Capítulo 10

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La última semana, Katya estaba como loca en el atelier. No dejaba de moverse de lado a lado y parecía obsesionada con la limpieza del lugar por alguna extraña razón.

A todos nos parecía un poco cómico el comportamiento de Katya, pero en el fondo sabíamos el motivo. Era obvio que estaba nerviosa por volver a ver a su amiga.

Yo me estaba encargando de la restauración de una pintura antigua, me quedaba más tiempo trabajando en ello ya que me concentraba y me relajaba mucho.

Un día Katya me pidió de favor que sacara la basura, yo tomé aquella bolsa y salí del edificio hacia la parte de atrás donde estaba el contenedor.

Al volver, una pequeña llovizna empezó a caer, típico de París en esa época, pero me encantaba.

Me quedé un momento en la entrada del edificio observando alrededor la ciudad que empezaba a empaparse, sonreí al recordar aquel momento en el que conocí a Yulia.

Y como un deja vú, un taxi se detuvo en frente de donde estaba… Mi corazón empezó a acelerar sus latidos, el chófer se bajó y sacó dos maletas del auto, las puso en la acera.

De mis ojos brotaron dos lágrimas al ver como el chófer ayudaba a bajarse a aquella mujer que me robaba los suspiros, sin duda el amor de mi vida.

Me quedé mirándola unos instantes antes de que mi cuerpo reaccionara por sí solo. Estaba bellísima, como la primera vez que la vi no parecía importarle estarse mojando con la lluvia, su cabello ya no era rubio sino que lo había cambiado a negro y lo había cortado a la altura de los hombros, pero sus ojos resaltaban aún más.

Entonces clavó su mirada en mí y me sonrió y si en ese momento no morí por aquel gesto, juro que se sintió como estar en el cielo.

Corrí hacia ella, la abracé como si mi vida dependiera de ello y sin importarme nada más la besé, volver a sentir sus labios con los míos fue el paraíso.

—Te extrañé tanto —le dije entre el beso.

—También yo mi amor.

En ese momento Katya venía saliendo del edificio, parecía que decía algo, pero no le presté atención, yo estaba perdida en la mirada de mi chica.

—Oye Lena, olvidé decirte que… ¡¡¡Yuliaaaa!!!

Ella también vino a nuestro encuentro sin importarle la lluvia, fue un momento muy emotivo y la felicidad hacía su protagónico entre nosotras. Abrazó a Yulia y la llenó de besos.

—Oigan, como que mejor entramos, ¡parecemos locas aquí afuera todas empapadas!

Tomamos las maletas y subimos hasta nuestro piso… No hay palabras para expresar las emociones que sentimos en ese momento, ahora si sentía que esa parte en mí que me hacía falta estaba completa.

Hablamos durante horas sobre lo que habíamos vivido en todo este tiempo, al final programamos una escapada para ese fin de semana ir a visitar a la familia de Yulia… 

Al llegar allá, nos recibió la señora Larissa con su característica alegría al igual que el señor Oleg. Yerik y Mona seguían juntos, ese fin de semana anunciaron los planes de su boda. Todo volvía a ser como antes o incluso mejor… 

Yulia se volvió muy apegada a mí y yo aún más a ella, volvíamos a hacer las actividades que nos gustaba, como las caminatas a los parques y las salidas nocturnas.

Ella siempre buscaba la manera de hacerme sonreír, realmente estábamos muy enamoradas y desde que volvió vivíamos juntas…

El tiempo no se detenía, dos meses después asistimos a la boda del hermano de Yulia, todo fue muy bonito y con mucha alegría… 

Detrás de sus ojos azules/ Versión CorregidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora