Capítulo 2

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Al día siguiente de la petición de Katya, asistí al atelier como de costumbre. Katya me esperaba a los pies de la escalera, tomé mis implementos de trabajo y me dirigí hacia donde ella se encontraba y me ayudó a subir mis cosas. 

Me guío hasta la sala de estar de aquel piso, la decoración era impresionante, pinturas de algunos de los pintores más reconocidos de esa época guindaban de las paredes, jarrones hermosos y los muebles de finas maderas, fotos enmarcadas de ambas y con sus familias… Realmente me sentí fascinada de ver todo aquello. 

Katya se disculpó conmigo ya que tenía que salir a dejar algunos encargos de pinturas que sus clientes nos hacían…

Una vez ella hubo abandonado el piso, yo traté de ponerme cómoda mientras ordenaba los lápices, los colores, los pinceles y brochas que usaría.

Entonces Yulia salió de una de las habitaciones, vestida con nada más que una bata de seda blanca, casi transparente, que dejaba ver por encima sus senos desnudos de manera casi perfecta y su pequeña braga de encaje también blanca.

Inmediatamente que la vi no pude disimular, mis mejillas se habían puesto muy rojizas, mi mirada no se apartaba de ella y el corazón parecía que quería salirse de mi pecho.

Me miró dulcemente y me brindó una sonrisa como las que solo ella sabe esbozar.

—Entonces, si era cierto lo que me dijo Katya… Tú vienes a hacer una pintura de mí.

—Así es señorita —le contesté luego de tragar saliva, sentía mi garganta seca.

—Dime Yulia, no tienes que ser tan formal conmigo y no seas tan tímida…

Se acomodó en un diván que había frente a unos grandes ventanales y que dejaban entrar mucha luz en esa parte del apartamento. 

Puse entonces el trípode con el lienzo para quedar frente a ella, acerqué la mesita con los demás implementos que usaría y una silla alta donde me dispuse a empezar con mi faena. 

—Espero no causarte incomodidad, pero quiero que me pintes tal cual me muestro ante ti en este momento…

Solo asentí a lo que me dijo mientras hacía la mezcla de colores, un pincel calló de mi mano, cuando levanté la mirada hacia ella y la miré detalladamente.

Había abierto su bata y bajado las mangas hasta la mitad de sus brazos, dejando descubierta la piel de sus hombros y sus senos estaban completamente desnudos frente a mí.

Uno de sus brazos se apoyaba en una de sus piernas y el otro brazo lo tenía apoyado en el diván tocando su rostro con él. Se veía tan hermosamente excitante…

Me apresuré a recoger el pincel, rehuyendo a su mirada que se clavaba en mí. Tomé un trozo de grafito y empecé a dibujar su silueta sobre el lienzo.

—Deberías relajarte un poco, te noto muy tensa —me sonrió tras decir aquello.

—Lo… lo siento Yulia, es que es la primera vez que hago un trabajo como este.

—¿También es la primera vez que tienes a una mujer semidesnuda frente a ti cierto? —su tono era curioso y a la vez coqueto.

—Nunca antes había tenido este tipo de experiencias con nadie —le contesté mirándola directo a los ojos y una vez más me sonrió.

Detrás de sus ojos azules/ Versión CorregidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora