𝐨𝐧𝐜𝐞

3.2K 321 205
                                    

El primer amor que nunca se olvida.

───

Mis párpados estaban pesados, y el amanecer estaba llegando. Le veía secarse de la ducha que se había dado, y como se vestía. Tan leal a su postura de capitanía, aquella que admiraba e idolatraba. Pese a que estuviera en su mismo rango, no había manera de igualarle a Levi. La pasión por la disciplina, lo ha llevado a ser sin duda respetado, y tímido entre los vivos que lo conocen, que lo conocían como el soldado más fuerte de la humanidad. Mi corazón se inflaba cuando estaba junto a él, cuando nuestras manos se entrelazaban y me conocían como la mujer del demonio más temido, porque a mi, también me clasificaban como su igual. Veía su cabello lacio, húmedo y rapado en su nuca. Sus ojos grisáceos, algo apagados por aún estar adormecido. Podía jurar que se veía más guapo, más atractivo cada día que pasaba a mi lado. Estaba arropada, al igual que la pequeña que yacía a mi lado dormida. Tenía sus manitas arriba de ella, haciéndola ver de una forma tierna. Levi continuaba vistiéndose, colocándose su uniforme, aquel que distinguía su profesión, la cual hacía con pasión. No había persona que no conociera como él, a menos de Hange y de alguien que ya no vivía en nuestra tierra, se había ido hace mucho.

El recuerdo de Erwin siempre nos perseguía, su ausencia aún afectaba en dicho tiempo, pero la decisión que había sido tomado para aquel entonces, jamás ha sido deshonrada. Cerré mis ojos cuando Levi se giró, sabía que debía estar murándonos, pero no se porque razón preferí hacerme la dormida. Sentí su peso en el borde de la cama, y escuché sus gruesos suspiros. Abrí de a poco los párpados, y lo vi allí. Estaba tapado con las manos en su rostro, y se lo restregaba de una manera frustrada, hasta que entonces vi, cómo se levantó y con lentitud, abrió la puerta que lo llevaría afuera de la habitación. Me senté en la cama cuando se fue, sabiendo que no se había despedido. Con cuidado me levante de la cama, y no tarde en ingresar varias almohadas alrededor del cuerpo de mi pequeña, en caso de que despertara. En si, salí de la habitación, dándome cuenta que Levi se había movido rápido, porque ya estaría afuera preparando su caballo para partir a su tarea de custodiar en los lejanos bosques a Zeke Jeager. Ese nombre recorría amargo en mi garganta, pues para mi, él era el titán bestia, el hombre que acabó con la vida de mil soldados; incluyendo la de Erwin, y no había manera de que le perdonase por eso.

-Levi.-lo llame cuando abrí la puerta principal y salí afuera, deteniendo su paso en seco, y como él estaba apunto de montarse en aquel caballo.-¿No vas a despedirte?-le pregunté, con una voz ronca, mientras que sentía el frío césped del patio de nuestro hogar.

-Me es más difícil irme, y dejarlas aquí. Lo sabes.-me respondió, y la brisa fría de la mañana recorría con frescura nuestro ambiente.

-Entonces iré contigo.-indique, quedándome en mi postura, viendo como se distanció de su caballo con brusquedad.

-No.-denegó.-No habrá manera de que sea así.-volvió a negar, aún lado de su caballo, mirándome frente a frente, pero con distancia.

-Levi, por favor. Iré contigo.-le pedí, sabiendo que deseaba que no hubiera distancia entre nosotros, no sabiendo que en cualquier momento Marley podría atacar, o incluso el mismo Zeke, de quien desconfiábamos.

-No, y no insistas.-me pidió, con serenidad.-Por esto la última vez deje que fueras con nosotros a Marley, y mira lo que te paso, casi mueres.-comentó, a lo que le mire desilusionada, pero por mi misma.-Fue mi culpa, fui débil y deje que me manipularas.-añadió, y baje la mirada avergonzada.

-Lo lamentó.-me disculpe, sabiendo que realmente le había manipulado, con la intención de acompañarles a buscar a Eren.

-Desde que Kai nació, hemos estado claro. Uno siempre debe volver a casa, y esa debes ser tu.-afirmó, a lo que negué, y me fui acercando a él.-La llevarás junto a Historia al final del día, es allá donde estará a salvo.-opinaba.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐔𝐒 ── 𝐒𝐍𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora