Capítulo 9 - Lazos

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Me vi en la obligación de dar un informe completo sobre el hecho de como el idiota, digo, el recluta Eren había sido capturado, al tratarse de algo que solo Erwin me di el lujo de explicar a detalle todo lo que ocurrió desde la noche, parecía feliz de que fuera capaz de revertir lo que fuera que le ocurrió a la gente de Ragako, así es como se llama la aldea de Connie, no estaba enojado o decepcionado, es más, por lo que podía sentir, parecía esperanzado, tendría que esperar hasta que decidiera hablar, por el momento teníamos una misión que cumplir, salvar al idiota del enemigo.

- ¿Qué tal estás Hanji? – pregunte luego de ver que había retomado la consciencia.

-Me duele la cabeza y algunas partes de mi rostro me arden, pero en general estoy bien.

-Iremos a rescatar a Eren y Erwin quiere saber si estás en condición para ir.

-Si me da un par de minutos para alistarme iré.

-Por el tiempo no te preocupes, están bajando a los caballos.

-Ya veo ¿qué hay de ellos, de Reiner, Berthold y Eren?

-Se encuentran lejos, pero se donde están con exactitud, si se mueven iré volando en su dirección y los mantendré distraídos hasta que todos ustedes lleguen.

-Eso es relajante.

Para ellos probablemente fuera relajante, después de todo el chakra no era algo que pudiera ser subestimado, ni siquiera por los usuarios de poderes titán, si me ponía a pensarlo, podía ser la mayor amenaza para el resto del mundo, había decidido unirme al bando perdedor por decisión propia y la verdad, no me arrepentía de nada, ellos son mis compañeros, por lo tanto gente por los que peleare incluso si me cuesta la vida, lo hice durante una guerra, lo hice durante mi propia guerra, puedo hacerlo una vez más.

- ¿Estás seguro en hacer que deje de pelear? – Erwin me pregunto luego de alcanzarme con su caballo.

-Incluso si tiene el poder para pelear no quiere decir que sea lo correcto.

-Lo sé, pero estamos en una situación desesperada en este momento.

-Lo comprendo, es por lo que una vez terminemos con estos infiltrados de afuera me encargaré de los titanes que falten en la isla, pero no pienses que verás más humanos de los que hay dentro de la muralla.

-El odio de esa gente, comprendo porque no quieres salvarlos, pero ¿qué hay de las demás personas?

-Ya pensaré en como lidiar con ellos, por ahora deja que me concentre en el rescate de Eren.

Una cosa era segura, mientras yo estuviera vivo, con al menos un gramo de chakra, sería el escudo y la espada de los eldianos en todo el mundo, salte de mi caballo empezando a volar en la dirección en la que sentía la presencia de los tres, clones aparecieron por montones, el número siendo cercano a los cien, todos acelerando, provocando ondas que me mostraron el hecho de que ahora eran más veloces que el sonido, por la visión compartida supe que Hanji había tenido razón, se encontraban en ese pequeño bosque de arboles gigantes, era hora de que les mostrara a esos dos el infierno por el que hicieron pasar a toda esta gente solo por esa podrida nación, una que si no cae por si sola destruire desde adentro luego de terminar las cosas aquí.

El recorrido era largo y estaba lleno de titanes, aunque hago énfasis en el hecho de que eso es algo pasado, con tantos clones adelantándose en el camino, lo único que quedó fueron pedazos de ellos que se encontraban evaporándose y los que estaban llegando era fácil que me encargara, pues un simple pulso de gravedad los enviaría lejos, para que después cuchillas de viento destrozaran sus nucas, pero ahora tenía otro asunto más importante.

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora