𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬

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No importa donde.

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La noche había caído, y ni siquiera me había dado cuenta de que fue así. Con pesadez me levante, no me sentía cansada, pero si algo desorientada. Veía a Reiner, dormía profundamente y podía escuchar sus ronquidos. La niña aún no había vuelto, y percatarme me hacía preocuparme. Bostece, asomándome por la ventana, y viendo un desierto en las calles. Abrí la puerta con suavidad, y el estruendoso sonido de los titanes aún se escuchaban, no habían salido ni siquiera los del muro Maria bien, para que a penas empezaran aparecer los del muro Rose. La tierra se sacudía constante, me mareaba, y me erizaba la piel con el frío viento. Empecé a caminar, confiada, lo cual era un error. Quería dirigirme al cuartel, pero me escabullí en un callejón cuando escuché varias ondas de gas resonar por los cielos. Alce la mirada, y vague con la iluminación de algunos postes que funcionaban, y observé detenidamente a varios soldados del cuerpo de exploración, pero sin duda no eran de nosotros, si no, de los Jeageristas. Me quede en aquel callejón, y por un momento, baje la cabeza. Me sentí recuperada físicamente, pero mi estabilidad emocional dependía de lo que sacaba de mi bolsillo. Sentí aquella tela, y la lleve a mi visualización.

Veía el calcetín, aquel pequeño calcetín, el cual le pertenecía a Kai. Sonreí de lado, era tan pequeña esa tela que me llenaba de ternura. El otro par de aquel calcetín, lo tenía Levi, en símbolo de que nuestra hija, siempre estaría en nuestros corazones, uniéndonos con el amor que derribamos sobre ella. Lleve el calcetín a mi pecho, y lo apreté allí. Me baje en cuclillas y me deje caer en tristeza. Mi familia, ellos eran todo para mi, y sentía que vagaba en una oscuridad por sus ausencias. Temía la vida de mi hija, pese a que debía estar a salvo, deseaba sostenerla y besar sus mejillas. Mi alma se sentía fraccionada en una oscuridad, en donde solo su mirada podía transmitirme luz. Continué acariciando el calcetín, Levi y yo jamás olvidábamos esta prenda siempre que salíamos, nuestra hija era el fruto de un amor que no podíamos detener, y ahora más que nunca, deseaba ver sus grisáceos ojos, y que besara mis labios, para abrazarme y decirme que todo estaría bien, pero sin embargo, quizás ya él se había ido de este mundo sin decirnos adiós. Con brusquedad me levante del suelo, sigo agitada ante los pasos que escuché, pero mi tensión se calmó cuando le vi.

-¿Kira?-Mikasa se quedó mirándome extrañada y confusa, se adentró al callejón, para acercarse a mi.-Te estuvimos buscando, pero Gabi dijo que estabas junto a Reiner.-me contaba.

-¿Qué ha pasado?-le pregunte curiosa, mientras que la noche oscurecía más el callejón.-Me quede dormida.-confesé algo avergonzado, sabiendo que no había tiempo para descansar del todo bien.-¿Donde está Falco?-añadí en aquella pregunta.

-Armin fue a buscarle, y Aster fue a los terrenos donde se encuentra Historia.-me dijo, a lo que la mire sorpresiva.-Quiere encargarse de que Kai esta bien, y a salvo.-suspire aliviada, llevando mis brazos al cuerpo de Mikasa para abrazarla con fuerza.

-No sabes, me estaba volviendo loca, Mikasa.-le confesé en medio de aquel abrazo, mientras que sentí como ella acarició mi espalda.-Tengo miedo, joder.-musité.

-Yo también.-me dijo, mientras que nos separamos para mirarnos fijamente.-Los Jeageristas se adueñaron de Paradis, van a ejecutar a los voluntarios, mañana mismo.-contó.

-¿Qué?-pregunté impresionada.-Maldita sea... -bufé.

-Floch ha perdido la razón.-dijo serenamente, mientras que observó algún punto dijo.-Pero no salí acá afuera por eso.-la mire con el ceño fruncido, confusa, mientras que desvíe la mirada hacia ella, abriendo mis ojos grandemente por la silueta que observe.

-¿Hange?-mi corazón palpito ante verle, y ella señalaba que nos acercáramos, pero yo ni siquiera pude caminar bien, para cuando llegue a su cuerpo, y la abracé con fuerza.

𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃 𝐔𝐒 ── 𝐒𝐍𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora