¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
· · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
──────── ;;✦ ↴ 「Ｃａｐíｔｕｌｏ 7 」๑ೃ୭̥
- Heriko, la orden número 5 ya está lista.- La tomé entre mis manos y con una suave sonrisa dejé que disfrutaran.
- Pueden llamarme si necesitan algo más, ¡Muchas gracias!- Los hombres ya un poco borrachos se reían a carcajadas de la nada misma y ahora, nuestra protagonista, tenía un pequeño descanso así que se sentó a ver a su hermano mientras preparaba varios pedidos, grande fue su sorpresa cuando él intentó sacarle charla.
- Elizabeth se ve hermosa en su traje.- ¿Eh?, podía decir cosas tan asquerosas en un momento así.
Realmente no le interesaría si no fuera con ESA intención, necesitaba un castigo.
- Cerdo inmundo te voy a...- Paró cuando una voz parlanchina sacó la cabeza de sus sobras.
- Entiendo que no me quieras pero también tengo sentimientos.- Aquel cerdito estaba haciendo una escena en ese momento, hasta podría ser un gran actor ya que una lágrima bastante real salía de uno de sus ojos.
La muchacha reía un poco, extrañaría bastante estos momentos.
Sacando aquellos pensamientos de su cabeza se dispuso a terminar su descanso.
• : : : : : : : : : •░⃝ ⃟⃛ꪾᮬ💕
Platos aquí y allá, disfruta trabajar con Elizabeth, además de atraer bastante clientela es buena en lo que hace.
A mí me siguen preguntando si soy menor de edad, debería preguntarle a Eleonor si hay algún tipo de hechizo para hacerme más alta o grande, tengo alrededor de 1900 años y... creo que tengo eso, realmente no lo sé, perdí la cuenta hace mucho. Pero en fin, le escribiré una carta a mi único amigo luego, ahora tengo que ser responsable y trabajar bien.
Eso iba a hacer hasta que vi a un hombre asqueroso tratando de llevar a mi compañera Elizabeth a su posada, seré una enana pero si lo necesito voy a partirle la cara.
Meliodas estaba ocupado riéndose y ni se había percatado así que ella se debería hacer cargo de la situación.
Se acercó y el hombre la miró con disgusto.
- ¿Podría dejar a mi amiga tranquila?, Por favor.- Comenzaría con algo delicado pero si no servía habría que irse a los golpes.
- Chiquitina, ¿Podrías meterte en tus cosas?, estás arruinando el ambiente.- Bueno, ella lo intentó.
- Último aviso pedazo de mierda, si te vas ahora mismo tranquilo por esa puta puerta voy a perdonar tu vida y no vas a tragar tanta tierra.- Sería mentira si dijera que odiaba tratar mal a las personas.
Ban salió corriendo al rescate... del tipo.
Al final Heriko persiguió al tipo con su daga por un rato hasta que lo perdió de vista, claro que lo golpeó un poco, lo suficiente como para que no vuelva.
Al volver, Elizabeth le agradeció con un par de abrazos que disfrutó momentáneamente, la calidez humana afectaba a su corazón como una grave enfermedad.
• : : : : : : : : : •░⃝ ⃟⃛ꪾᮬ💕
Su turno había terminado y en un par de horas tendría que comenzar de nuevo, necesitaba tiempo a solas así que se decidió por salir a tomar un poco de aire.
No había visto a Diane durante mucho tiempo así que la estaba buscando o eso hacía hasta que oyó una conversación bastante animada y se quedó aunque eso sea mal visto.
- ¿Qué pienso de Heriko?, ella me parece adorable aunque cuando lo necesita da miedo, su cabello es tan bonito y tiene una estatura perfecta, ojalá pudiera ser tan chiquita.- Sus mejillas se tornaron rosadas y su corazón dio un salto, fue como si una flecha llena de amor se clavara justo allí, creía que la muchacha la odiaba en secreto.
Aquella otra voz era fácil de reconocer, el Rey hada se encontraba charlando con la gigante y se veía tan nervioso que podría reír.
No le interesaba oír eso pero bueno, se recostó en el techo para ver algunas nubes volverse estrellas, pasaron minutos hasta que escuchó algo que la movilizó.
- Yo no puedo quedarme callado Diane...- Su voz era frágil y temblaba. - Tu me...-
- ¡Hola chicos!, ¿Cómo estan?- Ella lo había hecho, arruinó la confesión de un chico el cual no amaba.
Oh, bueno, eso haría si fuera alguien insensible, simplemente tomó sus cosas y se marchó, ella no lo apreciaba y este falso gusto es parte de la imaginación de Eleonor.
- Nunca entiendes, puedes vivir sola por un tiempo pero no para siempre, lamento informarte esto de manera tan cruel, mi dulce y enfermo Búho.- Sentenció firmemente aquella mujer de ojos finos, cabello color hueso y orejas puntiagudas.
