𝐭𝐫𝐞𝐜𝐞

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Impostor.

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Mi espalda estaba recostada en aquella baranda de madera, mientras que observaba lo que el horizonte me mostraba, una hermosa granja y un campo extenso donde niños podrían correr sin cansarse. Hubiera deseado vivir en un lugar así, correr cada mañana y sentir la fresca brisa del viento, las risas no faltarían, estaba segura que detrás de mi estarían corriendo aquellos mismos niños con quienes siempre corrí, con quienes aún corro y siempre correría, aunque al final de la meta, ya no estaríamos juntos. El césped era verdosos, estaba limpio y sin hojas dañadas, todo lucia esplendido. El día estaba soleado, marcando el medio día. Estaba algo lejos de los terrenos de la ciudad, mientras que mis brazos sostenían el cuerpo de Kai. La mecía, ella estaba envuelta en su sabana, con sus manitas alzadas, como si deseara sentir la textura de mi piel, pues parecí querer tocar mi rostro. Le sonreía de lado, y ella tan solo me miraba detenidamente. A veces sentía que realmente ella sabía quien era, pese a no tener tanto conocimiento. Me quede meciéndole, mientras que visualicé aquella chica sentada en una silla mecedora. Sus azulados ojos me miraban, y tenía una sonrisa de lado, mientras que su rubio cabello caía en sus hombros.

-Ya es hora de irme.-le dije, mirando como sus manos acariciaban su abultado abdomen, debido a su embarazo. -Historia.-la llame, aunque me mirara, ella parecía estar en otra dimensión, pensando más allá.

-¿Fue difícil?-se dirigió a mi, pero ante su incompleta pregunta, confusa la mire.-¿El parto?-añadió, a lo que hice una mueca en mi semblante, en referencia a dolor.

-Fue muy doloroso, pero, vale la pena.-le respondí, meciendo aún a mi bebé en mis brazos, quien intentaba de combatir con su sueño.-Lo sabrás, porque cuando lo tengas en tus brazos, te sentirás; imparable.-le decía, y yo miraba a Kai, recordando aquel día en que nació; era tan pequeña.

-Tengo mucho miedo.-me confesó, levantándose con dificultad de la silla, para quedar cerca de mi.-Pero, cada ves que la traes, me hace sentir un poco preparada.-dijo.-Es tan genuinamente hermosa, aunque claro, sin duda es una Ackerman.-miraba su rostro, y toco sus mejillas.

-Si que lo es.-opine, no había duda, ella debía ser la viva imagen de su abuela paterna, Kuchel.

-¿Qué ibas a preguntarme antes?-mire a Historia, y como su curiosidad la ataca, ante anteriormente, haberle querido pedir algo; pero preferí, guardar silencio.

-Nada, no era importante.-respondí, de manera neutral.-Milo, trae los caballos, por favor.-me dirigí a mi subordinado, aquel quien yacía fuera del balcón, asintió.

-¿Como dices que no es importante?-me preguntó ella, mientras que evadí su mirada ante su insistencia.-Cuando sabes que lo es.-afirmó, a lo que la mire ante eso.-Venga, somos amigos, lo hemos sido por muchos años. Conozco esa expresión.-decía, orgullosa de descifrarme.

-Y yo la tuya.-le dije, girando la conversación en torno a ella.-Fingir, no te pega. Tú no eres así, y sé que el estar embarazada es un sacrificio que debiste hacer para evitar ciertas cosas, pero hay algo que aún no creo.-la mire detenidamente, algo afligida a lo que preguntaría.-¿Ese bebé, es de Eren?-ella se tenso ante mi pregunta, y yo tan solo, la observaba.-Dímelo, Historia.-le pedí, con temor.

-Kira... -ella me llamo, sin decía mas, y yo tan solo temía por su respuesta, así que suspire y denegué.

-Olvídalo, no sé porque cuestionó eso. Mejor, es no saber.-le indique, meciendo a Kai, quien empezaba a bostezar.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐔𝐒 ── 𝐒𝐍𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora