𝐨𝐜𝐡𝐨

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El tren de la vida.

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Dos años antes.

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El sol me pegaba, estaba pegado en mi piel, atravesaba mis telas; me daba calor, uno insoportable. Mi corto cabello estaba amarrado, mis flequillos desacomodados, mientras que el sudor bajaba por mi frente y respiraba gruesamente. Si, me había picado el cabello nuevamente, dejándome algunos flequillos. Mire alrededor, estábamos trabajando de una manera ardua, una que nos facilitaría como un entrenamiento físico, pero este entrenamiento era diferente; estábamos ayudando a darle soporte a esas vías del tren que habíamos instalado, la cual nos facilitaría para llevar cargamento de una manera más eficaz. Mi garganta estaba sumamente seca, pero tan solo observaba como Armin corría a Sasha, quien se robaba los pequeños baldes de agua, corriendo. Sonreí de lado, la agua salpicó de a poco en mi rostro cuando pasaron por mi lado, cuando Armin corría detrás suyo para detenerle, pero tan solo continué trabajando, martillando. Eren yacía a mi lado, estaba cabizbajo, y se veía rojizo, cubierto de sudor, pero no sé detenía. Parecía algo más vivo, pese a que su actitud estaba cambiando con los días, aún estaba en cercanía con nosotros sin importar que. Continué martillando a su lado, sintiendo eso como un recuerdo nostálgico en cómo él y yo, siempre nos gustaba trabajar juntos. Sus ojos me miraron detenidamente, pero no emitió ninguna expresión.

Tan solo cruzamos una cálida mirada, y ambos continuamos trabajando juntos. Nuestros martillos daban a la vez, y ya sentí grandes calambres en mis brazos, pero pese a eso, sentía un sumo cansancio en mi cuerpo. Llevábamos días trabajando, descansábamos, pero anhelábamos tanto ayudar a nuestra ciudad a mejorar, que preferíamos esto. No había manera de describir lo bien que se sentía ver como mi país mejoraba, como nos modernizábamos y vivíamos cosas que nunca habíamos vividos, se sentía bien estar en este tren de la vida, y ver cómo todo pasaba de manera rápida a nuestro alrededor. Martille una vez más, y me detuve, respirando gruesamente para sentir como el sol aún seguía pegado en mi, pero tan solo deje el martillo en el suelo, y me distancié de Eren. Buscaba la sombra, así que tan solo me senté debajo de esos barriles, aún lado de Sasha, quien yacía tirada mientras que Armin estaba de igual manera. Acaricié ahora su corto cabello, sin dejar atrás, que Armin se veía bastante guapo, pero aún de una manera tierna. Sus ojos azulados me miraron, y me sonrió, se veía rojizo, también bastante sudado. Él no tardó en pasarme un vaso de plástico, con agua, aquella que debía estar caliente, pero aún así, consumí.

-Ya no puedo más.-exclamó Sasha a mi lado, cansada e intentando de dormir.

-Ni yo.-comentó Armin.-Estoy sumamente cansado.-añadió, mientras que vimos cómo Mikasa pasaba frente a nosotros con metales en sus hombros.-Te ves pálida.-dijo Armin, examinándome.

-¿Cuando no?-le pregunté, viendo como él aún me miraba detenidamente.

-Significa que estás enferma.-dijo, sentándose a mi lado, mientras que recostó su cabeza en mi falda, acostándose e estirando sus piernas.-Te conozco.-musitó, mientras que acaricié su corto cabello.

-Lo sé.-respondí.-Solo me siento mareada, y tengo nauseas.-le indique.-Pero prefiero estar aquí, ayudarlos y pasar el rato. Puedo descansar luego.-decía, mientras que él cerraba sus azulados ojos.

-Es mejor que vayas a la enfermería, o descanses, siempre que exiges a tu cuerpo; empeoras.-comentaba, a lo que me quede allí, sintiendo la poca sombra junto a la fresca brisa.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐔𝐒 ── 𝐒𝐍𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora