrió la puerta y dejó pasar a Axel
- Qué quieres.
- ¿Su hija está aquí? Digame que si.
- No, ella no está.
Axel suspiró.
- ¿Sabe dónde puedo encontrarla?
- No dijo nada a donde fue, sólo pasó la noche aquí. Creeme que estoy preocupada. - se sentó en el sofá. - está distinta, fría y es como si la hubieran...
- Lastimado. - Murmuró Axel terminando la oración.
- ¿Pasó algo entre ustedes?
- Si, pero fue un mal entendido y he estado desesperado buscándola por todos lados. - Tapó su cara. - Ella cree que la utilicé.
- ¿Realmente la amas?
- No se imagina cuanto. - Dijo aún con sus manos en la cara. Lentamente fue quitándolas y reveló sus ojos cristalizados. Con voz quebrada añadió: - Yo... yo me quiero morir sin ella... yo, no soy nadie sin ella. Yo cambié mucho, ahora comprendo la frase : Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. - Las lágrimas comenzaron a escurrirse por sus mejillas.
La Sra. Taylor se acercó a él y pasó una mano por su hombro brindándole consuelo.
- Yo voy a ayudarte, si es que vuelve hoy a casa te llamaré.
Axel trató de sonreír. - Creo que debo irme.
***
Pasó todo lo que quedaba del día, en el sofá bebiendo de a tragos botellas de vodka puras, mientras escuchaba música de Elton John a todo volumen.
Estaba decidido a morir de la misma forma en la que había conocido a Eli... emborrachándose.
Había pasado un día y ya tenía la sombra de una barba, ojeras, aspecto deplorable y su cabello ya no tenía el brillo que sabía tener. Un día sin Eli y él parecía un indigente.
En el apartamento todavía estaban los trozos de porcelana del jarrón y los tacones de Eli en el suelo.
Los miró por un buen rato y lloró mientras bebía más alcohol.
Estaba muriéndose lentamente.
Alguien tocó la puerta.
- No... no hay nadie. - habló con dificultad.
- Axel abre. - dijo Fredy
- No. Vete. - Dijo bebiendo otro trago.
Fredy empujó como pudo hasta que forzó la cerradura. Cuando vio todo el desastre y a Axel en el sofá con botellas vacías a su alrededor, entró rápidamente y le quitó a Axel la botella de las manos.
- ¿Eres idiota? Podrías morir. - lo regañó Fredy.
- No me vendría mal...
Fredy le tiró las botellas vacías y volcó el contenido de las que quedaban llenas.
- Lo único que falta es que te mates. No seas idiota. Hay otras maneras de encontrar a Eli...
- Ya intenté todo... - Dijo cayéndose en el sofá. - La perdí para siempre. - Comenzó a llorar.
- ¿No pensaste que puede ir mañana a la audiencia?
- No irá.
- Tú no sabes eso. - Dijo Fredy yendo a la cocina.
- Ahora me odia, Freduard. Me odia y todo por culpa de ese estúpido hijo de...
- Toma esto. - Fredy le dio un vaso.
Logan se incorporó lentamente y tomó el vaso. Luego de unos minutos hizo una mueca de desagrado.
- ¿Qué demonios me diste?
- Agua con sal. Eso cortará un poco el alcohol en tu sangre... ahora ve a bañarte que apestas, te afeitas y te vas a dormir para ir mañana a esa audiencia. - Dijo tratando de levantarlo, pero era casi imposible.
- Si no tengo ganas de vivir, pues no voy a tener ganas de bañarme... - Dijo tirándose de nuevo en el sofá.
- Pues entonces iré al cuarto de Eli y quemaré toda su ropa... - Dijo yendo por el pasillo.
- ¡NO TE ATREVAS! - gritó levantándose tan rápido que se mareó y cayó al piso. Comenzó a arrastrase y hasta la habitación.
- No te atrevas, idiota... - Dijo afirmándose en el umbral de la puerta para no caer.
- Pues esta camisa ya no servirá, estos pantalones tampoco... - Dijo revolviendo los cajones. - Su ropa interior.
- ¡¡No toques sus bragas!! - Gritó enfurecido.
- Pues entonces ve y haz lo que digo... o estas prendas serán ceniza. - amenazó Fredy.
- Esta bien... lo haré. - Dijo más calmado. - Pero no te acerques a sus cosas o te mataré... sabes que lo haré. - advirtió.
- Ni las miraré.
Mientras Axel se duchaba con agua helada, Fredy trató de limpiar un poco el desastre que había en la sala.
Axel se vistió con algo cómodo y se recostó en la cama con un café que Fredy le había preparado.
- Gracias amigo. - Dijo tratando de sonreír.
- No hay de qué, para eso estamos los hermanos. - Sonrió palmeándolo levemente. - Mañana vendré por ti, estoy seguro de que Eli irá. Ya sabes como es ella... no va a dejar todo a medias. Ahora descansa.
Axel sólo asintió y luego sintió la puerta de entrada cerrarse.
Un rato después su teléfono sonó.
- Hola.
- Axel. - Dijo del otro lado.
- ¿Tiene noticias de ella?
- No... mandó un mensaje diciendo que no volverá, pero que ella se encuentra bien.
Axel no respondió, sólo suspiró y después de unos segundos dijo: - esta bien, gracias por avisarme.
Finalmente se recostó en las sábanas blancas que aún tenían el perfume de ella, y mientras abrazaba una almohada, allí se durmió.
***
Al amanecer Axel ya estaba despierto, la intranquilidad no lo dejaba dormir. Quería saber donde estaba Eli.
Se ducho, preparó una camisa blanca, un pantalón negro y luego esperó a que Fredy llegara por él.
Los nervios lo tenían preso. ¿Iría? ¿Qué haría cuando lo viera? ¿Qué haría él cuando la viera? ¿Cómo terminarían después de ese día?
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Siempre hay una primera vez.
عاطفيةSinopsis. Axel Doson, 24 años, soltero, un Casanova, o como muchos de sus amigos le decían "un Gigoló". Él vive la vida loca hasta el extremo y cada vez que puede pasar por la cama de alguna chica lo aprovecha. Sin embargo, decide ir más Lejos aún:...