La hermosa oscuridad era su compañía, aquella que velaba porque sus corazones continuaran latiendo al menos un día más. Y ahí estaban, recorriendo la carretera en su quinta noche como recién casados, habían recorrido gran parte del país en busca de su santuario, pero no tuvieron éxito en lo absoluto. Al menos Jin no creía que los moteles con juguetes de sadomasoquismo sean un santuario, tal vez una linda luna de miel.
A pesar de su mala suerte, este paisaje que le brindaba la carretera se veía muy prometedor, al ser un bosque tan lleno de árboles no dejaba filtrar ni un poco de la luz de luna, pareciendo como un lugar para una película de terror. Más que perfecto, así ningún idiota se atrevería a perseguirlos hasta ese lugar al menos.
—Jinnie. ¿Tienes el mismo presentimiento que yo? —preguntó Nam con una sonrisa traviesa, sentado en el lugar del copiloto.
—Claro, puedo sentir que estamos cerca de nuestro santuario —respondió SeokJin con una sonrisa encantadora.
—Oh, bueno. Yo me refería a sexo en el auto.
Jin le dedicó una mirada acusadora a su esposo, alzando una de sus cejas ante su peculiar petición y la verdad es que no le parecía tan mala la idea. Tenían un paisaje de muerte, estaban solos en medio de un bosque, su rapidito no había sido suficiente antes de salir de su habitación del motel... Estaba más que seguro que le dolería la espalada y las caderas después de esto, pero el sexo no era divertido para él sin un poquito de dolor.
—Bien, querido. Creo que podemos hacerlo —dijo finalmente con una sonrisa coqueta.
SeokJin decidió estacionar el auto a un lado de la carretera, cerca de algunos enormes árboles. No tuvo que esperar mucho para que al apenas apagar la máquina, Nam se aproximara a él de forma provocativa e iniciara un muy animado beso, robándole el aliento en tan solo unos instantes. Los fuertes brazos de NamJoon rodearon la cintura de su amado, cargándolo con facilidad para sentarlo sobre su regazo, sin detener en ningún momento su cariñoso y pasional recorrido de besos sobre su estilizado cuello. La temperatura rápidamente fue subiendo, los vidrios comenzaban a empañarse y la ropa comenzaba a estorbarles para poder consumar su amor. Todo hubiera transcurrido como ya supones que sería, pero unos pequeños chillidos fuera del auto llamaron la atención de ambos.
Atrapado entre los arbustos, se encontraba atrapado un pequeño caniche marrón, tan lindo e indefenso que se veía con algunas heridas en su cuerpo, bastante delgado hasta ver sus pequeñas costillas y con algunas partes faltas de pelo en su cuerpo. Era tan deprimente la escena que haría llorar a cualquiera, pero los Kim era un tanto distinta la perspectiva.
—¡Es precioso! —dijo la pareja al unísono, deshaciéndose de amor ante el pequeño cachorro.
Sin hacerse esperar ambos salieron del auto, sin mediar en el arreglo de sus ropas. El primero en liberar al pequeño caniche fue SeokJin, quien lo envolvió entre sus brazos y le daba pequeñas caricias consoladoras. Nam se acercó con una amplia sonrisa al animalito, viendo lo simpático de su aspecto y diciéndole palabras despectivas de forma amorosa. Para cualquiera, la escena sería un tanto confusa porque para los Kim les parece adorable la situación en la que se encontraba el cachorro, pero le decía de forma cariñosa adjetivos que podrían pasar por insultos.
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The Kim family [NamJin]
FanfictionNam y Jin están profundamente enamorados, tanto que decidieron recorrer juntos el camino del matrimonio, en una nueva ciudad y con sus dos bebés muy escalofriantes. ¿El problema? Bueno, la familia Kim no es muy normal que digamos. Ellos disfrutan de...