10. Remordimientos de un hombre libre

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[(A/N) Wow, seguro que ha pasado un tiempo desde que escribí esta historia. Lo siento por las personas a las que le ha gustado, pero trataré de actualizar lo más seguido posible.
No prometo nada, y a decir verdad, cuando leí todo lo que había escrito no creía que eso podía ser mío. No voy a reescribir, eso sería como negar que alguna vez lo hice, pero quiero que sepáis que pase lo que pase no abandonaré esta historia.
Disfrutad del capítulo~.]

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Liam sólo podía maldecir su mala suerte, agitando sus cadenas con fuerza en un vano intento por liberarse. Estaba oscuro, frío y se sentía tan sólo y desolado como hace mucho no se sentía.

Sabía que estaba herido, pero no se esperaba que su contrincante usase su habilidad de esa manera. Después de todo, siempre que la había visto usar su poder era en objetos materiales como cubiertos, espadas, muebles... Pero suponía que debió verlo venir.

No era idiota, sabía que Noel debió conseguir algunos trucos bajo la manga desde que había abandonado el departamento de investigaciones en la sede central del gobierno del país. Aunque, por cómo se veían las cosas, este truco en particular tomaba mucho de ella.

No debía ser capaz de repetirlo en un largo lapso de tiempo sin poner su vida en riesgo innecesariamente.

Todo esto era demasiado molesto y tranquilo, no se parecía en absoluto a las barbaries que la gente decía sobre las torturas de esta pandilla, algo estaba un poco fuera de lugar siempre que se trataba de estos criminales en particular.

Habían algunos que seguían un patrón de conducta fácil de seguir, otros con intereses ocultos o una finalidad por descubrir. Eran brutales, asesinos y ladrones por naturaleza, pero no había visto nada de eso que viniese de los Luna Azul.

Un nombre un poco estúpido y ñoño para una pandilla sanguinaria y temible, si alguien le preguntaba personalmente. Lo único extraño era que eran las personas quienes decidían comenzar a darle apodos a las personas, por lo cuales había algunos realmente raros por ahí. Muy obvios, también.

Escuchó alguna vez sobre un tal "Boss" Lapsi... El muy idiota dio su verdadero nombre, por lo que tenían su imagen en los carteles de recompensa por todos los sitios posibles. ¿O debería decir un ella? Para decepción de muchos, era una transexual, por lo que para evitar su ira, le trataban como un hombre cualquiera.

Su cabeza dolía, sería mejor dejar este tipo de pensamientos innecesarios.

El pequeño rastro de sangre que corría por su frente era molesto, llegaba hasta su párpado izquierdo y le obligaba a cerrar su ojo sano. Eso le dijo que seguramente tenía alguna herida en la cabeza. En este tipo de ambiente podría infectarse fácilmente.

No podía quejarse, sin embargo. A pesar de que no había recibido una sola visita, ningún tipo de contacto humano, eso también significaba que no le habían torturado todavía. ¿Aunque a lo mejor era otro tipo de tortura? ¿Psicológica, tal vez? ¿Se intentaban meter en su cabeza?

Una risa amarga salió de sus labios mientras miraba al suelo con su ojo nublado por las lágrimas. Eso quizás era desvariar demasiado, seguramente querían volverlo loco.

O quizás ya lo estaba, ahorrando ese trabajo extra por parte de sus enemigos.

No podía ver nada, las vendas sobre su ensangrentado ojo derecho no hacían las cosas fáciles, eran incómodas y estaban mal colocadas. No tenían un médico experto en el momento, pero sus archivos de vuelta en la oficina decían lo contrario. No era un mal momento para atacar, pero necesita personas más capacitadas.

Si no hubiera sido porque el Cowboy Loco lo había pillado con las manos en la masa, hubiera ido él sólo con su equipo al completo. Gente en la que podía confiar para cumplir con su trabajo.

Biyu Rai, la doble vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora