Capítulo 5

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Pasaron dos meses desde que Yulia y yo éramos novias oficialmente. Ya todos en nuestro entorno lo sabían y lo mejor es que lo aceptaban.

Me sentía un tanto realizada en ese momento, mis pinturas empezaron a ser reconocidas cada vez más, tenía la compañía de buenos amigos como lo eran Vlad y Nastya con los que empecé a ser más cercana en los últimos meses, me iba muy bien trabajando con Katya que nunca dudó en ayudarme en lo que necesitaba y sobre todo tenía el amor de Yulia.

Era increíble como había cambiado mi vida al momento en el que decidí irme de casa siendo tan joven y llena de sueños.

Obviamente pensaba mucho en mi familia y también la extrañaba, quería verlos, pero no quería regresar ante ellos con las manos vacías y sin un nombre forjado como una pintora reconocida, así que aún no era tiempo para verlos.

Un día mientras cenábamos, Yulia me dijo lo que parecía ser una mala noticia.

—Eh, Lena… Tengo algo que decirte.  

—¿Qué sucede Yulia?

—Es que, este fin de semana tengo que partir rumbo a Roma y es un viaje para quedarme un mes allá…

Mi corazón en ese momento se aceleró al máximo, la noticia me tomó por sorpresa… Un mes entero sin verla, sabía que lo hacía por trabajo como luego me explicó, pero igual no pude evitar sentirme un poco triste.

Ambas estábamos logrando avances en nuestras carreras, yo jamás intentaría detenerla en lo que ella amaba hacer, así que me mostré comprensiva y decidí apoyarla… 

Un día antes del día en que debía marcharse la invité a mi apartamento. Había preparado una rica cena para ella, puse un par de velas en la pequeña mesa y solo esperaba a que ella llegara.

Tocaron a la puerta y supe que era ella…

—Hola amor —me besó—, te traje esto...

—¡Gracias amor, están hermosas! —tomé el ramo de claveles y lirios que me trajo y disfruté del olor de las flores unos segundos.

La hice pasar e inmediatamente le indiqué que se sentara a la mesa, fui a la cocina y puse las flores en un florero con agua fresca.

Salí de allí con dos platos servidos con la comida, los puse sobre la mesa y volví a irme para traer dos copas y una botella de vino.

La cena pasó entre miradas coquetas, sonrisas y caricias que Yulia me hacía tocando mi mano sobre la mesa. No tenía ninguna duda, ambas estábamos muy enamoradas. Nos acabamos la botella de vino, estábamos hablando de lo que haríamos una vez que ella volviera de su viaje… 

Yulia se acercó más a mí y empezó a besarme, al principio empezó muy suave, pero a medida que yo iba cediendo, ella me apretaba más a su cuerpo.

El beso subió de intensidad, su lengua entonces se encontró con la mía, era la primera vez que nos besábamos de esa forma y francamente me encantaba el rumbo que iba tomando la situación.

Movió un mechón de mi cabello que caía sobre mis hombros y dejó libre mi cuello para empezar a besarlo. Sentí una especie de corriente de deseo por todo mi cuerpo, ella besaba mi cuello y me daba pequeñas mordidas que me estaban volviendo loca.

Detrás de sus ojos azules/ Versión CorregidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora