Otra oportunidad

Capítulo 4

Todo prácticamente dejo de importar en el momento en el que Eren salió de la nuca de su forma titan, no solo fue la sorpresa de aquellos que podrían llamarse sus amigos y compañeros, en cuanto a los tres sospechosos, la preocupación era el principal sentimiento, hasta tal punto que la idea de que lo fueran a matar no parecía descabellada, tendrían que pasar primero por Mikasa para lograrlo, así que eso sería algo por lo que no me preocuparía, además, el tonto es un cabeza hueca de manual, así que tendría suerte de alguna u otra forma.

Ahora tendría que montar un pequeño espectáculo para alejar la atención de él, ni siquiera estaba muy seguro de que hacer, de alguna manera los líderes se habían enterado de que se había transformado y ahora lo veían como amenaza, tal y como a los jinchuriki en mi época, incluso estoy legando a pensar en mostrar todo mi poder solo para evitar que lo maten de manera estúpida.

- (Puedo aparecer si quieres) – Kurama dijo en mi mente.

Solo acepte la idea mientras un clon aparecía en algún lugar, el tonto había dicho que iba a matar a todos cuando se encontraba en un estado de trance, fue justo antes de que dieran la orden de disparar, que una Kurama hecho de chakra puro emergió prácticamente de la nada, una gran roca siendo levantada por sus brazos y colas, otros clones aparecieron, todos cubiertos en el manto de chakra, la noticia de un ser "de luz pura" acabando con los titanes y aquel inmenso zorro fueron una noticia que se esparció de manera inmediata.

-Después te explico – dije en un susurro mientras tapaba la boca de Sasha, quien solo asintió.

De momento solo camine hacia el otro lado, donde se encontraban Mikasa, Armin y Eren, podía sentir la inmensa cantidad de miedo que emanaba ese hombre en el medio de todo, incluso viendo que es un humano como él, le tenía miedo por lo que había hecho, supongo que la estupidez es algo que no desaparecerá incluso si pasan milenios, un clon apareció entre ambos grupos, una máscara similar a lo de los anbu con una capa cubriendo el cabello.

Un proyectil de cañón salió disparado justo en ese momento, un brazo de chakra puro se interpuso en el camino del objeto, destruyéndolo luego de aplicar un poco de fuerza sobre este, otro brazo salió dirigido hacia el comandante, manteniéndolo atrapado contra una pared, me pregunto porque mi clon parece tan enojado.

-Pedazo de imbécil – él soltó bastante furioso, sus ojos siendo de un rojo carmesí brillante, algo extraño – intentar matar a uno de los tuyos ¿qué tan pocas neuronas tienes en esa cabeza?

Los brazos de chakra solo desaparecieron luego de volver a unirse al cuerpo del clon, al parecer había roto los brazos de aquel sujeto, evitando que pudiera levantarlos para dar la orden de disparar, en cuanto a los cañones parecían estar deshabilitados luego de que más clones aparecieran, noqueando a los usuarios de aquellas armas, ahora entendía ese enojo, no era de los clones, era mío, toda esa ira, miedo, hizo que recordará lo que es ser un jinchuriki, lo que todos los de mi tipo pasamos durante mucho tiempo.

- ¿Qué sucede Naruto? Solo escucho estruendos en ambos lados de la muralla – Sasha exclamo algo nerviosa, bastante.

-Será largo y no quiero que nadie escuche, así que alejémonos un poco ¿sí?

Me hubiera gustado ver que era lo que estaba ocurriendo, pero tenía que mantener una fachada por el bien de aquellos que me eran cercanos y no sabían nada, además de por Sasha, la cual sabía demasiado, incluso más de lo que merecía, el hecho de que la curiosidad dominara a la chica haciendo que primero saliera disparada hacia donde aquel cañonazo fue algo bueno.

-Todos ustedes humanos estúpidos, no ven que ese idiota al que apuntan es su esperanza.

Un estruendo resonó en la lejanía, fui capaz de ver a través del rinnegan como los clones habían sido capaces de tapar el agujero, al menos era un problema menos, lo siguiente sería solucionar el asunto interno, pero eso era algo que el comandante podría solucionar, pues el hecho de que comenzara una amena conversación con mi clon pareció sorprender a los demás soldados, el resto simplemente sería esperar.