The Kim family [NamJin]

O2

Hace algunos meses, SeokJin había conocido a un hombre guapo y extraño llamado Kim NamJoon. No podía creer que ya estuvieran saliendo después de ese funeral, incluso estaba comenzando a pensar que el amarre funcionó a la perfección, pero por desgracia no era eso. Al parecer Nam disfrutaba de su compañía, lo cual era algo inusual para él, normalmente las personas se alejaban de Jin por su comportamiento sarcástico y dramático, pero de alguna manera eso le excitaba a Nam. De todas formas no es como si le molestara.

Ahora se encontraba con el dueño de sus escalofriantes fantasías, caminando entre las tumbas del cementerio familiar de los Kim, un lugar para nada romántico si hablamos de simples mortales, pero para Jin era el lugar ideal para hacer cosas indecentes... O una cita, claro, ¿por qué no? La luna estaba brillando en todo su esplendor, según los astros y su lectura de cartas, hoy NamJoon lo sorprendería con una importante noticia que cambiaría sus vidas. Primero pensó en un embarazo, pero lo descartó al recordar que Nam era hombre y todavía no habían tenido sexo, por lo que quedaba descartado.

—Eres tan bello como la luna, SeokJin —susurró NamJoon cerca de su cuello, dejando suaves besos en la zona—. Apuesto a que todo el tiempo te aúllan los perros.

—Solo mis compañeros de la universidad, en realidad —comentó con una sonrisa divertida—. Igual creo que cuentan como perros, pero el único animal que acepto eres tú, Joonie.

—Tú sí que sabes como excitar a un hombre —dijo el menor, aprovechando la cercanía para morder el cuello del contrario.

NamJoon solo tuvo la oportunidad de besar un poco más la exquisita piel de SeokJin, de no ser porque se tuvo que dar fuerzas a sí mismo para poder separarse y decirle finalmente lo que planeaba desde hace tres semanas. Ahora que ya tenía la atención del mayor, podía ver sus hermosos ojos, su piel tersa y brillante bajo la luz de la luna, sus apetecibles labios rosados y esa aura tan intimidante pero sensual... Definitivamente era el indicado.

—Jin, he estado pensando esto durante mucho tiempo. No entiendo por qué me revuelves las entrañas, pero me encanta que me provoques eso.

—¿Solo te revuelvo las entrañas? —preguntó el otro de forma juguetona.

—También haces que mis fantasías más perversas quieran salir a la luz —respondió el menor mientras tomaba las manos del contrario entre las suyas—. Por eso, quiero hacerte la siguiente pregunta.

En el momento que Jin observó como Nam se ponía de rodillas frente a él, lo primero que pensó fue que probablemente le pediría ser su fiel esclavo, lo cual no le molestaría, pero no era lo que su corazón quería. Al parecer NamJoon se dio cuenta de la expresión de ligera decepción en SeokJin, por lo que rápidamente se dispuso a tomar la mano izquierda del mayor y mostrarle un bello anillo, uno que contenía un zafiro rosa incrustado. Justo en ese momento, Jin sentía que se iba a desmayar de la impresión.