Capítulo 12 - respeto

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Hacer que la apariencia de Annie cambiara bajo un henge no resultó complicado, por mi parte cambie mi apariencia luego de modificarme a mi mismo con el chakra, hice que mi cabello se volviera marrón y mi rostro fuera un poco más viejo al igual que mi cuerpo más grande, si ella se había impresionado no lo demostró, simplemente éramos miembros de alto rango de la policía militar interior que asesinamos hace un par de minutos, ese tipo de personas no necesitaban estar vivas, su valor era el mismo que el de los líderes de Marley, cero.

- ¿No estamos siendo demasiado arriesgados? – Annie pregunto luego de que ingresáramos sin más en la zona de los registros que solo los altos cargos pueden leer.

-Solo necesitábamos ingresar a este lugar, gracias a ti supe a donde llegar, así que el objetivo ya está cumplido – respondí volviendo a mi apariencia normal.

-Aquí está, todo lo relacionado con los Reiss – ella dijo de repente entregándome una carpeta con todos los archivos relacionados.

-Ya lo habías recopilado todo ¿verdad?

-Sí, pero casi fui descubierta, luego vino el asunto contigo, por lo que no pude volver.

-Eso ya no importa, te hice una promesa y la cumpliré.

-Quiero que me quites la maldición ahora.

-Eso no puedo hacerlo, al menos no en este momento – dije señalando la puerta que se abría dejando ver a dos hombres de la policía interior – espero que duerman bien.

Dos golpes secos se escucharon en el muro de afuera luego de que dos colas de Kurama salieran de la parte baja de mi espalda a golpearlos, por el impacto no deberían tener huesos rotos o algo parecido, solo deberían estar noqueados, no me preocupo la atención que llamo el ruido, todos quedarían fuera de juego en cosa de unos instantes, las balas viajando en nuestra dirección hicieron las cosas más fáciles para mí, pues, mientras con una mano sujetaba la carpeta, con la otra estaba haciendo que Annie estuviera bailando mientras los dos esquivábamos los disparos que no hacían más que herir a los de su propio bando.

-Será mejor que te aferres bien – le dije acercándola a mí con una cola de Kurama.

- ¿Qué planeas hacer? – ella pregunto con una ceja levantada.

-Vamos a volar.

Envié chakra a mis ojos activando el rinnegan, una vez sentí el desbloqueo de habilidades empecé a flotar para la sorpresa de los miembros de la policía militar, lo que me hizo sonreír fue el hecho de que hubieran algunos del equipo de ese Ackerman presentes en el edificio, la ira y sorpresa en sus rostros era tal que sin miedo alguno dispararon, se suponía que este era un clon, pero con la cantidad de chakra que había sido creado podía parecer mi versión de antes de la guerra, así que interponer el cuerpo en los disparos que iban dirigidos a Annie solo resulto un poco doloroso, parte de mi espalda había salido volando en pequeños trozos de carne y hueso, algo que desapareció tan pronto como la regeneración hizo efecto.

-Bien, sigo yo – exclame chasqueando los dedos, cientos de gudō-dama del tamaño de las balas provocando el mismo daño que antes me fue hecho.

-Creí que dijiste que salvarías a todos los eldianos – Annie exclamo con un tono al que ya estaba acostumbrado.

-Lo dije, pero para salvar a todos los que hay en las murallas hay que deshacerse de los que impedirán el cambio al querer seguir las tradiciones.

Decenas de balas fueron detenidas luego de que estuvieran a centímetros de impactar con nosotros, yo solo devolví la mirada a los hombres que estaban ahí abajo, sus almas ennegrecidas por todos los actos que realizaron, algunos viviendo a gusto, otros sintiéndose culpables, pero pensando que todo estaba justificado por su lealtad al rey, no me apiade de ninguno de ellos, todos y cada uno sucumbieron ante los disparos que ellos mismo habían mandado.

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora