Capítulo 8

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—¿Entonces, ya se decidieron? —preguntó Yulia.

—Pudimos llegar a un acuerdo muy bueno a mediano plazo, creo que nos beneficia a todos.

—¿En qué quedaron? —pregunté, nerviosa.

—Bien Yulia —se dirigió a ella—, irás a América en tres meses y te quedarás allá por un período de un año, luego de ese tiempo puedes volver aquí.

¡La noticia me descolocó por completo! Un año entero sin verla, eso era más de lo que esperaba. Yulia al escuchar a Katya decir eso, tomó mi mano y la presionó un tanto fuerte, supongo que ella tampoco esperaba que fuese por tanto tiempo.

—Me costó mucho negociar con él, dice que un talento como el tuyo hay que explotarlo al máximo… Quería que te quedarás dos años, pero le dije que luego de un año si las cosas iban bien y tú querrías quedarte allá, sería tu decisión.

—Te lo agradezco mucho Katya… Bueno supongo que ahora tendremos que disfrutar del tiempo que tenemos juntas antes de mi partida. 

—Supongo que podemos soportarlo, un año pasará rápido —dije no muy convencida de mis palabras.

Lo siguiente que sucedió fue tal y como dijo Yulia que haríamos, disfrutar de compartir nuestro tiempo juntas. Antes de volver a París, las tres aprovechamos para recorrer los bellos paisajes que nos ofrecía Ruan… Pasamos un hermoso día en el muelle e hicimos un picnic.

Al volver a París, no desperdiciamos ni un minuto. Ya que no podríamos estar juntas por un año completo, estos tres meses debíamos invertirlos en nuestra relación.

Yulia se puso muy creativa en cuanto a nuestras actividades, incluyendo la intimidad. Prácticamente las primeras dos semanas, se puede decir que se quedaba a dormir conmigo en mi apartamento… 

Luego del trabajo, siempre tenía una idea diferente, íbamos a los bares más concurridos a bailar y pasarla bien y en varias ocasiones nos acompañaban Katya, Nastya y Vlad.

Los fines de semana hacíamos paseos en bote a lo largo del río Sena, nos íbamos a acampar a las afueras de la ciudad, incluso asistimos varias veces a una feria que estaba de paso.

El primer mes nos divertimos mucho y muchas veces incluimos a nuestros amigos para disfrutar juntos. Teníamos relaciones creo que hasta cuatro veces por semana, Yulia decía que había que aprovechar cada vez que se podía y en cada lugar que se le ocurría.

En el segundo mes me sorprendió mucho, me llevó a conocer a su familia que vivía en Saint Lo, cerca de la costa del Canal de la Mancha.

Era una enorme propiedad, con una casa hermosa y muy grande y el jardín muy verde y con muchas plantas, era como estar en las montañas a pesar de estar cerca del mar.

Yulia se veía feliz cuándo llegamos a los terrenos de la propiedad, en ese momento pensé que debía haber extrañado mucho a su familia y no pude evitarlo, también yo extrañaba la mía.

Me sentía un poco nerviosa pues, sería la primera vez que conocería a su familia y ella me presentaría con ellos como su novia.

Tomaba mi mano dulcemente y no tenía intención de soltarme, cuándo llegamos a la entrada principal de la casa ambas respiramos profundo y tocamos a la puerta. En ese momento alguien se apresuró a abrirnos, vaya sorpresa la que nos llevamos…

Del otro lado de la puerta nos recibía alguien que obviamente ninguna de las dos esperamos ver y mucho menos allí.

—¿Pero, qué? ¿Qué haces aquí en casa de mis padres… Mona?

—Yul… Yulia…

Yo solo había visto a la tal Mona una vez, en aquel bar meses atrás en la celebración de la obra de teatro de Katya y Yulia y había sido suficiente para mí con esa sola vez.

Detrás de sus ojos azules/ Versión CorregidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora