Capítulo 11

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Veo el pálido cuerpo de Kazuto inconsciente en el frio suelo. Intento ir con él pero Tieze no me lo permite, me toma por los hombros y me retiene. Es Eugeo quien se acerca a revisarlo.

—esta respirando pero está ardiendo en fiebre —dice con una mirada preocupada. — nuestra habitación esta muy lejos no podré llevarlo, por ahora lo dejaremos aquí ¿esta bien?— me mira pidiendo permiso.

Asiento en su dirección incapaz de usar palabras aún.

Él suspira —lo llevaré a la cama. Tieze ayúdame, por favor toma sus piernas.—

La pelirroja me suelta y ayuda a Eugeo a poner al capital en la cama. Lo acomodan y luego lo cubren con una manta.

—cambiaremos de habitaciones —dice Eugeo.— lleva tus cosas a la otra y descansa allí, yo me ocuparé del resto.—

—p-pero Kazuto… algo está mal con él —digo cuando por fin encuentro mi voz.

Asiente —si, algo anda mal pero estoy mas preocupado por ti ahora.— Me mira de pies a cabeza con una mirada que va entre pena y culpa.

Niego —y-yo estoy bien, n-no tienes que preocuparte por mi.—

Intento quedarme pero no me dejan. Ignoran mis palabras sobre sentirme bien y me alejan.

—vamos Asuna tienes que cambiar tu ropa, luego te preocupas por el capitán —

Mi mirada vacilante se queda en Tieze por unos segundos, ella a encontrado mi equipaje y ha conseguido un nuevo vestido para mi, me lo tiende con una sonrisa amable. Lo tomo notando que mis manos están temblando.

—¿c-como es que estas aquí?— le pregunto —¿que no deberías estar en el mar? —

—vine a buscarte y en el camino me encontré con Eugeo, me contó lo que pasó, venimos a buscarte para hablar, pero no esperábamos ver esto.—

—oh— murmuro aún sin comprender por completo lo que esta ocurriendo.
Tieze nota mi estado y me abraza por los hombros —vamos hay que cambiarte hace frío, te resfriaras —

Asiento pero no me muevo, mis ojos esta clavados en la forma inconsciente del capitán.

—no te preocupes — dice Eugeo con voz amable —ve, yo lo cuidaré —

—e-esta bien— murmuro al final, dejando que Tieze me guíe fuera de la habitación. Es obvio que no van a dejar que me quede y Tieze tiene razón, tengo que cambiar mi ropa.

Una vez en el cuarto que solían ocupar Eugeo y el capitán, me visto con el nuevo vestido, trenzo mi cabello y luego me quedo en silencio. Lo que pasó, no lo esperaba.

—¿Asuna, te encuentras bien?— Tieze se sienta a mi lado en la cama que supongo pertenece a Eugeo y toma mi mano.

—tus manos están frías. Te sientes mal ¿verdad?— pregunta con preocupacion. Niego manteniendo la mirada fija en la un punto en especifico sin ver nada en especial.

—el capitán… Él no te hizo daño ¿cierto?—
Mis ojos van a ella con rapidez —no, no como crees—

Ladea su cabeza. —entonces… ¿que pasó?—

Suspiro recordando lo que ocurrió.

—no tienes que contarme sino quieres, podemos solo quedarnos en silencio.—dice, al ver que me cuesta contestar.

—no, esta bien —le sonrío o al menos lo intento. —me preguntó por mi cicatriz. —

Tieze me mira sin entender así que le explico lo mejor que puedo. —antes de mi deseo, cuando los conocí por primera vez, ocurrió un accidente en el barco fantasma y terminé lastimada. Unos marineros estaban peleando, de pronto sacaron armas y dispararon, como resultado, terminé con esta cicatriz. — le muestro mi costado para que vea la cicatriz de bala en mi piel, luego continuo hablando; —eso pasó antes de que perdieran sus recuerdos, antes del deseo y todo esto, pero de alguna forma Kazuto lo supo. No lo esperaba así que cuando me dijo que se la enseñara me asusté y me negué, luego se me vino encima para verla. El resto ya lo sabes. —

A Twist Of FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora