The Kim family [NamJin]

12

JiMin intentaba sonreír lo más lindo posible, aunque sus dedos ya estuvieran igual de acalambrados al igual que su sonrisa. Podía sentir la mirada penetrante de TaeMin sobre su nuca, juzgándole en el fondo por ser tan descuidado para quedar en aquella situación. No pudieron sacarle la trampa para dedos para antes de que iniciara la subasta y ahora estaba de pie en exhibición para el resto del público, todos le veían con un ceño fruncido mientras se lo comían vivo en sus mentes. Lo único bueno de la situación es que Kook y Sun estaban más concentrados en ver como YoonGi le admiraba como si se tratara de una jugosa mandarina, de NamJoon y SeokJin ni se diga, estaban lo suficientemente callados que incluso a él le daba miedo cuando no susurraban cosas.

—Bien, el precio inicial de esta reliquia comienza con $1,000 —anunció el anciano que dirigía la subasta.

El primero en levantar la mano fue Jin, que se supone fue registrado a su nombre el artefacto, lo cual desconcertó a todos los presentes y asustó de alguna manera a JiMin, pero intentó no entrar en pánico aunque le temblaban las piernas.

—¿Señor Kim? —preguntó el viejo con cautela.

—¿Viene incluido el joven con la reliquia? —preguntó de forma burlona, seguido de hacer una sonrisa seductora—. Quisiera hacerlo mi mucama —explicó con un tono travieso.

—Hijo de...

—No, señor Kim —interrumpió el anciano a JiMin, podía verse las gotas de sudor en su frente.

—Oh, que lastima.

Algunos susurros impacientes se hicieron escuchar en el lugar, eso puso a JiMin más nervioso de lo que estaban y realmente deseaba que las cosas se le resbalaran como sucedía con Jin, pero lastimosamente no podía evitar pensar en si verdaderamente era tan malo como los demás creían que era. El viejo volvió a iniciar de nuevo el conteo de la subasta, la cual iba verdaderamente lento para estar varias familias empresarias de gran prestigio, apenas soltaban tres dólares más que la cifra anterior.

—¿De qué tienen miedo? ¿Qué se les caiga la mano por soltar algunos dólares? —se quejó SeokJin en voz baja.

—Algunas personas son esclavas del dinero, cara mia —respondió Nam con una sonrisa que mostraba sus hoyuelos, mientras le daba un puro que traía en su bolsillo a SunHee—. ¿Tú eres esclavo de algo? —le dedicó una mirada seductora y se tomó la libertad de acariciar el muslo del contrario.

—Del innombrable, por supuesto —dijo con orgullo, para después dedicarle una mirada enamorada a su esposo—. También soy esclavo de la pasión que siento por ti, deberíamos darles algo de que hablar a estos viejos.

—Cara, mia.

—Mon chéri.

YoonGi estaba a punto de quedarse dormido, pero los gemidos de SeokJin obviamente no le permitieron conciliar el sueño, así que por acto de reflejo les cubrió los ojos a sus sobrinos y se asomó para ver mejor que estaban haciendo esos dos animales en apareamiento. Al parecer no era tan grave la situación porque solo era Nam besando las manos de Jin, pero le pareció estúpidamente exagerado el casi orgasmo que parecía tener el contrario.