Capítulo 14

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Incluso si los titanes más pequeños ya habían sido aniquilados por los miembros de la Legión, algunos ya no se encontraban en condiciones de luchar, otros simplemente no estaban capacitados para hacer frente a los titanes de más o menos quince metros, luego estaba la situación con el idiota acorazado y el idiota colosal, solo quedaban unos pocos delante de las casas, sin embargo...

-No sigan – dije afanado apareciendo delante de los miembros de la Legión, resguardando a tantos como me fue posible dentro de la forma de chakra de Kurama.

Todo se convirtió en una nube de sangre luego de que los cientos de miles de fragmentos de piedras asesinaran a los que no pude resguardar, ese mono en verdad me estaba dejando difícil el hecho de no querer matarlo, no pareció contento con el hecho de que cerca de la mitad de los que se encontraban peleando contra lo titanes hubieran sobrevivido, aunque su mirada no estaba fija en mí, estaba puesta sobre Annie, se había colocado una vez más la capucha para evitar problemas con las personas de la Legión.

-Así que ahora juegas a lanzar la pelota, bien, veamos que te parece esto – levante mi mano derecha mientras activaba el rinnegan, él quería darnos a probar la desesperación, bueno, le daría una prueba de su propia medicina.

Un segundo, eso fue lo que tardo el meteorito en ser visible para todos los presentes, pero antes simplemente lo dividí en millones de trozos mientras las gudō-dama formaban una capa sobre nuestras cabezas, había visto de primera mano lo destructivo que podía ser este ataque, si lo concentraba para que cayera en un solo punto la destrucción debería ser mayor, escuche como la gran roca se rompía en tantos trozos como era posible, todo bajo la presión que me encontraba ejerciéndole con mi mano.

Encima de la muralla hice aparecer otro clon, ya había tenido suficiente de solo observar, el poder de Kurama fue enviado hacia mi otro yo, del cual tome posesión haciendo que la forma completa del gran zorro en mi interior, deje que lanzará un rugido luego de por primera vez adoptáramos su forma completa de carne y hueso, resulto obvia la gran diferencia de tamaño entre el idiota colosal y nosotros, iba a terminar esto de una vez por todas, no me importaba no poder utilizar al mono para mis planes, ya pensaría en algo después.

-Naruto – Armin dijo luego de posarse sobre mi cabeza - ¿tienes el suero titán?

-Lo tengo ¿qué quieres hacer con eso?

-Si queremos evitar que vuelvan a romper debemos ser quienes mantengamos el poder titán de nuestro lado.

-Entiendo, dime que se te ocurrió.

Justo ahora estaba mirando en dos direcciones al mismo tiempo, delante tenía al mono, que se encontraba contrarrestando como le era posible las rocas que le envié utilizando unos cuantos explosivos que debieron estar guardados en esos barriles, detrás tenía a los dos idiotas, lo bueno es que esto era un dos contra dos dentro de la muralla, ahora, fuera éramos dos los que queríamos acabar con el titán bestia, en ambos lados había una estrategia, en ambos lados solo habría una víctima, pero no habría ningún muerto, no permitiría que más murieran.

Una nueva ráfaga de piedras fue lanzada hacia nosotros, un simple movimiento de mi mano basto para crear una planicie, al lado derecho, comencé a caminar hacia el mono como si nada hubiera ocurrido, los edificios que destruí eran construidos de nuevo por clones que deje atrás, a ojos de ese mono debo ser un demonio, pues me encuentro desviando su ataque como si no fuera nada, a su vez comencé a emanar humo, haciendo que todo lo que estuviera detrás de mí no pudiera ser visto, llego un punto en el que me aburrí de mover mi mano, así que solo mande una onda de chakra puro que destruyo los proyectiles sin dificultad alguna.

Dentro de la muralla la cosa era bastante sencilla, éramos Kurama y yo contra el idiota colosal, por el otro estaban Eren y los demás contra el acorazado, mi vapor contra el suyo era esperar un momento exacto mientras lo mantenía inmóvil en el suelo, el pelaje de Kurama no tardó en arder en fuego puro, ante lo cual imbuí mi chakra en su cuerpo, haciendo que en esta ocasión el fuego sirviera como una protección en contra de los inútiles golpes de parte de nuestro enemigo.

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora