Capítulo 1

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¡Eugeo! Es Eugeo estoy segura que es él. Así que no lo pienso, corro entre la multitud de comerciantes y personas en busca de comida y baratijas. Corro intentando alcanzarlo. Tropiezo con varias personas que me cortan el paso, me empujan y yo los empujo de vuelta desesperada por llegar a él. Su cabeza dorada se pierde entre la multitud un par de veces haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas. No puedo perderlo de vista, tengo que alcanzarlo. Pero en mi desesperación por llegar a él, ignoro la advertencia de mi cerebro que no deja de repetirse en mi cabeza. ¿Por qué no se detuvo? ¿Acaso no me reconoció? Mi cabello está cubierto por la bufanda pero vio mi rostro, ¡Sé que lo hizo! pero aun así se alejó sin mirar atrás, ¿Por qué... por qué me dejó atrás?

Avanzo hasta llegar al puerto donde los barcos comerciantes atracan. Mi respiración sale en cortos jadeos mientras veo a Eugeo detenerse frente a lo que parece una mesa de madera maltratada y antigua donde Alice yace sentada en una silla igual de rústica. Una fila de marineros está esperando a ser atendidos por ella.

Están... ¿Buscando marineros para su tripulación?

Eugeo se acomoda a su lado —lamento la demora —le entrega una bolsa de tela café — fue difícil encontrarlo —

Alice le sonríe —gracias, eres el mejor.— Besa su mejilla. —luego te lo agradezco mejor —le guiña— por ahora hay que seguir con el trabajo — Eugeo le sonríe y la fila avanza.

¡¿Qué demonios fue eso?! Acaso están... Están... ¿Juntos?

Parpadeo un par de veces confundida, pero lo dejo pasar por ahora, esa es una pregunta para otro momento.
Mi mirada se dirige al mar. Detrás de ellos, atracado en el puerto está un barco grande e impresionante. El barco de Kazuto, pero parece... Diferente, no tan descuidado y sus velas no son negras. Pero es el mismo barco, estoy segura de eso.

Mi corazón se ha vuelto loco en mi pecho. Lo que más quiero es lanzarme a los brazos de Eugeo y abrazarlo como si mi vida dependiese de ello, pero he vivido demasiadas aventuras por ser impulsiva e imprudente, he aprendido mi lección así que me mantengo a distancia sólo observándolos.
Son ellos, pero al mismo tiempo es como si no lo fueran. Están aquí, vivos y bien, como si el tiempo no hubiera pasado por ellos, cosa que no debería ser posible, así que no lo entiendo ¿Por qué? ¿Por qué ellos están aquí? Y más importante aún, si ellos están aquí, entonces Kazuto también tiene que estarlo. La esperanza es tan grande que mi corazón se aprieta en mi pecho, tan fuerte que me corta la respiración.

Pero antes de hacer algo, observo, paciente y en silencio o tal vez no tan en silencio ya que en un momento los ojos de Eugeo se centran en mi dirección.

—¿Señorita?—pregunta— ¿Quieres unirte a la tripulación?—

Parpadeo, observo a mi izquierda y luego a mi derecha, pero no hay nadie ahí. Él está hablándome a mí y sus palabras lo confirman.

—Sí, te hablo a ti chica en las sombras —sonríe.

Observo la fila y ya no hay más marineros esperando. Me acerco despacio a donde ambos están. Alice me observa con los brazos cruzados y una mirada curiosa pero nada de reconocimiento, mientras que Eugeo me sonríe, pero tampoco parece conocerme.

Hay un nudo en mi garganta pero me las arreglo para murmurar.
—¿Buscan miembros para su tripulación?—

—Así es— Asiente Eugeo —¿Te interesa?—

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