A Twist Of Fate

Extra 5

—Bienvenidos al circo Underworld.— Me inclino recibiendo los aplausos pero no escuchando realmente. Sentí algo durante la presentación, fue magia, magia poderosa. Fue como si algo se hubiera roto.

Me alejo de mi carpa y cuando nadie me ve, desaparezco transportándome a la carpa de la casa de las muñecas. Tengo un mal presentimiento

La busco en el momento en el que aparezco en el lugar pero lo que temia se vuelve realidad, ella ya no esta.

—Master Eugeo, ¿Qué sucede? Te vez pálido.—
Giro mi cabeza para ver a Cardinal parada a mi lado con una mirada interrogante en su rostro. —La estatua… No, Shinon, no esta — le digo. —ella despertó.—

Cardinal Jadea con miedo. —¿Cómo? ¡Espera! Fue por ese pulso mágico ¿verdad? —

—¿también lo sentiste?—

Asiente. —¿Qué fue lo que pasó?—

—No lo se, pero no puedo dejar que se vaya.— Me agacho y pongo mi palma sobre el suelo de la carpa. No ha pasado mucho desde que se fue de aquí, quizás aun esté en el circo y mientras esté aquí puedo rastrearla, después de todo estoy atado a este lugar y todo lo que existe aquí esta bajo mi control.

Cierro mis ojos mientras siento cada una de las pulsaciones mágicas presentes. Busco en cada carpa, en cada puesto, en cada rincón del circo hasta que por fin la encuentro. Esta a punto de cruzar la entrada.

Abro los ojos.
—la encontré —

Sin perder un segundo dando explicaciones, me transporto hasta la entrada, frente a Shinon. La chica choca contra mi pecho mientras corría para salir de aquí.

Rápidamente mantiene su equilibrio y evita caer. Me mira con la respiración acelerada y una mirada confundida.

—¿Quién eres tu?— pregunta pero luego niega. —no importa, necesito salir de aquí, apártate de mi camino. —

—es verdad, tu y yo nunca llegamos a conocernos en persona. — me cruzo de brazos. —pero lo siento no puedo dejar que te vayas.—

Me mira molesta, luego sus ojos se abren. —Tú… Tu magia…

—si, soy el guardián de la magia de Merlín ahora. Ya que por un tiempo tu la robaste no me sorprende que te hayas dado cuenta. —

Retrocede unos pasos. —yo no la robé, Erika me la dio por su propia voluntad. Esa magia es mía. ¡Regrésamela!. —

No puedo evitarlo. Me río. —lo siento, pero no puedo hacer eso. Prometí ser quien cuidaría de ella. —

Sus manos se vuelven puños a sus costados pero se las arregla para fingir que no esta molesta.

—¿Cuánto tiempo he estado atrapada?— pregunta de pronto.

—ummmm, no lo se muy bien.— paso mi mano derecha por mi cabello peinándolo hacia atrás. —unos cuantos siglos.—

Sus ojos se agrandan. —Entonces… ¿Erika?—

Un poco de nostalgia me llena al recordar a mi amiga. —tuvo una buena vida. Hijos, nietos. Una vida pacifica.—

—¿con… ¿Con Kirito?—

—así es.— asiento.

Ella ríe, inclina la cabeza hacia atrás y se ríe, con una carcajada que me da escalofríos. Cuando para, me mira.
—Ya que tu eres el jefe ahora y ya que no soy una amenaza para ella. ¿puedo irme? ¿Me dejarías ir? Creo que ya tuve bastante castigo ¿no crees?—

—hiciste mucho daño. ¿Cómo confiar en que no lo harás de nuevo?—

—¿Pero que puedo hacer? Mi némesis lleva mucho tiempo muerta al igual que Kirito, quizás todos sus descendientes también. ¿Cómo podría dañarla ahora? —agacha la mirada. —Sólo quiero ser libre. No hay nada para mi aquí.—

Es verdad, Asuna y Kirito no esta mas en este mundo, mis amigos vivieron juntos y felices hasta el ultimo de sus días, pero no toda la descendencia de Asuna esta muerta, uno de sus descendientes esta con vida. Shinon nunca debe enterarse de eso. Sin embargo, tiene razón, como haya sido ella cumplió su condena.

Asiento. —muy bien, te dejare ir. Pero si en algún  momento haces algo para arruinar lo que hemos creado, yo no te daré una oportunidad como Asuna hizo, yo te acabaré. —

Asiente. —entiendo… Sólo quiero, una oportunidad. Por favor.—

Suspiro haciéndome a un lado. —delante, vete.—

Sonríe. —Gracias Master of Underworld.—

—mi nombre es Eugeo.—

Ella inclina la cabeza en reconocimiento mientras pasa por mi lado y desaparece en la noche.

Frotó mis ojos.  — ¿Qué hizo que despertara?—

Me transporto a mi carpa, al estudio secreto de Kirito, ahora mi estudio secreto.
Camino al estante lleno de grimorios y libros mágicos. Tomo un libro que yo mismo creé y lo abro sintiendo que algo anda mal.

—muéstrame el problema. — digo, ordenándole a la magia que le di al libro.
Las paginas se mueven hasta detenerse en el mundo diecinueve; »el mundo pirata« Las imágenes se desarrollan en frente de mis ojos como si de un holograma se trataran.

Asuna pidió un deseo, el reloj dio marcha atrás, el equilibrio en ese mundo se rompió.

Así que fuiste tú. Tu deseo fue demasiado poderoso y nuestro mundo esta demasiado cerca del tuyo. Una versión tuya volvió a Shinon piedra y otra versión la despertó.

Magia de tiempo, la mas delicada y peligrosa.

Bien, no importa, mientras nada altere los demás universos todo estará bien. La Asuna del mundo pirata se enfrentará a muchos retos, pero esa fue la elección que decidió tomar. Sólo intervendré si es absolutamente necesario. Por ahora seré observador.

Cierro el libro y lo de vuelvo a su lugar junto a los demás.

Será mejor que vigile a esa chica, puede que Shinon no le haga daño pero no me voy a confiar.

Salgo de mi carpa y camino perdido en mis múltiples pensamientos. Las personas a mi alrededor ríe mientras se divierten en el circo. Hay una persona parada en el puesto de algodón de azúcar metiendo parte de la nube color lila en su boca. Le ví en mi  presentación del circo, en una de las filas de atrás, fue una de las pocas personas que me prestó atención, la mayoría estaba mas impresionada por lo que veían y no prestaban atención a lo que les decía, pero esta persona escuchó mis palabras y vio la magia no sólo el prestigio.
De pronto, nuestras miradas se cruzan. Le sonrío inclinando mi cabeza en un agradecimiento por haber visitado mi carpa, me de vuelve el saludo mientras se aleja.

Sonrío, me agrada mi vida aquí. Realmente espero que Shinon no haga nada que me haga arrepentirme de haberla dejado ir.